5.112 horas del particularmente expreso silencio oficial
El domingo 03 de mayo de 2009 sobre las 12:15 hora local de Venezuela, el helicóptero MI-17 V5 matriculado EV-08114 se estrelló cuando operaba sobre las coordenadas latitud 07° 44′ 15» Norte, longitud 072° 23′ 15» Oeste; en un sector conocido como Boquerón y cercano a la población de Rubio en el estado Táchira: Diecisiete (17) efectivos del Ejército venezolano y un (1) civil resultaron desmembrados y calcinados en el impacto, algunos de ellos casi por completo.
Silencio oficial
En 213 días transcurridos desde aquel particular evento que, según se puede deducir de las múltiples evidencias circunstanciales no refutadas, reafirmó los vínculos directos entre el gobierno de Venezuela y las actividades de unos y otros representantes y comandantes en línea de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En no menos de cuatro notas consecutivas hemos abordado unos y otros detalles que dejarían al descubierto esos vínculos puesto a la luz en distintas circunstancias, y luego confirmados en los detalles del antes, del durante y del después de ese siniestro.
En la última de estas notas y a raíz de las precisiones oficiales por boca de la FGR Luisa Ortega Díaz, quien afirmaría públicamente que: “… muchos cadáveres en La Morgue… todos esos cadáveres… estaban muertos…” (Cadáveres Vivos, unos más vivos que otros, 031009), establecimos dos posibilidades que justificarían la desaparición absoluta del colombiano Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, desde aquella fecha:
a) Luciano Marín Arango o Iván Márquez, está muerto; era el “Pasajero 18” en el siniestrado MI-17 V5 matriculado EV-08114;
b) Luciano Marín Arango o Iván Márquez, luego de la muerte de Marulanda a la que siguieron y siguen las de otros miembros de la comandancia de las FARC, decidió aprovechar la información sobre su presunta muerte, compró y asumió una identidad forjada, y desapareció con buena parte de los fondos líquidos secretos de las FARC bajo su personal custodia.
Retomando el asunto
Y vienen a establecer nuevos elementos a considerar las muy recientes informaciones en los medios de comunicación colombianos sobre discusiones y enfrentamientos entre los miembros de la jefatura de esa organización armada: “… Pugna interna en las FARC entre ‘Alfonso Cano’ y el ‘mono Jojoy’… La guerrilla colombiana de las FARC se encuentra ‘debilitada’ por discrepancias en el manejo de dinero entre dos de sus máximos jefe… De acuerdo con informes de inteligencia, los cabecillas de las FARC alias ‘Alfonso Cano’ -máximo jefe rebelde- y (Jorge Briceño alias) ‘Mono Jojoy’ -jefe militar de esa guerrilla- tienen diferencias por el manejo de dinero del grupo armado ilegal… Cano y Jojoy ‘no se la llevan muy bien. Sabemos que hay discrepancias sobre qué hacer con la organización, sobre cómo actuar frente a varios temas, el tema de la plata, cada vez están mas golpeadas en su estructura financiera, ahí hay discrepancias de toda índole’… la estructura de mando de las FARC… muy debilitada. Los problemas de comunicación y coordinación son evidentes y es innegable que hay una ruptura en la cúpula…” (Radio Caracol, Agencia France–Presse, 301109).
“…Por la plata baila el mono…”, y si, como podría ser, Luciano Marín Arango o Iván Márquez, se robó buena parte de los fondos secretos, poco debe quedar en las arcas de las FARC. Secas ya después de ese robo y drenadas dada las limitadas posibilidades de llenarlas a plenitud de nuevo, en virtud de las limitaciones en las operaciones, producto de la acción directa del gobierno colombiano sobre sus otrora ágiles y rentables fuentes de financiamiento: Drogas, secuestros, extorsión, cobro de vacunas, asesinatos por encargo, tráfico de armas y de seres humanos.
Pudiere ser
En todo caso, nada de particular se asume, que Luciano Marín Arango o Iván Márquez, bien pudiera aún estar regularmente apoyando en especies y/o liquides a su hermana, la cedulada venezolana Ancice Marin Arango quien está incorporada al plantel de la Unefa en Mérida (Nelson Bocaranda 060308).
Si fuere el caso, bastaría, para cualquier interesado, con trazar la procedencia de los fondos que se incorporen a sus haberes.
En fin
Más de cinco mil horas después del siniestro, persiste el silencio oficial sobre los detalles del choque contra el cerro del MI-17 V5 matriculado EV-08114. Anunciaron la llegada de los ingenieros rusos para investigar el evento, y aún a más de siete meses del siniestro, ni han llegado los ingenieros rusos, menos aún se ha investigado, y ni siquiera los ingenieros y expertos venezolanos, han rendido información pertinente al caso. Al menos, no ha sido hecho público: Ignoramos qué pasó.
Definitivamente, por las razones de cualquier orden que fueren o pudieren ser alegadas, mientras se percibe el murmullo de los muertos, se impone por sobre todo y todos, este particularmente expreso silencio oficial.