El clima de Varsovia
Al igual que sus predecesoras (Copenhague 2009, Cancún 2010, Durban 2011 y Doha 2012), la Conferencia de las Partes (COP19) de la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático realizó pequeños progresos en la búsqueda de un acuerdo multilateral sustitutivo del ya fenecido Protocolo de Kioto (1997). La maratónica reunión se celebró en Varsovia entre el 11 y el 24 de noviembre.
Las cinco conferencias han dejado cabos sueltos a partir de compromisos parciales entre los Estados, más o menos vinculantes, pese a que el último informe científico del Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático revela que el calentamiento global generado por la acción del hombre sobre la Tierra se ha incrementado 43% entre 2005 y 2011.
El acuerdo de Varsovia prevé que los Estados presenten en el primer trimestre de 2015, un plan de reducción de las emisiones tóxicas de efecto invernadero, el cual sería adoptado en París a fines de dicho año. Las respectivas «contribuciones» comenzarían a aplicarse a partir del 2020.
Como se recordará, el expirado Protocolo de Kioto comprometió a los países desarrollados a reducir entre un 6-8% las emisiones tóxicas para el período 2008-2012 -lo cual no se cumplió-, sin fijar metas obligatorias a los países en desarrollo.
Lo positivo de la Conferencia de Varsovia, al igual que la de Durban, fue que comprometió a los 192 países miembros de la ONU y, al igual que la de Cancún, mantuvo una diferenciación entre las naciones desarrolladas y en desarrollo, al obligar a las primeras a bajar sus emisiones tóxicas y a las segundas a disminuir sus tasas de incremento, en reconocimiento al imperativo de erradicación de la pobreza y a su derecho al desarrollo.
@lxgrisanti