Cuestiones del Socialismo
“En nuestros locos intentos, renunciamos a lo que somos por lo que esperamos ser.»
William Shakespeare
Frases cliché como la siguiente las encontramos a diario en la prensa y en los boletines y revistas de algunos organismos culturales: “…el pueblo ha entrado contundentemente en la escena histórica … y no se puede estar de espaldas a eso que está ocurriendo, a los sonidos de la calle, a la sangre del pueblo, a los sonidos de los barrios, de la clase media, de los cafetines, a los sonidos de donde sea”. Esta frase perteneciente a un ensayo de Juan José Hernández es parte de la retórica populista y vacía de los defensores de un supuesto socialismo del siglo XXI. Para ellos, no hay ideologías claras al respecto, no hay planteamientos filosóficos y políticos-económicos, ni existen tratados de clásicos que difundieron el pensamiento socialista tanto utópico, el cual no significó un baño de sangre, como el del socialismo real, cuyos mayores exponentes fueron, entre otros, José Stalin, Mao Tse-Ting y Fidel Castro, todos sátrapas que han abusado y abusaron de la paciencia de sus pueblos a los cuales sometieron por el hambre con un estatismo exacerbado que nada tenía que ver con el hecho de que los propietarios de los medios de producción eran y serían los constructores de una sociedad socialista sin clases y democrática.
Los neo-socialistas stalinistas hablan del reinicio de un debate, al menos en Venezuela, sobre el modelo socialista a seguir y sin pensarlo dos veces lanzan el “socialismo del siglo XXI” como una panacea que no muestra nada pues aún no producen documentos concretos sobre esta presunta nueva ideología que han abrazado los comunistas, los fascistas de izquierda, los socialistas mercaderes, etc..
Sacan a relucir mensajes del Che Guevara, hombre que lo menos que tenía era el ser un ideólogo. Guevara habría dicho: “Sí, hemos discutido sobre el marxismo en otros tiempos”; él se refería al década del 50’; “sólo que ahora estamos discutiendo el Socialismo porque hemos tomado el poder y el pueblo ha tomado el poder”. Me pregunto, cual poder del pueblo, dónde, con qué, cuándo, cómo, en qué siglo…El pueblo de Cuba y de Venezuela, por poner dos ejemplos de lo que llaman socialismo, no son dueños de los medios de producción; además, no tienen posibilidad de elegir a sus mandantes y menos de participar en las tomas de decisiones. Más bien si levantan la voz y proponen alguna idea son, inmediatamente, tildados de vendidos a alguien; comúnmente se les endilga el epíteto de pro-yankies… Como es sabido, por lo demás, el Ché Guevara no produjo ningún aporte a la discusión del socialismo pues él confundía la lucha de clases con el militarismo, la lucha ideológica con dispararle al enemigo, y el poder con la burocracia del partido comunista.
Los seudo socialistas han equivocado, por otro lado la lucha ideológica. Para ellos el ruido de la metralla los lleva a pensar de que hay lucha socialista en México con los zapatistas, en Irak con los irakíes pro Sadam Hussein, y en donde haya balazo tropas norteamericanas metidas, pensando que hay una lucha de intereses de clases cuando lo más que existe es una lucha entre distintas formas de ver al capitalismo y, en último caso, en la lucha entre un capitalismo liberal y uno estatista. ¿Simple, verdad?
Me gustaría verlos entregar soluciones a problemas como el valor, la plusvalía económica y, especialmente, sobre la plusvalía ideológica, y una respuesta a sus posiciones que plantean un pensamiento único en las artes, en la economía, la educación, la cultura, y, en general sobre el problema del Ser.
Una de las “teólogas” del comunismo, la señora Marta Harnecker ha aceptado el fracaso del socialismo. Dice que este no ha tenido respuestas claras al capitalismo. Pero veamos que dice: “El capitalismo demuestra una extraordinaria capacidad de sobreponerse a las diferentes crisis aumentando su dinamismo y su capacidad de imponer a nivel global su modelo económico, político, ideológico y cultural. La situación parece haberse revertido. No es el capitalismo sino más bien el socialismo el que parece haber sucumbido y con él, el marxismo, su teoría inspiradora” Pero, también dice la señora Harnecker que: “El capitalismo realmente existente en su forma neoliberal ha sido incapaz de resolver los grandes problemas de la humanidad: aumenta desgarradoramente la pobreza; la destrucción de la naturaleza continúa su avance devastador; la prepotencia imperial se impone a costa de miles de vidas inocentes”.
Ante el fracaso del comunismo (socialismo real) y de la incapacidad para entender los ciclos del capitalismo, los pocos pensadores e ideólogo dicen, como Marta Harnecker, que “El Capital” de Marx, “es un modelo más bien inconcluso”; en otras palabras, ya no es la Sagrada Biblia de los autoproclamados revolucionarios. ¡Que vaina! ¿ no?