El estado de la Unión
Durante los últimos doscientos veinte años, los Presidentes de los Estados Unidos de América, en el primer mes calendario de cada año, se han dirigido a sus ciudadanos para referirles la situación de la nación desde el punto de vista del Ejecutivo nacional. En tiempos idos, el evento se sucedía ante el Congreso. La tecnología disponible hoy, permite que todo el mundo pueda seguir dicha presentación por distintos medios de difusión. No hace falta “cadenas” ni transmisiones obligatorias para nadie. La calidad del contenido convoca a los emisores.
En esta oportunidad, el Presidente Barak Obama solo necesitó setenta minutos, incluyendo los prolongados aplausos de los asistentes, para hacer una minuciosa radiografía y varios planteamientos medulares que reflejaron el pasado y proyectan el futuro de los norteamericanos.
Su primer foco de atención fue alrededor de la importancia de la economía para el desarrollo de la nación. “Lo primero es la economía”. La crisis bancaria y los auxilios prestados, con sus situaciones a futuro.
Después de dedicarle la mitad de su tiempo a esa disciplina y su medular importancia, pasó al tema de la imprescindible “Innovación”, haciendo énfasis en la necesidad de desarrollar las investigaciones alrededor de la energía en sus distintas manifestaciones: Energía solar, eólica, nuclear, biocombustibles, carbón limpio, fueron capítulos abordados con la mayor dedicación y que muestran el rumbo hacia un país consciente de la necesidad de un mundo cuidadoso del entorno.
Su tercera preocupación estuvo centrada en la importancia de las exportaciones. Estados Unidos tiene que revertir su actitud ante las importaciones. Planteó la necesidad de doblar las exportaciones en un plazo de cinco años. Meta difícil, más muy necesaria.
Inmediatamente pasó a referirse a los problemas fundamentales de los ciudadanos. Viviendas e hipotecas, las planteó como las necesidades apremiantes del ciudadano medio. La salud y sus correspondientes seguros también fueron foco importante de su atención. “A una enfermedad de la ruina” fue una frase lapidaria que describe la situación de los ciudadanos desamparados por un seguro adecuado y accesible.
Los gastos de operación del gobierno y la deuda nacional no escaparon a su mención. Destacó que la atención de la crisis económica reciente, incrementó la deuda del país en un trillón de dólares y la tendencia, de continuarse con las actitudes actuales, incrementaría la deuda en ocho trillones de dólares en los venideros diez años. Insoportable.
La victoria del senador Scott Brown, que altera la correlación de fuerzas en la Cámara Alta, obligó al Presidente a dedicar unos minutos a promover la atención a las leyes de seguridad social y atención a la salud que él ha propuesto. Invocó la unidad, la libre discusión de los temas anteponiendo los intereses de la ciudadanía y propuso que, lo que los norteamericanos denominan “earmarks” tenga un tratamiento honesto y público a través de un sistema de difusión centralizado.
También se refirió a la necesidad de la unión de los ciudadanos y destacó que el tema de la seguridad nacional es el aglutinante más importante para la gran mayoría de los norteamericanos.
Finalizó su importante discurso con un breve pero explícito capítulo alrededor de las intervenciones en Iraq y Afganistán. Y no olvidó mencionar las actitudes ante la proliferación de armas nucleares y su principal promotor, Irán.
En relación a Latinoamérica, solo tuvo unas breves frases hacia Panamá y Colombia.
Es, sin lugar a dudas, un presidente progresista, puede recibir el adjetivo de socialista, pero sabe lo que está haciendo y trabaja por el bien de toda la nación y de todos sus ciudadanos. Cuanta diferencia.
Texto del discurso:
http://www.nytimes.com/2010/01/28/us/politics/28obama.text.html