Asesinato de Bhutto: Clamor por el fin de la superficialidad y los estereotipos en política
Desde el comienzo de la Revolución Iraní en enero de 1978 mediante la organización de protestas en contra del régimen monárquico del Sha Mojaméd Reza Palevi—hasta su salida del poder en enero del año siguiente cuando regresó de su exilio en Francia el Ayatolá Rujolá Jomeni, el mundo occidental—incluyendo al Papa Benedicto Décimo Sexto—ha cometido una larga lista de graves errores políticos, al basar sus decisiones en estereotipos y superficialidades de un mundo islámico, al que pocos en Occidente realmente conocen como funciona—y aún menos occidentales saben que la violenta realidad política actual del extremismo y el terrorismo que afecta gravemente a las relaciones entre Oriente y Occidente, comenzó en Egipto, cuando el maestro de escuela Hassan al-Banna fundó la Hermandad Musulmana en 1928, dedicada a seguir el siguiente credo:
Alá es nuestro objetivo. El Profeta es nuestro líder. El Corán es nuestra ley. La Yijad es nuestro camino. Morir en el sendero de Alá es nuestra mayor esperanza.
http://www.ummah.net/ikhwan/
[página web de la Hermandad Musulmana]
El primer grave error de muchos occidentales es creer que ese credo de la Hermandad Musulmana, es un credo religioso, ya que no lo es: fue el comienzo de un activismo político extremista, que para conseguir sus objetivos políticos, comenzó a usar—y sigue usando—al Islam, sólo como una especie de idioma con el cual comunicarse eficientemente con las naciones musulmanas—especialmente con el hombre común—y sólo el hombre, porque la mujer en los objetivos políticos de la Hermandad Musulmana, no tiene ningún papel importante que jugar.
El segundo grave error de Occidente, es—aún hoy—creer que el Islam, es una religión homogénea, con algún tipo de líder máximo en forma parecida al Cristianismo con su Papa Católico Romano—nada está más alejado de la realidad.
Comenzando por la mayor división entre los musulmanes; Sunitas y Shiítas, existen numerosas otras ramas del Islam, que podrían compararse con las más de 33 mil iglesias cristianas distintas que existen en el mundo que comienzan con una gran división entre “católicos y protestantes”—de las cuales la católica romana es sólo una iglesia—y con la añadida complejidad de que todos y cada uno de los principales líderes religiosos musulmanes (llamados ayatolá, mulá, imám, y otros), ostentan una autoridad sobre sus seguidores, parecida a la que ostenta el Papa entre los católicos romanos.
Existen en el mercado dos magníficos libros que ayudan a los occidentales a entender el Islam; se titulan: “God Has Ninety Nine Names: Reporting from a Militant Middle East”(“Dios Tiene Noventa y Nueve Nombres: Reportando desde un Medio Oriente Militante) y “Taliban” , en este último libro aprendemos que Taliban es el plural de la palabra Talib (estudiante), que se origina del nombre de Ali Ibn Abi Talib, primo, y yerno del Profeta Mojaméd, considerado por los sunitas como el Cuarto Profeta del Islam, y por los shiítas como el Primer Imám.
¿Cuál de la miríada de grupos políticos extremistas islámicos fue el responsable por el ignominioso asesinato de la ex-Primer Ministro de Pakistán, Benazir Bhutto? ¿Cuántos más existen en el mundo y desde donde operan?—si el futuro de la humanidad debe estar caracterizado por la paz y la armonía de relaciones entre los pueblos del mundo, es urgente que los líderes políticos comiencen a echar a la basura sus superficialidades y estereotipos sobre el mundo islámico, y comiencen a educarse en profundidad sobre el tema.