Botoxur
En los estatutos de UNASUR, fundado en mayo de 2008, se establece, entre los objetivos, fortalecimiento de la democracia en Sudamérica y en la su reciente cumbre de mandatarios acordaron buscar que la región sea una zona de paz estableciendo “un mecanismo de confianza mutua en materia de defensa y seguridad”. Se acordó que antes de cualquier alianza entre un país del bloque con alguna potencia extranjera se harían consultas entre sus miembros.
Solo pasaron unos días y Lula firmó con Francia la más millonaria de las compras de armamento y tecnología de las últimas décadas en Latinoamérica, que incluye la know-how para la construcción de submarinos, uno nuclear, decenas de helicópteros, y la colaboración francesa – a cambió de más de $12 millones – para erigir astilleros y plantas para una industria bélica digna de una gran potencia. ¿Habrá una cumbre de UNASUR, como la convocada contra Uribe por su acuerdo de recibir tropas norteamericanas en bases colombianas para luchar contra el narcotráfico? ¡Por supuesto que no!
Bachelet, en Chile, dio un paso interesante al proscribir un decreto de le época de Pinochet que otorgaba el 10% de las ventas de cobre a las Fuerzas Armadas chilenas, pero esto no implica que su país no se seguirá armándose con el mejor proveedor en el mercado internacional, ¿y por qué no?, si Bolivia ya anunció que continuara – pese a la oposición de Paraguay – sus compras de armas a Rusia, y Chávez acaba de visitar Moscú y recibirá también muchos más armamento de Moscú.
En cuanto a la democracia, en Colombia se cocina la alternativa de una tercer período presidencial para Uribe; en Bolivia, Evo Morales anuncia que su próxima reelección es solo el comienzo de un gobierno para los próximos 50 años; en Ecuador y Argentina se intimida a los medios a través de la reforma de leyes de comunicación, y, especialmente la pareja Kirchner, arremete contra la prensa independiente, en especial el Grupo El Clarín, curiosamente cuando más afloran sospechas de graves escándalos de corrupción. Mientras, Chávez avanza en su cruzada para criminalizar la protesta pacífica en Venezuela.
Así son las cosas en la Sudamérica encaminada a la unión gracias a “transparentes” y “heroicos” líderes que según un reciente film que los ficcionaliza, representan a sus pueblos. En el brillante artículo “El Picado de Oliver Stone” (09-09-09) Armando Coll, escribe: “El tráiler abre con un plano de Stone que camina arrobado junto a Cristina Kirchner, mientras ella le suelta esta perla conmovedora: ‘Por primera vez la cara de los gobernantes de nuestros países, es la de los pueblos que gobiernan. La cara de Morales, es la de un boliviano’ – y concluye el periodista – ‘No cabe duda de la contundencia étnica del fenotipo de Evo, pero si los gobernantes de este cartel de redentores antiimperialistas tienen la cara de sus pueblos, ¿será que en Argentina ahora los pobres se inyectan botox?’”
A juzgar por los rostros de los endiosados mandamases sudamericanos, las promesas de las cumbres son como la toxina bulímica (botox), material que antes de ser usado para encubrir el real rostro de algunos, se utilizo como componente para armas químicas.