Crimen de lesa patria
Como he manifestado en otras oportunidades, la guerra asimétrica declarada por el hoy Tnt Coronel autoascendido, tal cual Napoleon al rango de comandante supremo de los ejercitos revolucionarios, no se peleará en los frentes militares ni se dará en una nueva versión de Bahia de Cochinos, sino en el frente diplomático, en la defensa de los mercados, en el campo comercial y en los organismos internacionales.
Considerando que el Plan de Batalla tendria que estar dirigido a combatir los nuevos enemigos como son el terrorismo, el tráfico de estupefacientes o el lavado de dinero; el ejército mas calificado seria el servicio exterior; la mejor arma, el conocimento y la experiencia de nuestros diplomáticos y la gran trinchera, la Cancilleria. Por esas razones el desmontaje que viene haciendo el Sr Maduro del servicio diplomatico venezolano, con la jubilación forsoza a más de 250 funcionarios, es un «crimen de lesa patria» y algún dia los responsables de esta atrocidad tendrán que afrontar sus responsabilidades ante los tribunales competentes, por la forma arbitraria como se ha hecho y ante la patria, por haberla dejado indefensa, tan sólo porque la mayoría de estos venezolanos, no eran fichas del partido, si no funcionarios de Estado
El Presidente tiene que estar consciente que de sus apoteósicas giras internacionales al inicio de su gobierno, ya no queda nada: ya pasaron los interminables aplausos en las NNUU, las ovaciones en el Congreso colombiano, el reconocimiento que la comunidad y la prensa internacional le hacían por ser un líder joven con un discurso nuevo y atrevido que decía verdades que otros no se atrevian a decir. Hoy el aplauso le viene sólo de gobernantes desprestigiados como Mugabe, Al Bashir y Kambanba o de áulicos como Correa y Evo. El caso de Lula es diferente, mientras por un lado le hace carantoñas, su Cancilleria (Itamarati) le arregla la agenda para ser reconocido internacionalmente. Sin embargo, considerando la responsabilidad administrativa que el señor Maduro pudiera tener por tan arbitraria actuación ya que como es público, su experticia en el campo internacional es nula; la gran responsabilidad, es del propio Presidente, a quien, conforme a la Constitución, compete la conducción de la política exterior y de su personal y quien paradógicamente también es el gran perjudicado con este ´»crimen de lesa patria». En terminos futbolisticos el presidente con esta razzia en la Cancilleria, se ha metido un auto gol que le merece tarjeta roja.
