Opinión Internacional

Escogidos Por Mandinga

¿Cada País Tiene Su Chávez? ¿Qué mal habremos hecho para que, desde el universo entero, la naturaleza diera con un sitio, que en un mismo espacio-tiempo, con un pueblo noble y educado para la manguangua se recibiera, eligiera y mantuviera al que mandinga resolvió enviarles como su más locuaz y malévola criatura disolvente y portadora de desgracias?

Deben existir razones poderosas para que recibamos la noticia que otro ex líder guerrillero latinoamericano, esta vez el uruguayo Tupamaro señor José Mujica, puede ser electo a fines de este mes Presidente de su país. En contrapartida los socialistas chilenos aunque moderados, dejaran el poder, y puede llegar a la presidencia un carismático líder de derechas, el empresario Sebastián Piñera.

Deberíamos explicarnos por qué estamos diariamente pendientes del desventurado chavista Zelaya, del colorido Evo, de Ortega el sandinista, de Correíta el ecuatoriano, de Mauricio Funes, el ex guerrillero del FMLN, recién-estrenado presidente de El Salvador, de Ollanta Humala el golpista peruano, al que derrotó Alan García al identificarlo con Chávez, y para no seguir nombrando a otros de pasados turbulentos, cerremos esta primera lista con la colombiana del turbante, Piedad Córdova, senadora al servicio de las FARC y de Chávez.

No sé qué hubiera ocurrido con el primitivo Ollanta Humala, ex militar y golpista como Chávez, de haber ganado la Presidencia peruana. Pero lo que ya es harto conocido, es que han llegado al poder, mediante mayorías electorales, personajes izquierdosos como Lula, Tabaré Vásquez, la truculenta pareja Kirchner que fueron Montoneros, Michelle Bachelet, Torrijos, el hijo civilizado del general ruidoso nacionalista panameño, Fernando Lugo, el fértil y lujurioso curamichate paraguayo y otros que no vienen al caso mencionar.

Notemos sin embargo, que juzgando hasta el recién inaugurado gobierno del guerrillero tranquilizado de El Salvador, que dejó claro que Chávez se quede lejos, y siendo Evo Morales, entre los siguieses, el más osado alborotador de los del club de chulos del ALBA, todos hicieron muchas trastadas, pero sin traspasar límites sin retorno hacia las dictadura, incluyendo al ecuatoriano Correa, de educación yanqui, que empezó a agarrar mínimo, con los acuerdos de esta semana con el Presiente Alvaro Uribe.

Lo realmente asombroso y a meditar, es como nos tocó la peor y más siniestra realidad, producto del desgobierno y estupidez presidencial, a pesar de tener nosotros un ingreso y un presupuesto que alcanzaba para hacer aquí portentosos milagros económicos, sociales y de infraestructura en todas las áreas.

Para mí lo más aleccionador de la presidencia ya eterna chavista, ha sido encontrarnos de frente con la suma de todos los males históricos heredados, que dormían disimulados tras la medianía general, el viejo conformismo y por sobre todo esa doble moral nacional, propia de la “viveza criolla”, que venía repartiendo en cada etapa, a segmentos clientelares importantes, una tajada de la renta petrolera.

Lo que ahora se volvió aterrador, durante el chavismo gobernando, es que existen cuantiosos e insuperables problemas nuevos, nacidos bajo la actual putrefacción económica, social, militar, carcelaria, judicial, laboral, financiera, infraestructural, comercial, cultural etc. etc.etc.

Tengamos pendiente que Chávez también ha repartido tajadas, y en grande, a sus acólitos y a buena parte de los “vivos” de antes. Solo que por ignorante y resentido, defeca y micciona sobre las porciones de muchos de los que ya tenían la suya, lo cual no solo era absolutamente innecesario, sino también contraproducente, porque termina arrasando la estabilidad a todos, incluyendo a sus asistidos.

Lo trágico no es solamente que entre todos los izquierdosos, de todos los subidos de tono del rosado al rojo, teniendo a los hermanos Castro como pueriles modelos, nos haya tocado mantenerlos, sino que desde esta presidencia venezolana que resultó sencillamente primitiva, solo este, “el izquierdoso nuestro” logró pulverizar la separación de poderes, la alterabilidad y la confianza en el sistema electoral, hasta hacerlo pestilentemente ventajista y fraudulento.

Ya se alcanzaron niveles estrambóticos de ridiculez en el manejo de nuestra diplomacia, que descansa sobre el absurdo que dependemos comercialmente muchísimo más que antes del “odiado” imperio.

Mientras tanto este gobierno de piratas e improvisados nos convirtieron en un Estado forajido de alta peligrosidad, por los aliados escogidos entre la mugre mundial: la narcoguerrilla colombiana y enemigos jurados y en plan bélico contra USA, arruinando además nuestra relación históricamente positiva con los gobiernos del primero y segundo socios comerciales, de los que dependemos en un 90 % para nuestros intercambios.

Tenemos ahora records imbatibles de inseguridad, de despilfarros y corrupción de niveles escalofriantes, con el colofón de la mayor tasa de ineficiencia que ya nos homologó con sociedades bastantes primitivas del África.

¿Qué fue entonces lo que generó este pasivo omnipresente, de una presidencia al servicio de la destrucción nacional COMO NINGUNA OTRA en América latina?

Nuestras “nuevas” realidades son comunes en África, desde hace décadas en manos de pintorescos genocidas y dictaduras salvajes. Chávez aún no lo es, pero ha producido en la sociedad venezolana consecuencias ya asimilables a las propias de muchas naciones de allá, reventadas por las calamidades económicas, políticas y sociales.

Seamos precisos. Un fenómeno como el chavismo NO TIENE COMPARACION con ninguna otra experiencia de gobiernos izquierdosos en este continente, salvo los casos aún peores de Cuba y Nicaragua, que no por azar emergieron de guerras y de la destrucción física del Estado anterior, en particular de sus FFAA, su sistema de propiedad, su sistema judicial, su tejido social sujetos a códigos legales civiles y mercantiles, sus medios de comunicación, su sistema escolar y hasta medió para su total control social, la eliminación física de sus enemigos y la represión de sus iglesias y creencias.

No puedo en un artículo, pretender anudar una explicación histórica general sobre las causas fundamentales que prohijaron, en esta etapa, la oleada de gobiernos y liderazgos izquierdosos en América Latina. Las razones que pudieran resultar evidentes a partir del estudio de nuestras realidades subdesarrolladas, parecieron sin embargo encontrar los datos fundamentales, para explicar la mayor tendencia hacia la moderación o al radicalismo insensato, en una correspondencia con sus mejores o peores tradiciones, de democracia y tolerancia, con el peso desigual de atavismos culturales y por supuesto dependiendo de sus niveles de mayor o menor desarrollo capitalista y de sociedades abiertas a la modernización acelerada.

La moderación Chilena y brasileña no son productos de sus presidentes, son hijas de los equilibrios y fortalezas institucionales de sus sociedades.

Existen otros casos, como el de El Salvador, donde pasadas ya dos décadas, desde aquella espantosa guerra civil de los ochenta, la poderosa guerrilla ya pacificada, formando el actual liderazgo del gobierno, internalizó hasta en sus tuétanos, que en su anterior fracasado y rechazado intento de imponer el modelo cubano, a través de la violencia armada, costó a ese minúsculo país medio millón de víctimas, entre muertos y mutilados.

Pero fíjense como no existen automatismos. Honduras siendo al lado de Cuba, Haití, Bolivia y Nicaragua, las naciones más pobres del continente, si construyó una institucionalidad democrática con la que no pudo arrasar ni Zelaya, con Chávez de titiritero, abonándole enormes sumas de real robado a nosotros.

De manera que el aprendizaje sobre las calamidades heredadas determinó hasta el sorprendente hecho, que gobernantes con pasado subversivo de jefes guerrilleros, puedan hacer gobiernos moderados, cuando existen contrapesos institucionales.

No estoy juzgando la calidad de esos gobiernos, que en general se llenan de pasivos comparados con sus muy escasas realizaciones, pero lo que interesa es dejar en claro la excepcionalidad lúgubre que representa Chávez y su “corte de los milagros bolivarianos”, que funden la república y revientan el tejido social e institucional de Venezuela.

Los chavistas con su jefe, viven en la ficción que genera su estúpida propaganda sobre que son parte de una corriente progresista latinoamericana. Nada más falso.

Los venezolanos no tienen ni idea de lo que ha significado la desgracia histórica de haber dejado gobernar a esta elite malandra por 11 años.

Hasta cualquiera de esos gobiernos izquierdosos que se obligaron a conservar lo fundamental de los equilibrios institucionales y las fortalezas de sus economías privadas, hubieran construido paraísos terrenales para sus pueblos, con los recursos de los que dispuso Chávez.

Pero allí también somos la excepción. No hubo, no hay, ni habrá, en la historia universal, por siglos y siglos, un fracaso más estruendoso, dilapidador y corrupto de un gobierno contra una nación.

Solo como interrogante, para que se entienda el significado último de la presencia norteamericana en Colombia, que tanto indigna a Chávez porque se ve cercado y con el techo encima: ¿Se imaginan ustedes cual sería nuestro futuro si llegara a Colombia un gobierno de Piedad Córdova, apoyada en las FARC como lo quiere Chávez y asociada a este gobierno en plena putrefacción?

Chávez solo hay uno. La “espada de Bolívar” solo nos atraviesa a nosotros. Solo la estupidez de las élites amamantadas en el chorro del dinero fácil del petróleo y del Estado rentista venezolano, pudo permitir que se alojara en las entrañas mismas del sistema democrático, un sepulturero portentoso de nuestra ruina como nación libre.

Solo podía lograrlo un alumno de Fidel Castro, pero con real, que compró complicidades en toda América por conveniencias sin escrúpulos, que aún perduran en la mayoría de sus gobiernos, sin contar con la alcahuetería de factores privilegiados internos, que sencillamente siguieron chupando de la rozagante y rubicunda ubre estatal millonaria.

Henos aquí, pagando el precio para que muchos otros aprendan, como ya señalan los ejemplos de Honduras y Colombia, que solo habiendo perdido el más elemental sentido de pertenencia a una nación civilizada, se puede mantener en el poder un personaje que por ejemplo después haber arruinado, entre muchas otras cosas, nuestro parque eléctrico nacional, nos manda a mear con linterna y a bañarnos totumeados. Sin duda alguna nos escogió mandinga como señuelo para la perdición de naciones enteras.

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