En tres actos
1 . El pasado lunes, tras la juramentación de rigor, Barack Obama inició su segundo mandato con un discurso que dio valiosas pistas sobre su voluntad para ejercer a plenitud el poder presidencial en el ejercicio de sus últimos cuatro años en el cargo.
Confirmó sus compromisos con la sociedad, la economía, la seguridad de Estados Unidos y, más allá, con el final de una década de guerra, el valor de ganar la paz y de intentar resolver pacíficamente las diferencias con otras naciones, la disposición a forjar alianzas y apoyar las democracias y el impulso al desarrollo de energía sostenible.
La reelección fue muy reñida y decisiones cruciales seguirán siendo objeto de duro debate y riguroso control en el Congreso.
Anoto dos párrafos del discurso que perfilan la actitud presidencial y resuenan por aquí: «No podemos confundir el absolutismo con los principios, ni sustituir la política con el espectáculo, ni tratar los insultos como un debate razonado». Y el otro: «…El juramento que he hecho hoy ante ustedes, como el que hicieron otros que sirven en este Capitolio, fue un juramento ante Dios y ante el país, no ante un partido ni una facción».
2. El miércoles muchos venezolanos recordamos los 55 años del derrocamiento de la dictadura y renovamos nuestras aspiraciones por una democracia plena, con instituciones que despersonalicen y descentralicen el ejercicio del poder.
La movilización convocada por el oficialismo me hizo pensar en otro 23 de enero, el de la visita de Fidel Castro en 1959. En su apresurada llegada a nuestro país, el recién salido de la sierra Maestra, y ya entonces fluido orador, dijo en El Silencio: «…He sentido una emoción mayor al entrar en Caracas que la que experimenté al entrar en La Habana». Agradeció los apoyos recibidos para luego añadir: «Vengo en nombre del pueblo que hoy les pide ayuda y solidaridad»; y más adelante: «…Esta preocupación por las libertades de Cuba, esta extraordinaria preocupación por Cuba. ¿Qué es eso, sino un sentimiento bolivariano?». La seducción supo esperar por el facilitador inaudito.
En aquellas palabras también hubo un ofrecimiento que sí que se materializó muy pronto, aunque no «frente a la bota de un tirano» sino contra el régimen democrático: «Cuenten con los cubanos, cuenten con los combatientes de la Sierra Maestra, cuenten con nuestros hombres y con nuestras armas; que aquí en Venezuela hay muchas más montañas que en Cuba».
3. Este fin de semana la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en la que la presidencia pro témpore pasa de Chile a Cuba, se ha juntado a la Séptima Cumbre de América Latina y el Caribe con la Unión Europea.
Habrá mucho que analizar sobre la cita, particularmente por el encuentro con la UE. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe preparó a petición de la Celac un documento muy detallado sobre el estado y las posibilidades de inversión europea en la región.
En lo expuesto y propuesto abundan referencias a aumento de capacidad productiva, innovación en tecnología y negocios, diversificación de estructuras productivas, estímulo a la competencia, generación de empleos y capacitación de capital humano.
Por las notas sobre los preparativos, todo indica que nuestros vecinos, incluida Cuba, tienen gran interés en aprovechar y ampliar oportunidades de negocios. Será de interés, por muchas razones, evaluar cómo se mueve Venezuela en esta cita.