Opinión Internacional

Continúa la lucha por un Socialismo Participativo y Democrático (SPD)

Al año de su presentación pública, el documento “Cuba necesita un Socialismo Participativo y Democrático. Propuestas Programáticas” ha cumplido sus objetivos fundamentales:

1-Presentar públicamente una propuesta de socialismo marxista, que garantice la continuidad y el avance de la Revolución ante la complicada situación interna y externa que atraviesa y el reconocimiento por la propia dirección histórica de la posibilidad de su reversión; y

2-Contribuir al intercambio solicitado por los líderes de la Revolución y hacerlo lo más profundo y amplio posible entre todos los cubanos y revolucionarios de todo el mundo, para enriquecerlo y clarificar el camino y los objetivos futuros del proceso.

A pesar de las dificultades objetivas y trabas impuestas para su divulgación, nuestras propuestas llegaron a miles de cubanos vía correo electrónico, memorias, otros soportes digitales y folletos impresos. Hemos sabido de su conocimiento y circulación en la mayoría de las provincias del país. Agradecemos a todos los que han contribuido de alguna manera en este sentido.

La prensa digital de izquierda en español le dio amplio destaque. Kaosenlared.net abrió incluso una sección especial para el debate socialista en Cuba. Algunos medios digitales de la emigración y unos pocos órganos de la gran prensa burguesa lo comentaron. La derecha cubana, también ha hecho alguna referencia al documento para atacarlo, desde luego. Diversos analistas, periodistas y especialistas de la situación cubana desde todas las posiciones han reconocido la existencia en Cuba de un nuevo proyecto socialista no estatalista promovido desde el seno de la Revolución.

La dirección histórica no ha prestado atención pública a las Propuestas Programáticas, ni los órganos de prensa nacionales las han publicado; pero distintas informaciones que nos llegan por diferentes vías indican que el documento es de amplio conocimiento general.

Coincidentemente, los principales órganos nacionales de prensa escrita y algunos programas de radio y televisión están desarrollando una importante labor crítico-propositiva en la misma dirección que las Propuestas, al evidenciar que las causas de nuestros problemas están en el fracaso del estatismo asalariado -sin mencionarlo por su nombre-, y al destacar, como solución exitosa, el sistema cooperativo de trabajo en la producción agrícola.

Si las “15 propuestas concretas para revitalizar el socialismo en Cuba” presentadas el 2 de septiembre de 2007 constituyeron un aporte estimulante al debate convocado por Raúl entonces, las Propuestas Programáticas ayudaron a mantener la discusión viva desde su publicación hasta el presente y han contribuido junto a otras instituciones oficiales y grupos de intelectuales revolucionarios dispersos en el mundo académico, a que el pensamiento político cubano comenzara a salir del inmovilismo en que se encontraba sumido por la herencia del “socialismo real soviético”, brecha que abrieron el líder de la Revolución, en su discurso el 15 de noviembre de 2005 en la Universidad y los llamados al debate del 2do Secretario del PCC.

Políticamente, hoy nos encontramos en una etapa cuantitativa y cualitativamente superior al 2007 y al momento en que se presentaron las Propuestas Programáticas. Las manifestaciones más evidentes son la propia existencia de una nueva salida socialista a la crisis estructural actual, el llamado del Presidente de la República, Raúl Castro -mal que pese a algunos, el Presidente de todos los cubanos, militares y civiles- a que sea el pueblo el que decida cuál socialismo desea, la realización próxima de una Conferencia del Partido y un nuevo anuncio de celebración del VI Congreso del PCC, luego de amplio debate popular sobre el socialismo.

En el 2005, cuando habló Fidel en la Universidad, era un sueño que algunos teníamos, la posibilidad de someter a discusión popular el socialismo realmente existente en Cuba y una quimera que fuera el pueblo el que decidiera qué tipo de socialismo construir. El sueño, ha comenzado a tomar contornos de realidad. Algunos quisiéramos ir mucho más rápido, pero sabemos que es necesario vencer todavía la fuerte oposición inmovilista a lo interno del Partido y la burocracia.

La historia ha demostrado una vez más, la necesidad de luchar por la utopía revolucionaria, no importan los obstáculos. “Seamos realistas y hagamos lo imposible”, dijo el Che.

Muchos hemos escrito artículos y dado opiniones en estos años, concientes de que podíamos esperar recriminaciones. La dirección histórica que pidió el debate, apostó por escuchar y obtuvo resultados: nunca antes el “socialismo de estado” había sido criticado en público tan profunda y ampliamente desde el seno revolucionario y las posiciones del marxista. Nunca tampoco, había aparecido internamente, en forma tan nítida, una propuesta concreta de un socialismo revolucionario.

Contra las Propuestas y sus autores se ha venido realizando una indecorosa y solapada campaña de descrédito, aislamiento y desarticulación de nuestras posibilidades de divulgación.

Han sido arbitrariamente separados de sus trabajos algunos compañeros, otros sancionados en el Partido, hostigados en distintas formas, se ha tratado de empujarnos a las posiciones enemigas o “contaminarnos” con ellas; se nos ha acusado que querer “imponer” lo que solo hemos querido debatir; han querido presentarnos como mensajeros del capitalismo y detractores de la Revolución a la cual hemos servido incondicionalmente y deseamos ayudar a salvar -enfrentando riesgos-, y hemos sido víctimas de otras provocaciones que preferimos olvidar; pero nada logró, ni logrará desestabilizarnos ni paralizar nuestra faena.

No hemos querido convertir toda esta indecente “operación” contra las Propuestas Programáticas y nuestras personas, en un problema más para la política gubernamental, pero deben cesar estas provocaciones, si sinceramente se desea un debate revolucionario y conocer otros criterios de cómo hacer avanzar el socialismo.

Sin las 15 Propuestas para revitalizar el Socialismo, sin las Propuestas Programáticas, sin los cientos de artículos con análisis críticos publicados, sin las discusiones y comentarios en Kaosenlared, el debate de ideas pedido por Fidel y Raúl ¿habría conseguido alguna horizontalidad? ¿Habría estado fuera de las gavetas de la burocracia? ¿Habría sido verdadero?

La Revolución está pasando una significativa prueba de fuego: este debate público y a “calzón quitado” entre los revolucionarios, con las piezas íntimas expuestas al sol purificador, sin que por ello –hasta hoy- se hayan dividido sus filas, ni los sectarismos y oportunismos hayan podido levantar cabeza, aunque han intentado salir de sus cuevas. Hasta ahora hemos logrado que todos esos “ismos” que resuenan de pasadas historias, se guarden de provocar los desgarramientos de otros procesos y mantengan la cohesión sin perder su diversidad.

La confianza mutua en que procuramos los mismos fines, aunque discrepemos en la manera de conseguirlos, ha sido la clave. Esa idea debe seguir primando en los debates posteriores y garantizar la cohesión estratégica de todas las fuerzas revolucionarias. Las Propuestas contienen apenas unos pocos párrafos de análisis crítico, todo lo demás son sugerencias. Son más propositivas que críticas. Nunca hemos realizado críticas ni calificaciones ad hóminen, sí a los mecanismos y formas de organización social, política y económica.

“Papá todo lo que vayas a hacer, hazlo desde el amor”. Me dijo mi hija, cuando decidí dar a conocer públicamente mis ideas. He sido fiel a su solicitud, y lo seguiré siendo, sin esperar ser correspondido, pues el verdadero amor se entrega incondicionalmente, nos enseño Martí.

Tampoco somos genios ni magos los que venimos en esta lucha hace ya más de 20 años desde dentro de la Revolución, hemos cometido errores, -ninguno grave al parecer- y reconocemos que nuestras ideas han crecido con el debate. Nuestro lenguaje, heredero del tradicional, también debe mejorar.

El imperialismo, la contrarrevolución y los confundidos que en algún momento pudieron imaginar que este debate y nuestras críticas podrían debilitar la Revolución, han recibido una lección: todo ha sido planteado y el proceso político, económico y social anticapitalista hacia la socialización que implica, no solo sigue ahí, no se ha caído; al contrario, se ha fortalecido con la crítica a los fracasados métodos centro autoritarios de la manera estatalista –errada- de concebir el socialismo y la aparición de una salida socialista integral, auténtica y autóctona.

El arma de la crítica fue arrebatada al enemigo y rescatada para los revolucionarios, aunque sigue sin lograrse la necesaria comprensión de que es también un arma legítima el pleno respeto a todos los derechos humanos y ciudadanos de todos los cubanos. La oposición interesada en que así sea, pudiera contribuir mejor a derrotar las fuerzas menos propicias al cambio en el seno revolucionario, si el conjunto de sus críticas dejaran la agresividad y fueran más propositivas, camino que han sabido elegir algunos.

Hoy vemos no pocas de nuestras consideraciones reflejadas en los planteamientos de una gran cantidad de cubanos de todos los ámbitos, quienes han empezado a comprender que existe otra manera de concebir el socialismo. Hemos puesto en duda la creencia de numerosos compatriotas, de que la única alternativa a la situación actual fuera el regreso al capitalismo privado. Hemos contribuido a “refrescar” el socialismo y a renacer en muchos las esperanzas perdidas.

Han sido los propios motores internos del proceso y las acciones a veces imperceptibles de las masas, los que están imponiendo con toda claridad, la necesidad de avanzar hacia la socialización profunda de la economía y las decisiones de todo tipo. Los proyectos socio políticos triunfan cuando existen condiciones histórico concretas que lo permitan. Solo entonces la voluntad de los hombres se impone.

El camino no ha sido fácil y seguirá siendo difícil, las batallas decisivas están por darse. El inmovilismo sigue fuerte y obstinado con el control centralizado y el dirigismo. Las tendencias autoritarias parecen fortalecerse por momentos. La brecha entre el estado y los trabajadores se amplía con la imposición de métodos ajenos al socialismo. La lucha por derrotar el burocratismo y la corrupción tendrá que seguir caminando por un desfiladero preñado de peligros, confusiones y arbitrariedades por las que pasan todas las confrontaciones políticas. La fuerza podría imponerse coyunturalmente; la razón convence y a la larga vence.

La discusión colectiva, la gestión democrática, la búsqueda del consenso, las decisiones tomadas por los interesados todos, la plena libertad de opinión, el respeto a la diversidad, la responsabilidad colectiva compartida y concientemente asumida, la horizontalidad y el rechazo a todo verticalismo, despotismo y autoritarismo, son los métodos que corresponden al sistema de organizaciones políticas, sociales y económicas en el socialismo. Orden como sinónimo de armonía y consenso democráticamente compartido, no de imposición.

Las dificultades objetivas -el bloqueo imperialista, la crisis internacional, el retraso tecnológico, los desastres naturales y otros- no podemos modificarlas en poco tiempo o no dependen de nosotros; pero todo lo que pueda cambiar por la acción conciente de los hombres, sí.

Para algunos la postergación del Congreso del PCC y la convocatoria de la Conferencia es una “jugada” para ganar tiempo, “desgastar” las Propuestas Programáticas y seguir consolidando la posibilidad de un “socialismo-burgués” tipo chino con apoyo del capital internacional, una vez levantado el Bloqueo.

El que está contra el reloj es el “socialismo de estado”, que sobrevive por un subsidio externo el cual no es posible ampliar más, ni –quizás- tampoco prolongar por mucho tiempo, dadas las complicaciones internacionales y cada día que pasa su fracaso se hace más evidente y cuenta con menos aprobación; mientras que las ideas y modalidades del SPD, como alternativa real contra el capitalismo, crecen en forma inversamente proporcional, no solo en Cuba.

Por otro lado la vía china a la restauración capitalista parece imposible sin el apoyo del imperialismo que solo se acercaría para tratar de tragarse a la Revolución, algo que no está dispuesto a consentir ningún revolucionario cubano.

También sabemos que una grave falla que contribuyó decisivamente al fracaso de los intentos renovadores en la URSS, fue la incapacidad del PCUS para desembarazarse del inmovilismo. La Conferencia acordada por el VII Pleno del CC, pudiera cumplir ese propósito y dar un golpe definitivo a la inercia. Igual, el cónclave pudiera oír los pareceres de trabajadores, cooperativistas, académicos, científicos, y activistas sociales sobre los importantes temas en discusión, sin sectarismo ni secretismo, en el entendido de que el PCC por ser el único existente, debe ser capaz de representar los intereses de toda la nación.

No faltan quienes dicen que si quisieran avanzar en el camino que proponemos, contarían personalmente con nosotros. La hechología positivista burguesa y el centralismo burocrático nunca entenderán. No interesan personales protagonismos que corresponden al pueblo, a los trabajadores y a las ideas.

Hoy, los adversarios del avance socialista podrían intentar desacreditarnos arbitrariamente con cualquier manipulación mediática o podríamos morir mañana; pero ya la misión inicial que nos propusimos está cumplida: está planteada la salida verdaderamente socialista para evitar el regreso al capitalismo privado en Cuba: el Socialismo Participativo y Democrático, una opción real, publicada, conocida, “conversada”, con vida propia, natural.

Nuestra Revolución no es una impostura y por eso, más temprano que tarde avanzará hacia una mayor participación de los trabajadores y el resto del pueblo en todos los asuntos que les conciernen. Si no hubiéramos confiado en ello siempre y si no siguiéramos confiando, no estaríamos involucrados en este complejo debate, tratando de impulsarlo. Los contrarios, los que dan la revolución por acabada, los indiferentes dedican su tiempo a otra cosa.

Nosotros seguimos en combate por el socialismo hasta sus últimas consecuencias.

Mientras, como “las hormigas negras, en noches negras, por oscuros caminos”, seguiremos con nuestra labor de difundir las ideas del socialismo marxista y martiano a todo lo profundo posible de la sociedad, sea para hoy, mañana o pasado mañana.

En este contexto, en el primer aniversario de las Propuestas Programáticas para un Socialismo Participativo y Democrático, sus autores hemos considerado:

1-Mantener el texto original con su propósito de debate por la población dada la vigencia general de sus análisis y propuestas y la ausencia de otro programa socialista.

2-Presentar en breve, un resumen de las ideas principales que recibimos del intercambio posterior, que completarían y ampliarían las propuestas del documento original.

3-Una vez conocida la fecha del inicio de las discusiones previas al VI Congreso, presentaremos las ideas centrales de nuestras propuestas que no hayan sido incluidas en el documento oficial que se someta a debate popular.

4-Continuar defendiendo las ideas del Socialismo Participativo y Democrático, así como las experiencias revolucionarias afines que se desarrollan en América Latina, por todas las vías posibles y a nuestro alcance.

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