Opinión Internacional

El Poder desgasta: la hegemonía global de EE.UU. encuentra resistencia

¿De dónde proviene la resistencia?

El ejercicio de todo poder genera resistencias, señala Michel Foucault. Después de una década de hegemonía mundial indiscutible, los Estados Unidos de América (EE.UU.) comienzan a ver manifestaciones importantes de la consecuencia del ejercicio del poder indicada por Foucault. Los 10 últimos años del siglo recién finalizado, fueron protagonizados en buena medida por los EE.UU., dado su significativo crecimiento económico, su indiscutible superioridad militar –convencional y nuclear-, su liderazgo político en el ámbito de los organismos multilaterales y por sus distintas acciones individuales. En la actualidad, este país mantiene sanciones unilaterales sobre aproximadamente 70 países –tomando en cuenta que en el planeta existen en la actualidad unos 190. Algunas de estas sanciones emanadas del congreso estadounidense, se combinan con las impuestas por los organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o la Organización Mundial de Comercio (OMC). Estas sanciones, van desde las amplias que pesan sobre países como Cuba, Irak, Irán o Libia que contemplan bloqueos económicos, militares y petroleros –pasando por la justificación del narcotráfico-, hasta sanciones sobre navegación o pesca. Esta última modalidad de sanción (Marine Act / Fisherman´s Act), pesa sobre países como Belice, Canadá China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Italia, Taiwan, Vanuata y sobre al que aspira hacer su socio petrolero más importante la administración Bush, México.

Con la caída de la ex URSS y el consecuente estado de raquitismo económico en el cual quedo Rusia con manifiesta incapacidad de ser un ente de “peligro”, los EE.UU. ha debido apelar a “amenazas” como el terrorismo o el narcotráfico o a la búsqueda de la paz global para justificar la continuidad de su intervencionismo global. En tal sentido podríamos encontrar algunos indicadores de la hegemonía estadounidense en aspectos tales como:

  1. El mayor presupuesto mundial para investigación militar (unos 31 millardos de dólares)
  2. Cuenta con el mayor número de agencias de inteligencia global, entre las que cuentan: Central Intelligence Agency (CIA); National Security Agency (NSA), National Reconnaissance Office (NRO), Defensa Intelligence Agency (DIA), las cuales empleam más de 10.000 personas y su presupuesto en conjunto alcanza los 26.000 millardos de dólares
  3. Sus fuerzas armadas, de unos 1,4 millones de personas, tienen la capacidad tecnológica de rastrear información, personas y demás objetivos por agua, aire o tierra. Sus espías, activos las 24 horas en todo el mundo, roban secretos militares, industriales, políticos y tecnológicos.
  4. Representan un peso específico significativo dentro de los organismos multilaterales estimulados en su creación por los EE.UU. mismos. Así por ejemplo, su voz tiene un gran peso en la Organización de Naciones Unidas (ONU) Grupo de los Ocho (antes delos 7, G-8),; Fondo Monetario Internacional (FMI) Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), Organización Mundial del Comercio (OMC), Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)
  5. En el plano científico y tecnológico, anualmente da amparo a miles de “cerebros” de todas las nacionalidades para que investiguen en sus universidades, centros de investigación y empresas.
  6. En el ámbito económico muestra también indicadores poderosos. Su PIB se haya por el orden de los 8.634,4 millardos de dólares; el dólar es la moneda marcadora de todas las transacciones internacionales y globales, la bolsa de Nueva York constituye el barómetro financiero global
  7. Los EE.UU. es también la primera potencia en tecnología cibernética. Es el principal generador y exportador de innovaciones tecnológicas, cibernéticas, digitales, electrónicas, etc. Empresas dela información y el conocimiento como Microsof, IBM, Intel, Yahhoo, Amazon, American Online, CNN, etc. Dominan el mundo del tráfico de información a escala planetaria.
  8. Su idioma, el inglés, es considerado como la lengua de las comunicaciones internacionales en todos los ámbitos del quehacer humano, en el mundo. Incluso, en algunos países de habla nativa distinta al inglés, el uso de este idioma se ha vuelto tan cotidiano, que en muchos casos dentro de la conversación cotidiana y en los mensajes comerciales y publicitarios palabras y expresiones en lengua inglesa sustituyen a las locales
  9. La industria del espectáculo estadounidense invade el mundo con sus producciones cinematográficas, televisivas y mediáticas, así como de sus valores culturales, modos culinarios, urbanísticos o de vestimenta. La bandera estadounidense es utilizada en el mundo en infinidad de productos que son utilizados por millones de personas que no tiene la más mínima relación histórica o identitaria con tal referencial nacional estadounidense.

Como es sabido, durante la década de los noventa encontró la potencia global resistencia –aunque sin el peso específico significativo-, en Japón y la Unión Europea, en el ámbito económico y, en China, en lo que respecta al plano político y militar. No obstante, las manifestaciones contundentes, reales de resistencia en el mundo se están haciendo patentes hoy día. Con un proceso de integración en una fase más madura, la Unión Europea (UE) está tratando de cumplir el rol de contrapeso político y económico (y pretende también serlo en lo militar) que desde su formación como bloque se predijo que podría tener. No resulta casual que en la actualidad esté dado rápido impulso a la creación de la Fuerza de Reacción Rápida. La misma consiste en un ejército comunitario de unos 60 mil hombres bien entrenados, el cual tendría como objeto aumentar la capacidad de intervención europea en lo que considera son sus áreas de influencia sin depender tan significativamente de la OTAN y, especialmente de los EE.UU. Aún cuando la U.E. ha intentado generar ciertos vínculos entre esta fuerza y la OTAN, la intención de fondo es bastante clara, la Europa Occidental integrada, que ampliará paulatinamente a los países de la Europa Oriental su modelo integracionista, busca autonomía, busca distanciarse de la sombra estadounidense que se ha hecho una carga pesada después de la Segunda Guerra Mundial.

Por su parte Inglaterra, aliado incondicional de Washington durante buena parte del pasado siglo XX, ha comenzado a escudar su resistencia a la hegemonía estadounidense en la política exterior comunitaria de la Unión. La ayuda que los estadounidenses tienen de la Gran Bretaña para materializar su proyecto de “escudo” antimisiles a través de una red satelital, le ha sido esquiva. Los EE.UU. requiere, no sólo de la asistencia política de Londres en el seno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y de la OTAN, sino también de su territorio para colocar plataformas de antenas de recepción de información satelital. La resistencia inglesa también es en parte motivada por las permanentes presiones anti estadounidenses que Francia ejerce en el seno de la Unión y en el Consejo Permanente de la ONU. Como es sabido, en la actualidad podría considerarse a Francia, junto a Inglaterra, como los brazos militares del bloque mientras que Alemania continúa siendo el motor económico.

Por otro lado, Rusia ha comenzado a buscar una aproximación a la Unión Europea y aspira distanciarse de la asistencia económica de Washington. Por su parte China, aun cuando aspira incrementar en el futuro cercano su intercambio comercial con los EE.UU., no ha abandonado su proyecto de ascender política y militarmente en la escena global. En la actualidad, aun cuando China no representa la economía más fuerte de Asia –rol que ocupa todavía Japón-, si es considerada la potencia política y militar más importante de Asia, su brillo en la región supera incluso la todavía malograda Rusia, quien no encuentra todavía el camino definitivo que le permita superar duro golpe que significó el derrumbe de la URSS. La profunda debilidad institucional de Rusia, la enorme corrupción de sus distintas instancias político-económicas sumado a las profundas diferencias internas sobre la definición de un programa de desarrollo nacional para los próximos años, la coloca un ámbito doméstico sumamente caótico que limita su proyección internacional. No obstante su herencia nuclear soviética, la cual atenta contra la nación misma, continuará siendo un importante crédito en el plano de las relaciones globales de este nuevo milenio.

Como se observa, el contexto internacional actual pareciera comportar actitudes más acabadas de resistencia por parte de ciertos actores hacia los EE.UU. El desacato de varios países a las resoluciones de la ONU sobre el embargo aéreo a Irak –justificados con los vuelos civiles y humanitarios- dan muestra de ello. Nadie niega, por cierto, que en el caso de Irak los intereses que motivaron el desconocimiento al embargo no son puramente filantrópicos. Numerosas son las aspiraciones europeas de invertir en Irak en materia petrolera.

Asimismo, los intentos agudos en los últimos meses por parte de países europeos, como Inglaterra y Francia, y de Rusia por participar activamente en el proceso de paz del Medio Oriente conlleva a pensar que aspiran competir con Washington en el ámbito global. Los EE.UU. fueron celosos con la participación de otros mediadores en el proceso y aun cuando por momentos vio amenazada su preponderancia en la conducción de una serie de fracasadas negociaciones, mantuvo finalmente el control. Hasta el último momento de su gobierno Clinton hizo el esfuerzo por presionar a los árabes y a los judíos a lograr un acuerdo de paz. En apariencia, las posibles implicaciones que para la paz en la región tendría el gobierno derechista del Likud, en la persona de Ariel Sharon, eran entonces una preocupación sustancial para los estadounidenses y palestinos.

La resistencia internacional a EE.UU y Venezuela

Tal situación global, resulta significativa como insumo para el sostenimiento de la política exterior beligerante que el gobierno de Caracas ha adelantado con relación a los EE.UU. en los últimos dos años. Sin embargo, pese a un contexto internacional resistente a la hegemonía estadounidense ¿puede Venezuela ser en términos reales, no utópicos, un opositor a los EE.UU., al menos en lo hemisférico? ¿dada la posición que verdaderamente ocupa (no la que aspira) Venezuela en el ámbito político, militar, económico y petrolero mundial ser un contrapeso con relación a la hegemonía estadounidense?

Como es sabido, parte de la aparentemente nueva política energética del presidente George W. Bush, podría afectar seriamente a Venezuela en su condición de exportador petrolero al mercado estadounidense. El intento de diversificación de fuentes de suministro por parte de los EE.UU. -estimulando su producción local, haciendo nuevos socios en el extranjero y mejorando su relación con otros-, puede dejar a Venezuela con una menor participación en ese mercado.

Algunos analistas piensan que el Presidente venezolano, Hugo Chávez, ha comenzado a quedar políticamente aislado en el ámbito global, especialmente de los círculos de los países en desarrollo, pese a que éstos naciones aspiran igualmente contrapesar la hegemonía de Washington. Pero tienen otros métodos y maneras de hacerlo más ortodoxas. La imposibilidad de Chávez de materializar una gira internacional en el mes de enero de 2000, la cual comprendía destinos como el Foro de Davos, Italia, el Vaticano y países en el Medio Oriente –originalmente se habló de Irak e Irán-, aparentan ser un signo de las dificultades que está teniendo Chávez para sostener relaciones extra fronterizas.

No obstante, resulta conveniente tomar en cuenta manifestaciones como las del gobierno francés, a través de embajador en Caracas, en las que da su anuencia a la política exterior de Chávez –declaraciones sobre asuntos que sin decirlo hacen alusión expresa a los EE.UU. (bloque Sur, “OTAN” latinoamericana, capitalismo salvaje, etc.). Hasta la fecha no se ha conocido de pronunciamientos del gobierno francés en contra de las declaraciones de su embajador en Venezuela. Una U.E. buscando su consolidación a través de la moneda única (Euro), una rivalidad histórica entre Francia y los EE.UU. y un gobierno venezolano efervescente (buscando protagonismo internacional con posturas anti Washington), podría ser factores en convergencia en algún momento cercano. Claro es, que esto no puede tomarse en términos axiomáticos. Una aspiración de cooperación antiestadounidense europea-venezolana, con Francia como promotor, puede verse perfectamente mediatizada con intervención inglesa; aun cuando Londres también desee una merma en la hegemonía mundial de Washington.

En definitiva, todos estos escenarios formulados caben en la medida que el curso internacional continúe con la tendencia que lleva. El tiempo de la hegemonía de los EE.UU. no ha terminado. Posiblemente estemos en presencia de una nueva etapa de la misma, en la cual la resistencia siempre presente cobra mayor fuerza. Los actores opositores comienzan a madurar en sus condiciones locales y ganan fuerza para proyectarse más solidamente en el plano externo. Se entiende que China, es uno de esos países que estará, dentro de 10 o 15 años, en el selecto grupo de las cinco economías más grandes del mundo. Ya hoy día su peso se hace sentir, junto a lo que económicamente significan las economías del sudeste asiático.

China es en la actualidad, un actor considerado de importancia en el estudio del curso de la demanda energética mundial. Tiene una tasa de crecimiento energético anual de 3.5%, la cual se supone que se duplicará en los próximos 20 años. Aun cuando en buena medida el consumo energético chino esta basado ene el carbón (80% aproximadamente), este país está tratando de sustituir este energético por petróleo. Se estima que el consumo de petróleo de China para el 2001 será de unos 5 millones de barriles diarios, de los cuales 2 serán importados.

Pronósticos de empresas como la Royal Ducht Shell y la Agencia Internacional de Energía vaticinan aumentos sustanciales de la demanda petrolera china en los próximos 10 y veinte años. Mientras la corporación petrolera anglo-holandesa estima en 4 millones el incremento de la demanda china en los próximos 10 años; el organismo multilateral lo hace en 8 millones para en los venideros veinte. No obstante, existen voces menos optimistas con relación al crecimiento de la economía china y sus repercusiones en la demanda energética. “En efecto, un banco alemán estimó que las economías emergentes de Asia (incluyendo China) sólo crecieron en un 3% en el 4to trimestre del año pasado y crecerán al 5% en el año 2001, comparado con 8% en el 2000” (1)

Finalmente, lo importante podría ser tratar de comprender si las tendencias en el plano de las relaciones internacionales y globales están entrando en una nueva etapa en la cual:

  1. crece la resistencia y oposición a la hegemonía global estadounidense
  2. se fortalecen internamente actores que vienen adelantando desde hace tiempo su proceso de crecimiento –económico, político o militar.
  3. se debilita la hegemonía estadounidense sin que esto implique la pérdida total de su condición, podría Washington verse obligado, en el mediano plazo, a compartir los espacios de poder mundiales
  4. se abre cada vez más el camino hacia un orden global multipolar en ciertos aspectos y, posiblemente unipolar en otros –por ejemplo en el plano militar donde se supone una prolongación de la hegemonía estadouidense por un tiempo amplio.

Notas:
Milko Luis González Silva: Internacionalista, Investigador Petrolero IIES/FACES/UCV. Derechos de difusión del artículo Quantum Investigaciones y Consultoría IntegralÓ. Todos los derechos reservados. [email protected]

(1) Agenda Petrolera Internacional, febrero 2001.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba