¿Hacia el Fin de la Profesión Diplomática en Venezuela?
La constante improvisación y agresividad que muestra el Jefe de Estado en sus programas dominicales, unido al acoso moral al que están sometidos los funcionarios de la Cancilleria, no tiene parangón en la diplomacia hemisférica.
Embajadores cuyo beneplácito ha sido aprobado y cuya designación ha sido ratificada por la Asamblea Nacional, no son llamados a juramentarse, mientras que Terceros Secretarios son designados como los jefes de Embajadores. A su vez, diplomáticos calificados son trasladados a un pasillo, o a una oficina sin computadora ni escritorio mientras que obligan a otros internacionalistas a tomar varios meses de vacaciones para después obligarlos a retirarse del Ministerio.
La Ley de Servicio Exterior aprobada en el 2002 que establece que el 50% de Embajadores deben ser de carrera, ya esta siendo modificada por la Asamblea facultándole al Presidente el 100% de las designaciones, lo que elimina definitivamente la existencia de la carrera diplomática.
Por supuesto que estas medidas acaban con el profesionalismo en el Ministerio, y producen desastres protocolares, consulares y diplomáticos con graves consecuencias para la defensa de los reales intereses de Venezuela
Al anunciarse la realización de un nuevo concurso para incorporar el inusual número de cien nuevos terceros secretarios, el Director de Recursos Humanos Gilberto Jiménez -personaje desconocido en el ámbito de la diplomacia -, declaró ante la prensa que solo ingresaran a la carrera quienes comulguen con la visión del Presidente Chávez.
Por otra parte, el Presidente del Jurado Calificador, cuya única experiencia es la de haber sido Embajador durante pocos meses en Argelia, seleccionara a los nuevos aspirantes en base a un examen que contempla temas tan controvertidos como el de las relaciones de Venezuela con Irán, Cuba,o China, al lado de interrogantes para constatar opiniones valorativas sobre las Misiones, la Cogestión, ALBA, el papel de USA o la Reserva. Gracias a los criterios expuestos por altos funcionarios como el Vice Canciller William Izarra no resulta difícil saber de antemano quienes ingresaran a la carrera.
Resulta grave constatar la exigencia de sumisión ideológica a los diplomáticos porque además de incorporar a militantes y militares en vez de servidores públicos, se asegura que solo ingresen aquellos que muestren incondicionalidad a favor de un régimen cada vez más totalitario.Que pasará con estos funcionarios cuando en el futuro venga otro Gobierno?
Cancillerías prestigiosas de América Latina como las de Brasil, Perú, Argentina, Chile, Ecuador al realizar concursos para admitir a sus nuevos funcionarios, los seleccionan entre los mejores profesionales sin averiguar sus simpatías políticas La única motivación es su identidad con los Principios Constitucionales , con los valores de la democracia,y con la memoria de la diplomacia de Estado. Su objetivo no es crear incondicionales con el régimen de turno, sino el despertar su aporte teniendo en cuenta la alternabilidad democrática, la promoción de los Derechos Humanos, y el acervo ético de sus jóvenes diplomáticos.
(*): Ex Embajador en la ONU