Cuba: La Transición o el Desastre
Carlos Alberto Montaner
V Foro Atlántico
“Cuba: de la dictadura a la democracia”
Fundación Internacional para la Libertad
Fundación Iberoamerica-Europa
Madrid, 7 de julio de 2008
En 1950, Akira Kurosawa estrenó Rashomon, una inquietante película ambientada en el siglo XII, en la que cuatro protagonistas de un horrendo crimen aportaban sus versiones contradictorias sobre lo que realmente había sucedido. Para enfrentarse a la situación cubana actual y a su posible desenlace, tal vez sea un buen procedimiento adoptar la técnica del director japonés e intentar colocarnos en el papel de cada uno de los actores fundamentales de este viejo e inacabable drama.
Fidel Castro, visión y misión
Comencemos por Fidel Castro. Es el más vistoso, ubicuo e inevitable de todos los cubanos. Le dio sentido y forma a la revolución. Lleva medio siglo instalado en los titulares de toda la prensa y su pintoresca imagen es la más conocida de toda la fauna política planetaria. A sus casi 82 años, agoniza lentamente en La Habana devorado por un cáncer intestinal que hizo metástasis, y del que fue necesario operarlo (sin mucha fortuna) en verano del 2006. En diciembre del 2007, finalmente, aceptó que no podía volver a dirigir el gobierno, pero no se resigna a perder el poder: un poder que ha ejercido sin limitaciones ni contrapesos desde 1959. Ante esta situación, su hermano y heredero, el general Raúl Castro, cuando asumió la presidencia propuso consultarle todos los asuntos fundamentales que debe afrontar el país. Para formalizar el acuerdo, le pidió autorización al parlamento cubano que, de inmediato, se lo concedió, obviamente, por unanimidad.
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