Brasil y la Unión Europea se asocian
Brasil y la Unión Europea celebraron en Lisboa el 4 de julio la primera cumbre presidencial y suscribieron una ambiciosa Declaración Conjunta en la cual se comprometen a forjar una asociación estratégica integral. Las partes perfeccionarán el diálogo político, la asociación económica y comercial y la cooperación al más alto nivel, a partir de valores comunes como democracia, derechos humanos, desarrollo sustentable, diversidad cultural, cohesión social, solidaridad y economía de mercado.
No es un accidente que la cumbre se celebre a pocas semanas de la visita del presidente Bush a Brasil. Tampoco es un accidente que se realice al iniciarse la presidencia portuguesa de la Unión Europea, el pasado 1ro. de julio. Europa reconoce la creciente influencia del gigante suramericano en la escena mundial como país integrante del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Los grandes temas de la agenda global –gobernabilidad, paz y seguridad, armamentismo, cambio climático, comercio y desarrollo, inversión y pobreza, terrorismo, narcotráfico, reforma de las Naciones Unidas-, no pueden ser resueltos sin el activo concurso de los países cuyo peso geo-político y económico no puede ya ser obviado por las grandes potencias.
Brasil es de lejos el primer socio comercial y receptor de inversiones de la Unión Europea en América Latina. El diálogo político al más alto nivel podría destrabar las alicaídas negociaciones para un acuerdo de asociación de IV generación entre la UE y MERCOSUR, cuya negociación comenzó hace más de siete años bajo el paraguas de un acuerdo marco de cooperación firmado hace 12, en 1985, en Madrid.
La reconocida competencia profesional de la diplomacia de Itamarati representa una formidable oportunidad para re-energizar la alicaída Ronda Doha de la OMC y alcanzar un acuerdo que elimine más temprano que tarde los subsidios agrícolas, los altos aranceles selectivos y las restricciones para-arancelarias que imposibilitan el acceso a mercado de los países en desarrollo. Además de las de acceso a mercado y subsidios agrícolas, las disciplinas de servicios, inversión, competencia, compras gubernamentales, propiedad intelectual, facilitación de comercio, comercio electrónico, etc., deben superar el sesgo proteccionista que tradicionalmente han tenido a favor de los países industrializados.
Brasil es también un actor clave en la energía mundial pues su poderosa empresa estatal Petrobras, con un 30% de su capital cotizado en las bolsas internacionales, se codea con las grandes transnacionales del petróleo. La cuenca del Amazonas alberga 20% del flujo de agua dulce del planeta. Por todas estas razones Europa quiere entenderse y acercarse a la gran nación lusitana de América.
El presidente Lula mira hacia el Sur…y también al Norte. Portugal al timón de Europa busca acercar la nave a buen puerto porque el equipo de Brasil no sólo gana campeonatos de fútbol.