Opinión Internacional

Elecciones colombianas y Chávez

El relevante crecimiento en las encuestas de Antanas Mockus hace prever una reñida segunda vuelta en Colombia, frente a Juan Manuel Santos, candidato del partido de la U y heredero del gobierno de Uribe. El ritmo del aumento de la popularidad de Mockus es impresionante, del 9 %, en pocas semanas, se ha encaramado en más del 30%, empujando a un relegado  tercer puesto a Noemí Sanín del Partido Conservador. Las razones de este fenómeno electoral son múltiples. Sin duda, las características personales del candidato, su imagen de honestidad, su formación intelectual, su carisma personal y su trayectoria exitosa como Alcalde de Bogotá tienen mucho que ver con el exitoso repunte electoral. También el mensaje de cambio, después de ocho años de gobierno uribista, un cambio que se asienta sobre los logros en materia de seguridad de Uribe, que ha creado las condiciones para que muchos en Colombia piensen en la posibilidad exitosa de un renovado esfuerzo de negociaciones de paz con las FARC. La guerrilla fuertemente debilitada, militar y políticamente, podría renunciar a la violencia y aceptar un ingreso negociado al sistema político. En el marco de estas ideas, no se cometería  el error de Pastrana de iniciar una negociación  con una entrega unilateral de territorio a una guerrilla militarmente fuerte, sino se trataría del clásico: “a enemigo que huye: puente de plata”, en otras palabras, darle una salida política a una guerrilla militarmente derrotada. Otro factor que ayuda a la candidatura de Mockus es que muchos grupos  empresariales, normalmente más cercanos a un candidato como Santos, esta vez podrían considerar a Mockus preferible, porque le abriría la esperanza a una descongelación de las relaciones comerciales con Venezuela y les permitiría recuperar un negocio de exportación de alrededor de 6000 millones de dólares. Por tanto, no me extrañaría que, entre los actuales financistas de la campaña de Mockus, estén muchos de los exportadores colombianos. El Presidente Chávez está consciente de esta situación y está claramente decidido a fomentar y reforzar la idea de que la victoria electoral  de Santos deterioraría aún más las relaciones con Venezuela. Chávez llegó hasta el extremo de mencionar la posibilidad de una guerra. Buena parte de los observadores piensa que los ataques de Chávez a Santos lo fortalecen electoralmente, por la natural reacción nacionalista frente a la intervención extranjera en política interna. Sin embargo, en mi opinión, esta reacción se ve compensada por aquellos que, por interés o convicción, creen que una victoria de Mockus crearía las condiciones para un positivo mejoramiento de las relaciones con Venezuela.

En realidad, la causa fundamental del enfrentamiento entre Colombia y Venezuela no es  la mala “química” personal entre presidentes, sino consiste en que Colombia es uno de los obstáculos fundamentales al proyecto neo comunista de Chávez, que no se limita a Venezuela sino pretende, en su megalomanía, extenderse a toda América Latina. No creo que Mockus, quiera o pueda cambiar el modelo democrático de economía de mercado, abierta comercialmente hacia el mundo y romper la alianza con los EEUU, que ha sido muy efectiva para enfrentar el narcotráfico y el terrorismo de las FARC. En conclusión, las relaciones entre Venezuela y Colombia seguirán siendo complicadas.          

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