El reto de la nueva Agenda Común Hemisférica
Destacados analistas vienen señalando hace algún tiempo que los Estados Unidos no le han asignado la debida importancia a sus relaciones con América Latina mientras que consideran que se les otorga mayor prioridad a otras regiones del Mundo como el caso del Medio Oriente, la Unión Europea, Asia e inclusive África, que es un Continente que ha sabido defender una agenda social ante los países industrializados.
La prolongada ausencia de la Diplomacia Presidencial Americana finalmente se concreta con el viaje de Bush a Brasil, México, Colombia, Uruguay y Guatemala que constituye una ventana de oportunidades no solo para afinar acuerdos bilaterales con los países visitados, sino para asumir el reto que permita definir los alcances de una Agenda Común Hemisférica basada en los valores de la democracia, la vigencia de los derechos humanos, el desarrollo y las Metas del Milenio. Ello debe comprometer en los Estados Unidos a futuros Gobiernos sean estos Republicanos o Demócratas.
Los Presidentes visitados han dado muestras de ejercer una acertada Diplomacia de Estado ya que con realismo entienden que independientemente de sus posiciones ideológicas deben aprovechar la gira para asegurar el comercio, captar inversiones para su desarrollo, incentivar a sus empresarios para que puedan exportar mejor sus productos, apoyar a sus trabajadores para que puedan tener mayores garantías de trabajo, defender los derechos de sus emigrantes, para que puedan vencer trabas inmigratorias, y en general asegurar proyectos de futuro como el desarrollo del etanol en Brasil o propuestas similares identificadas con los intereses de cada una de las naciones visitadas.
Desde una dimensión multilateral, el viaje del Presidente Bush abre la posibilidad de que los voceros de la Comunidad Latinoamericana de Naciones logren concretar el rumbo ya acordado en múltiples Cumbres sean Andinas, Centroamericanas, Suramericanas, Iberoamericanas, o Continentales y finalmente poder pasar de la retórica a la acción. Para ello la futura Agenda Común Hemisférica debe asegurar el cumplimiento de Acuerdos Internacionales como la Carta Interamericana Democrática, o negociar los alcances de Acuerdos de nueva generación que garanticen la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico, la violencia y que defina la nueva estrategia concertada que de respuesta a los graves problemas que aquejan a nuestros países.
Sería un error encasillar la gira latinoamericana del Mandatario Americano como si se tratara de un torneo de boxeo entre Bush y Chávez, ya que eso es precisamente lo que procura nuestro Mandatario en su desacertado plan de agitación a través de una “Diplomacia Espectáculo” en Buenos Aires y en el mundo. Un análisis miope, lo único que contribuiría es determinar cuál de los dos Jefes de Estado está más desacreditado, lo que no beneficia a nadie.
Lo acertado es enrumbar un ambicioso dialogo Norte-Sur desde una perspectiva de futuro que asegure de manera constructiva una mejor calidad de vida para todos los ciudadanos de la Patria Latinoamericana en libertad, justicia social, solidaridad, progreso y respeto.