¿Hasta dónde es democrática la OEA?
(%=Image(8022526,»L»)%)Buenos Aires (AIPE)- Lula comprará entre 12 y 16 aviones Mirage 2000 en Francia, construidos entre 1980 y 1990 pero modernizados. El anuncio se hará el 14 de julio, en el desfile militar del Día de Francia. Entretanto, enfrenta una lluvia de denuncias por corrupción. La última, que involucra a un director de Correos y a un diputado aliado y amigo de Lula, derivó en que el Congreso creara una Comisión Parlamentaria Investigadora (CPI). Lo más grave es que entre los diputados que apoyaron la CPI hay oficialistas y el gobierno decidió «llamar al orden» instándolos a rechazar la CPI.
La decisión de Lula parece consecuencia de la carrera armamentista que inicio su amigo Hugo Chávez, quién durante su programa televisivo «Aló, Presidente», aseguró que «El gobierno de EEUU es la mayor amenaza que puede existir sobre este planeta» y que Venezuela tiene un plan para profundizar el proyecto «revolucionario», en caso de que lo asesinen o le pase «algo».
Miles de cubanos, «encabezados» (más bien digitados) por Fidel Castro, marcharon frente a la representación de EEUU para exigir el arresto de Luis Posada Carriles, que solicitó asilo a Washington y fue detenido. El ex guerrillero Fidel afirmó que «esta… es una marcha contra el terrorismo, a favor de la vida y la paz». ¿Le habrá dicho lo mismo al «Che» Guevara? Pocos días después, legisladores de España, Italia y Alemania reclamaron una línea más dura frente a Cuba como consecuencia de la resonante expulsión de una decena de parlamentarios y periodistas que viajaron a la isla, donde se realizaba una asamblea de disidentes. Se trata de la misma Unión Europea que a comienzos de año levantó las sanciones contra Cuba. Así las cosas, Kirchner, oportunista como pocos, canceló por tercera vez su visita a Cuba, hasta encontrar una «mejor coyuntura».
A fines de abril, Hugo Chávez, hizo otro viaje a Cuba para ver a su amigo, el ex guerrillero cubano con quién firmó gran cantidad de acuerdos. Castro ha encontrado un reemplazo parcial para la ex Unión Soviética. Venezuela está proveyendo a Castro petróleo con descuento y a crédito, gran parte del cual revende. Chávez se proclama «socialista» y es cada vez más un segundo Fidel, pero con muchos petrodólares. Entre sus iniciativas ridículamente socialistas, entre torres de oficinas y hoteles de cinco estrellas, en plazas y terrenos desocupados, trabajadores producen hortalizas como parte del Programa de Cultivos Urbanos con asesoramiento cubano y apoyo de la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.
Para Chávez, militar después de todo, la política es un campo de batalla. Así, controla los “cinco poderes” del Estado: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial y los que llaman Poder Ciudadano (la fiscalía general, la contraloría y la defensoría del pueblo) y Poder Electoral. Lo único que no ha logrado controlar es a la prensa, aunque intenta amordazarla y tiene sus propios canales de propaganda demagógica y masiva. Han proliferado decenas de emisoras que difunden la ideología oficial. Además, lo acusan de desestabilizar la zona por sus ayudas a las guerrillas de Colombia y por inyectarles dinero a los movimientos radicales e indígenas desde Nicaragua hasta Bolivia.
Un informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), señala que Venezuela no ha avanzado en los derechos humanos. Falta de independencia del Poder Judicial; impunidad por la falta de investigación de violaciones de los derechos humanos y constante presencia de grupos parapoliciales son algunas de las conclusiones del informe, que será presentado en la Asamblea General de la OEA en Fort Lauderdale. Una propuesta norteamericana, que se presentaría en la reunión de junio, para crear un comité para monitorear la calidad de la democracia no prosperaría porque está siendo recibida con hostilidad por varios países que están recibiendo petróleo venezolano barato y que consideran que se trata de un esfuerzo velado para atacar a Venezuela. Roger F. Noriega, Secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, lo niega: «Todo lo que estamos haciendo es crear un mecanismo, un procedimiento», dijo, para que exista «un conteo de qué países violan la carta democrática de la OEA».
(*): Analista político argentino.
