Cirios para Siria
En artículos anteriores hemos criticado la falta de acción a nivel internacional en respuesta a la tragedia Siria. Esta semana sin embargo, hemos visto dos aportes –que si bien están lejos de solucionar el desastre ocasionado por el genocidio que vive la nación árabe- marca un camino de esperanza.
Uno de los logros es la reciente reunión de 70 países y 24 organizaciones internacionales en la Conferencia de donantes convocada por Ban Ki Moon, Secretario General de la ONU y auspiciada por el Sheik Sabah al-Sabah de Kuwait en el que se estableció un fondo de 2,4 millardos de dólares que se suma a los 1,5 millardos de dólares recogidos en la conferencia anterior, destinado a ayudar a las víctimas de la guerra: a esos millones de ciudadanos que tuvieron que dejar sus hogares para sobrevivir en condiciones inhumanas; ayudar a mitigar en alguna forma la hambruna generalizada por la destrucción del país; a los cientos de miles de heridos por las armas químicas y por los bombardeos constantes; al drama de los refugiados que se escaparon a los países vecinos pero que viven en carpas en un crudo invierno; a los niños privados de escuelas y que deben mendigar en las calles para sobrevivir y tantas otras calamidades indescriptibles. Es cierto que el monto recogido no es suficiente, pero por lo menos ayudara a una buena parte de la población a aliviar sus sufrimientos, si es que el régimen de Bashir el Assad no bloquea la ayuda humanitaria.
Otro de los logros ha sido la presión que tanto el Canciller John Kerry de los Estados Unidos como el Canciller Sergei Lavrov de Rusia le han hecho a las partes en conflicto para atender a la Conferencia de Paz en Ginebra el próximo 22 de Enero. Mientras los norteamericanos han exigido que los rebeldes reunidos en la Coalición Nacional –principal bloque opositor- acepten la necesidad de que todos los actores involucrados participen, los rusos han insistido ante el gobernante Assad que acepte los planes de cese de hostilidades y participe en la Conferencia. Otros aliados internacionales especialmente de Europa y del Golfo se han sumado a esta posición, pero es evidente que la unión de dos voces principales de peso, determinan una opción que arroja mayores posibilidades a la búsqueda de una solución diplomática a la guerra.
Quedan por determinar varias interrogantes no resueltas como es el caso de la participación del Irán en el “Grupo de Amigos de Siria”, ya que muchos consideran que el papel de los Ayatolas representaría un mayor desequilibrio en esta etapa de negociaciones diplomáticas, por estar involucrado indirectamente en el conflicto. El otro tema es la exigencia de algunos sectores opositores de que la solución futura debe partir de la salida de Assad del Gobierno, posición que es rechazada por Damasco.
Es evidente que las dos iniciativas exitosas que hemos referido no son suficientes para solucionar la tragedia que vive el pueblo sirio, pero si nos anima a encender dos cirios para Siria, como esperanza de que ambas iniciativas puedan constituir un camino para la Paz y pueda al mismo tiempo reducir en alguna forma el dolor y el sufrimiento de ancianos, mujeres , niños y de la población en general de ese país.