Opinión Internacional

Chile y Perú, lección de hermandad

«Nada es más peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo
ciudadano el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle, y él se acostumbra
a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía» – Simón Bolívar

Una gran lección de diplomacia y de hermandad es la que acaban de dar los
gobiernos y los pueblos de Chile y Perú. En efecto, dejando atrás un pasado
de dimes y diretes, de confrontaciones verbales, políticas a veces y
comerciales, que no llevaban a nada bueno, los gobiernos de Michelle
Bachelet y de Alan García han acordado crear una fuerza militar de paz
conjunta, el pasado miércoles 25 de octubre de este año 2006.

Si a esto le sumamos el Tratado de Libre Comercio firmado por ambos países
el pasado 22 de agosto, el cual le permitirá a ambos países asumir con
fuerza y energía los retos de los mercados del Pacífico, en especial los de
Asia, si le sumamos las inversiones chilenas en Perú que ascienden a más de
5 millardos de dólares y que podrían más que duplicarse en un año,
contribuyendo Perú, de paso, a hacer a Chile más independiente (o no
dependiente) del gas natural boliviano-argentino, estaremos frente a un
acuerdo de países hermanos que traspasará los límites de la historia de los
siglos XIX y XX que quedarán enterrados por un acuerdo de intereses comunes
que beneficiará a ambos pueblos.

Chile ha tenido las puertas abiertas por muchos años al pueblo peruano y se
puede ver como la mayoría de los inmigrantes a tierras chilenas han sido
tratados como iguales y han prosperado en su calidad de vida al lado del
pueblo chileno.

Mientras en el norte del continente sudamericano hay llamados a la
revolución del hambre, al pensamiento único, al partido único, al
guerrerismo, al insulto, al odio de clases, a la desunión porque no se
comulga con ideas que ya probaron ser un fracaso, los pueblos de Chile y
Perú han dado un paso trascendental de hermandad y, sobretodo, de querer
prosperar en la unidad globalizadora que arropa al mundo.

No en vano, los intereses de los pueblos son los mismos: paz, prosperidad,
trabajo, cultura, hermandad, progreso, calidad de vida, etc. En otras
palabras, los pasos dados por estas dos naciones desmienten las políticas
revanchistas o guerreristas propiciadas desde el norte.

Las políticas chileno-peruanas son la muestra de lo que deben ser los
paradigmas de la verdadera democracia continental. Sabemos que la presidenta
Bachelet de Chile es socialista y marxista; pero, también sabemos que cree
en el progreso, en la libertad, en la democracia y la justicia social. Alan
García, presidente del Perú, ha comenzado con buen pie su segundo mandato.

Partió bien y aprendió rápidamente de los errores de su juventud. Él, es sin
duda, es un socialdemócrata probado que solo busca y buscará, al igual que
Bachelet, la dicha de su pueblo y, eso, lo engrandece ante la opinión
pública internacional.

Los pueblos y mandatarios americanos, en especial el presidente Evo Morales
de Bolivia, deberían congratularse de estos acuerdos. Deberían aprender de
ellos y, no caer en la estúpida trampa de un socialismo del siglo XXI que
sólo existe en mentes dañadas de personas y políticos resentidos sociales,
que piensan que las ideas de un dictador moribundo y enriquecido por 50 años
de poder omnímodo, son las correctas. No, jamás las ideas únicas, del amo
omnipotente que resiente la democracia, podrán llevar a los pueblos a
progresar e integrarse.

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba