Opinión Internacional

Espejo Europeo del Canciller Dávila

Como nos informa Andrew Moravcsik en su libro «The Choice Of Europe» («La Decisión Europea», Cornell University Press, 1998), la integración europea puede ser mejor explicada como una serie de decisiones racionales tomadas por líderes nacionales. Esas decisiones respondieron a restricciones y oportunidades nacidas de intereses económicos de poderoros grupos domésticos; del poder relativo de cada estado en el sistema internacional; y del rol de las instituciones internacionales en el afianzamiento de la credibilidad en los compromisos interestatales.

Las cinco negociaciones más importantes en la historia de la Unión Europea han sido la negociación del Tratado de Roma, firmado en 1957; la consolidación de la unión aduanera y la Política Agrícola Común durante las años de 1960; el establecimiento del Sistema Monetario Europeo en 1978-79; las negociaciones de la Ley Unica Europea (Single European Act) en 1985-86; y el Tratado de Maastricht firmado en 1991.

Esa extensa, gradual y difícil integración que ha beneficiado enormemente a las 15 naciones que hoy integran a la Unión Europea; que lleva más de cincuenta años construyéndose, y de la que ya se dice finalizará en la constitución de los «Estados Unidos de Europa», acaba de recibir un vergonzoso revés: la negativa de Irlanda a ratificar el Tratado de Niza, firmado en esa ciudad italiana en noviembre de 2000, para modificar los estatutos de la unión, con la finalidad de permitir el ingreso de doce nuevos miembros -mayoritariamente, países ex-comunistas de Europa Oriental-

El culpable: la «democracia participativa».

El principal argumento: «Nuestro dinero se emplearía en ayudar a los agricultores, pero no a los agricultores irlandeses, sino a los agricultores polacos».

He allí, su relación con el canciller venezolano, coronel Luis Alfonso Dávila -y con la constitución que los venezolanos recién acaban de aprobar en diciembre de 1999-.

El sistema de gobierno de Irlanda es la democracia parlamentaria. Posee una constitución nacional aprobada en 1937 que sólo puede ser enmendada mediante referéndum. El presidente de Irlanda, es el Jefe del Estado y su Primer Ciudadano; es electo directamente por el pueblo para un período de siete años y puede ser inmediatamente reelecto para un segundo período presidencial.

El presidente, en el ejercicio de ciertas funciones, normalmente actúa con el asesoramiento de un Consejo de Estado. Firma y promulga las leyes aprobadas por el parlamento (Oireachtas); y cuando se lo aconseja el Primer Ministro (Taoiseach) convoca y disuelve al parlamento. También, puede someter a referéndum popular algunas leyes aprobadas por el parlamento o remitirlas a la Corte Suprema para que se pronuncie sobre su constitucionalidad.

¿No suena esto parecido a la «constitución bolivariana» de Venezuela?

Sí, y mucho más importante, es vernos en este espejo europeo, porque nos indica hacia donde puede conducirnos la «democracia participativa» y el «referendismo» que plaga nuestra constitución nacional de principio a fin.

De las 15 naciones que integran la Unión Europea, sólo Irlanda seleccionó el método del referéndum popular para ratificar el Tratado de Niza -el cual para entrar en vigencia, debe ser ratificado por todas las naciones miembros-

La ratificación del Tratado de Niza, fue derrotada en Irlanda, 54% a 46%; es decir, por sólo un cinco porciento de diferencia entre los que estaban a favor y los que estaban en contra -y en un ambiente de enorme apatía electoral que registró una asistencia a las urnas de sólo el 32,9% de los votantes inscritos. Es decir, que sólo el 17,8% de los electores irlandeses -nación que tiene un peso político-económico de sólo el 4% dentro de la Unión Europea- pudo detener el ingreso de doce nuevas naciones a la unión y poner en entredicho el progreso de toda Europa.

Y lo que es más grave: esto pudo ser posible, gracias a la manipulación política, del sentimiento popular de los agricultores irlandeses.

La viceprimer ministra irlandesa, Mary Harney, dijo que «El resultado del referéndum fue decepcionante, no sólo para nosotros sino también para nuestros socios europeos y en particular para los países de Europa del Este candidatos a la adhesión» . El gobierno irlandés intentará encontrar una solución, que «no se dirija hacia una renegociación del Tratado de Niza», y que podría lograrse organizando un segundo referéndum sobre su aprobación, luego de aclarar el asunto con la Comisión Europea.

Los venezolanos debemos vernos en este espejo, sobre todo después que el canciller Dávila, describió como «un éxito diplomático de nuestro país» al aplazamiento que hicieron los países miembros de la OEA (Organización de Estados Americanos), del acuerdo redactado para sancionar a aquellos países del hemisferio americano que se aparten del sistema democrático de gobierno; exigiendo incorporar a su texto el concepto de la «democracia participativa».

Yo me pregunto: ¿Cuántas más décadas de atraso podrían ensombrecer a la América al sur del Río Grande, si más países acogen la óptica chavista de la democracia participativa?

Porque, debemos darnos cuenta, que en Irlanda -al igual que en Venezuela- no existe un requerimiento del 51% más un voto de los electores inscritos, para que los referenda populares se conviertan en ley de la República ó «en norma constitucional», como reza la vergonzosa y muy reciente jurisprudencia en Tribunal Supremo de Justicia que dirige Iván Rincón.

Cualquier minoría, que supere a otra minoría -aunque sea por un voto- en un ambiente de alta abstención electoral, tendría la capacidad de frenar las más importantes decisiones que debe tomar el estado venezolano en materia internacional.

Esta es otra de las razones, para comenzar a redactar desde ya, una nueva constitución nacional venezolana, para la muy cercana era post-chavista.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba