Aviones suecos para el Atlántico Sur
La Presidenta Dilma Rousseff al finalizar el año 2013, adoptó la decisión de adquirir los primeros 36 Gripen, aviones de combate Suecos de la reconocida empresa SAAB, con lo cual puso término a las múltiples presiones que sintieron durante años por parte de empresas como la norte americana Boeing, o la francesa Dassault, quienes estaban con la esperanza hace mucho tiempo de lograr el jugoso contrato para dotar a las Fuerzas Aéreas Brasileñas de nuevos equipos caza.
Algunos analistas han visto en esta decisión una muestra de independencia para evitar que las fuerzas aéreas bandeirantes tuvieran que depender de una tecnología militar rusa, norteamericana o europea, especialmente a raíz de las denuncias de Snowden de estar sometidos a escrutinios indebidos por las nuevas tecnologías de espionaje, lo que condujo a que al más alto nivel se optara por la adquisición de equipos bélicos directamente a Suecia, un país conocido por su neutralidad, que ha logrado el desarrollo de una reconocida tecnología aeronáutica, .
La decisión que se vio obligado a aceptar el Ministro de Defensa del Planalto Celso Amorim, se aleja de la opción ideológica de unas Fuerzas Armadas Bolivarianas que se definen como revolucionarias y socialistas, y que vienen pregonando desde el tiempo de la Presidencia de Hugo Chávez ,un reiterado llamado para enfrentar militarmente al “imperialismo” y al “colonialismo” para lo cual gracias al asesoramiento Cubano con sus 55 años de confrontación verbal con los Estados Unidos, prefieren seguir en su desenfrenada compra de material bélico sintiéndose como una super-potencia para seguir por los viejos esquemas de la guerra fría manejados por la desaparecida URSS o del ya olvidado Mao, que induce a los compradores de equipos militares a inclinarse en continuar con las compras de armamentos rusos o chinos. De allí el reciente anuncio de la Ministro de Defensa venezolana del deseo de dotarse de aviones Sukhoi SU-35. A su vez, el préstamo mil millonario del Fondo Chino podría inclinar a las autoridades venezolanas a pensar en adquirir el avión caza chino J-10 de la empresa Chengdu, una vez se encuentre operativa la oferta.
Lo cierto es que con la decisión Brasileña, parece quedar eliminado el proyecto de crear un Tratado de una “Organización del Atlántico Sur” para enfrentar a la OTAN, iniciativa presentada por Venezuela en múltiples reuniones regionales y que nunca tuvo acogida, salvo en las posiciones tímidas de sus seguidores de ALBA o alguna resolución sin trascendencia de UNASUR para contentar a la diplomacia Caraqueña, aceptada formalmente por el ex Ministro de defensa del Brasil Nelson Jobim,y por colegas de otros países, pero sin que realmente ello significara aceptar la propuesta.
La compra de los aviones caza Gripen obedecen también a una visión de estrategia geopolitica orientada a fortalecer sus vínculos de cooperación con el África, ya que con la reciente decisión, Brasil coincide con los pasos de su poderoso aliado de la República de Sur África , miembro como Brasil de los países del BRIC, que ya posee hace algún tiempo una flota de aviones del mismo tipo adquiridos a Suecia. De esta manera, Brasil y África del Sur en vez de identificarse en una estrategia de confrontación con los países que forman parte de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), demuestran de manera constructiva el compromiso de Brasilia y Johannesburgo de conducir una política de cooperación constructiva y no politizada entre África y América del Sur.