El aquelarre de Mar del Plata
No somos amigos de predicciones ni de brujos. Mucho menos de arúspices. Creemos firmemente en el trabajo creador y hemos sido tentados, muchas veces, por el método de la investigación.
Escribimos con cierta anticipación y hoy, viernes cuatro de noviembre, se inaugura en Mar del Plata la IV Cumbre de las Américas. Pomposa reunión donde treinta y cuatro jefes de Estado de igual número de países americanos convergerán con el objetivo teórico de estrechar la colaboración entre sus países y sumar voluntades para perseguir la solución de problemas comunes.
La realidad será muy diferente.
En primer lugar, pensamos que los objetivos teóricos difieren de manera radical con lo que va a suceder.
A Mar del Plata concurren, por lo menos, tres polos diferentes de actitudes.
Uno de ellos está representado por el Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, George W. Bush.
Creemos que, con políticas erradas o con actuaciones acertadas, los Estados Unidos tienen, amén de sus importantes objetivos económicos, intenciones adecuadas para colaborar con la solución de problemas de la región.
En la otra esquina, perdón, no se trata de boxeo, se ubicará el todopoderoso dictador venezolano quien utilizará todos sus recursos, aceptables o no, para continuar con su criticada guerra asimétrica y tratará de agredir por todos los medios al gobernante y de paso a la nación que es nuestro principal cliente y singular socio industrial y comercial.
En el medio se ubicarán, con mayor o menor preocupación y actividad, los presidentes del resto de los países de la región quienes tratarán por todos los medios de satisfacer tanto las metas particulares de sus países como los extremos que las buenas costumbres y la diplomacia aconsejan.
Pero, el título de estas líneas se justifica, porque paralelamente a la realización de la Cumbre, se realizarán varias otras reuniones públicas que desvirtuarán aun más, si esto fuera posible, los objetivos de la reunión y la atención que merecen los problemas regionales.
El dictador será el único orador de la anticumbre. Extraña asamblea de izquierdistas que hoy conforman un selecto club de agresores a los intereses de sus respectivos países y donde militan, entre otros, Evo Morales y Daniel Ortega. También estarán presentes en esa manifestación los dirigentes argentinos Luis D´Elia quien comanda la Federación Tierra y Vivienda y Jorge Ceballos del Movimiento Barrios a Pie. Todos estos movimientos están, aparentemente, financiados con nuestros dineros.
Pero la función no está completa. También habrá manifestaciones de tenor diferente a las anteriores pues se sucederán, una Marcha de la Federación de Trabajadores Argentinos y una Marcha Antiimperialista que agrupará a organizaciones anarquistas.
Como podemos ver, la mesa está servida para que los objetivos teóricos que enunciamos al comienzo sean totalmente olvidados y la reunión que se sucederá entre hoy y mañana sea el espectáculo más triste de la historia de las relaciones de las naciones de la región. Ojalá nos equivoquemos.
Menudo trabajo tendrán los Presidentes de los países que entienden los valores de la democracia, las reglas de juego de la política internacional y el debido respeto que merecen todas las personas que asisten a estos foros.
No hablemos de los cuerpos de seguridad.