Cooperación Sur-Norte
El inicio de la Cooperación Bolivariana para ayudar a los pobres de los Estados Unidos, marca una nueva etapa de la arquitectura diplomática internacional que podríamos denominar “Cooperación Sur-Norte”, mediante la cuál los pobres de un país rico, ayudan a los pobres de un país mucho más rico a combatir la pobreza.
Esta propuesta de cooperación novedosa rompe con la Doctrina de Cooperación para el Desarrollo, que a pesar de su gran importancia, lamentablemente se ha venido debilitando cada vez más desde la década de los 90.
El incumplimiento de las promesas de la Cooperación Norte-Sur, ha llevado a la ONU a propiciar la Cooperación Sur-Sur, con el fin de que los países pobres pudieran asumir sus propios mecanismos de ayuda para el desarrollo.
Las Democracias Populares alegaban que su lucha a favor de los pobres, justificaba la Confrontación Este-Oeste, argumentando la preeminencia de los derechos económicos y sociales sobre los derechos humanos. El colapso de los países comunistas debido al estado de pobreza a los que sometieron al “hombre nuevo” del Socialismo del Siglo XX, demostró la falsedad de su defensa de los intereses de los pobres.
La Diplomacia Venezolana en el pasado ha defendido de manera reiterada la idea de cooperación para el desarrollo en virtud del criterio orientador de la Justicia Social Internacional. Es por esta razón que el Fondo del Grupo de los 77 lleva el nombre del insigne venezolano Manuel Pérez Guerrero, mientras que la Presidencia de ese Fondo Fiduciario para los países del Tercer Mundo está ejercida por el compatriota Eduardo Praselj.
El conocido Centro Sur que realiza programas de Cooperación Sur Sur desde Ginebra, nació como respuesta a una propuesta de Carlos Andrés Pérez quien se sumó a la labor del Presidente de Kenia, Julius Nyerere, quienes no dejaron de resaltar al mismo tiempo la co-responsabilidad que tienen los países ricos de cumplir con sus compromisos de ayuda a los países del Sur
Lo que nunca nos bulléramos imaginado, es que Venezuela, gracias a la bonanza Petrolera, estaría dispuesta a ejercer la Cooperación Sur-Norte, como la realizada en el Bronx, y la anunciada para Boston y para la zona devastada por el Huracán Katrina
Si en vez de ayudar a los Norteamericanos, nos concentráramos en ayudar a los Venezolanos, lograríamos reducir los problemas de pobreza de nuestro propio país, al dotar a los hospitales de algodón, oxigeno y medicamentos; de construir las viviendas cuyas ofertas incumplidas permanecen como una pesadilla para los famosos “dignificados” de Vargas o los “sin techo”; de darle una digna pensión a los viejitos de la tercera edad; de crear fuentes de trabajo a los jóvenes que no encuentran empleo; de evitar que sean despedidos excelentes profesionales por aparecer en la lista de Tascón; de evitar el colapso de las autopistas, de los viaductos, de los túneles, de las carreteras.
La generosa ayuda Bolivariana parte de una falsa premisa porque con esa Cooperación Sur-Norte, son los pobres de un país pobre como se está convirtiendo Venezuela, quienes ayudan a los ricos de un país rico, que son los que realmente se benefician de la “revolution´s new look”. Si no, baste con constatar el agrado manifestado por parlamentarios, funcionarios, periodistas y ciudadanos norte americanos por la inesperada donación.