Esclavitud y exportación humana
(%=Image(8022526,»L»)%)Buenos Aires (AIPE)- En el siglo XXI todavía los seres humanos se compran y se venden por dinero y, peor aún, hay dictadores que disponen de las personas como si estas formaran parte de sus activos personales.
El gobierno francés anunció nuevos «incentivos para los matrimonios que tengan por lo menos tres hijos». Sucede que en Francia rige un sistema estatista que depende de las aportaciones coactivas de impuestos y contribuciones a la seguridad social. Ergo, si no hay suficientes esclavos tributantes, si no nace la suficiente cantidad de futuros esclavos, el sistema colapsa porque no puede recaudar lo que necesita.
Así que bajo el actual sistema estatista y las actuales tasas de fertilidad, Francia y Europa en general experimentarán una declinación demográfica con graves implicaciones económicas y sociales. Para garantizar el futuro del continente, según los expertos de los gobiernos, los europeos necesitan tener familias más numerosas.
Entonces, el gobierno francés ha dispuesto que las familias que tengan un tercer hijo podrán acogerse, a partir del 1 de julio de 2006, a un permiso parental remunerado con 750 euros mensuales durante un año entero, ideado para fomentar la natalidad sin perjudicar la actividad laboral de la mujer. Esto representa un costo considerable para las arcas del Estado, pero algunos pretenden que los pagos se aumenten hasta los 1000 euros mensuales, a fin de «facilitar la vida a los matrimonios trabajadores que deseen tener más hijos».
En nuestro propio hemisferio, la estrecha amistad entre Fidel Castro y el presidente Hugo Chávez de Venezuela desembocó en un «préstamo» para Venezuela de 20.000 trabajadores de la salud -incluidos 14.000 médicos, según el gobierno venezolano- quienes operan en barrios pobres y puestos rurales, remunerados con salarios siete veces mayores, en promedio, a los que reciben en Cuba. Castro prometió a Chávez que le enviará, antes de fin de año, otros 10.000 trabajadores médicos. Así, el gobierno cubano “exporta” gente como si fuera ganado.
El beneficio recibido por Castro, al enviar más de una quinta parte de los médicos cubanos a Venezuela, es recibir 90.000 barriles diarios de petróleo que no paga. El arreglo ha dado a la economía de Cuba el mayor impulso desde que perdió los subsidios soviéticos, a principios de los años 90, unos 650 millones de dólares anuales. Según Jaime Suchlicki, del Instituto de Asuntos Cubanos en la Universidad de Miami, esto es el doble de lo que aportaba durante sus últimos 20 años la Unión Soviética.
Con 66.567 médicos, Cuba tiene un médico por cada 170 ciudadanos, en comparación con un médico por cada 188 habitantes en EEUU, según reporta la Organización Mundial de Salud. Venezuela tiene un médico por cada 542 residentes. Con una de las más altas proporciones médico/paciente en el mundo, Cuba pudo darse el lujo de “exportar” durante el régimen castrista a más de 52.000 empleados del sector salud, enviados a 95 países.
Pero ahora, con el nuevo trueque con Venezuela, la situación ha empeorado. La ausencia de médicos familiares que se ocupaban de los primeros cuidados, escasez de especialistas, esperas más largas para cirugías oculares, terapia física y trabajos por parte de dentistas significan que los cubanos comunes y corrientes pagan con su bienestar y sus vidas por los acuerdos entre Castro y Chávez.
Al igual que la conscripción militar obligatoria, que literalmente esclaviza durante un período de tiempo a los ciudadanos de los países donde rige, el «ejercito de bata blanca» es propiedad de Castro.
El dictador cubano y su aprendiz venezolano recientemente realizaron conjuntamente una edición del programa dominical de televisión «Aló Presidente», que el venezolano habitualmente protagoniza cada domingo en cadena nacional, por muchas horas. Desde Cuba, Chávez reafirmó su diplomacia petrolera y Castro promocionó la formación del «ejército de batas blancas» y prometió formar en una década a 20.000 médicos venezolanos.
(*): Analista político argentino.
