Ecuador: en camino a ser una Correa del Norte
Rafaél Correa ha convertido al Ecuador en un país profundamente estatista, en el cual la libertad de expresión es perseguida y las protestas populares son definidas como intentos de golpe de estado.
Carlos Lauría, el Coordinador para las Américas del Comité Para la Protección de los Periodistas, CPJ, dice que: “Desde 2007, la situación de libertad de prensa se ha deteriorado seriamente en Ecuador…. Se ha convertido en uno de los países más restrictivos para los periodistas”.
El cambio de la constitución le ha dado a Correa poderes excesivos para disolver la Asamblea Nacional, vetar legislación e influir sobre las leyes que emergen de la Asamblea. Su influencia sobre el Poder Judicial es grande, ya que ahora los jueces son nombrados por una Comisión en la cual el poder ejecutivo tiene mucho poder.
Los derechos humanos son constantemente violados, ya sea en Dayuma, en Rio Grande o en Chimbo. La actitud de Correa con sus subordinados es despótica, como la de Hugo Chávez en Venezuela.
Escribiendo en Hoy (“Por qué Correa es autoritario?”, Octubre 9, 2011) Carlos de la Torre dice que los poderes están concentrados en el ejecutivo. Se criminaliza la protesta. El gobierno ha entrado en conflicto con los sectores sociales organizados. La prensa ha sido atacada duramente por el líder, quien entiende la política como una guerra. Según De la Torre “Correa y Alianza aís no tienen relaciones profundas con los movimientos sociales…o con las instituciones de la democracia”.
Ello ha promovido la aparición del estado como protagonista y de Correa como protagonista casi único dentro del estado. Una Correa del Norte, pués.
Ya se comienza a imponer un clima de opinión para ser re-elegido, imitando el modelo continuista y despótico de Hugo Chávez, quien, sin embargo, parece estar de salida en su país.
Ecuador comienza a parecerse a una Correa del Norte, clavada como puñalada traicionera en una América Latina acosada por el medio-evo boliviano y por el deschavetado régimen venezolano.