¡Nos están apedreando desde el espacio!

“El asteroide 2024YR4 amenaza con impactar la Tierra”
“El asteroide 2024YR4 amenaza con impactar la Tierra”, este titular destacó en todos los medios globales el pasado diciembre, cuando la NASA detectó la trayectoria de colisión del asteroide a través del Sistema de Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides (Advanced Technology Large-Aperture Space Telescope). Esta roca espacial, se encuentra en franca órbita de colisión con la Tierra en los próximos años. El daño potencial que podría causar 2024YR4 sería suficiente para destruir una ciudad. El Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG), organismo que coordina las agencias espaciales, está elaborando un protocolo de recomendaciones a los gobiernos del mundo.
Aunque aún no hay datos sobre las dimensiones y la velocidad de esta roca espacial, por lo que es imposible hacer una comparación objetiva, es bueno recordar que hace 66 millones de años un asteroide impactó en la península de Yucatán (México), provocando la desaparición de los dinosaurios y el 60 % de las especies de la Tierra. Se estima que el tamaño del asteroide era de 18 km de diámetro y a una velocidad de 72.000 km/h, provocando un impacto cuya energía superaría mil millones de veces la que produjo la bomba lanzada en Hiroshima en 1945. La emisión de polvo y partículas cubrieron la superficie de la Tierra durante muchos años, causando un efecto invernadero, impidiendo la entrada de la luz solar, disminuyendo la temperatura e interrumpiendo la fotosíntesis de las plantas, imposibilitando así la supervivencia de muchas especies.
Sobre las amenazas provenientes del espacio, el científico Harry Baker escribe sobre “el millón de objetos interestelares, cada uno más grande que la Estatua de la Libertad, que podrían estar acechando en el sistema solar exterior, provenientes de Alpha Centauri. Es poco probable que los pesados intrusos cósmicos se acerquen alguna vez a la Tierra. Sin embargo, el estudio descubre que es probable que objetos interestelares de otras dimensiones golpeen nuestro planeta en cualquier momento” (Live Science, 18/02/2025).

https://www.iberdrola.com/documents/20125/1219104/Infografia_Basura_Espacial.pdf/7bdf5055-c835-9c80-0202-6e5a0a73d17b?t=1639122312559
Chatarra terrestre en el espacio
No contentos con la contaminación de ciudades, bosques, ríos y océanos, los terrícolas hemos convertido el espacio exterior en un vertedero de basura, por lo que la vida en la Tierra no solo está amenazada por cometas y meteoritos sino por sus propios desechos. Hasta ahora se han cuantificado 10.400 toneladas de basura espacial orbitando la Tierra. productos de la tecnología espacial y de la carrera armamentista de las grandes potencias. Desde 1955, cuando los Estados Unidos y la URSS se enfrentaron en la Guerra Fría, los satélites se utilizaron para espiar al enemigo y con misiles balísticos intercontinentales a bordo establecieron la posibilidad de desatar la denominada “guerra de las galaxias”. Esos logros espaciales han servido de propaganda política, para demostrar la capacidad científica y el potencial militar de esos países. Pero como todo lo humano y terrestre tiene un final, por destrucción provocada, fatiga mecánica o errores de Murphy, en el cielo se fue acumulando una enorme cantidad de chatarra. La basura espacial flota en una franja orbital ubicada entre los 200 y los 2.000 kilómetros de altura, donde operan 10.192 satélites científicos y militares. La Agencia Espacial Europea (ESA), ha expresado su preocupación sobre los peligros del espacio orbital que circunda la Tierra, ya que han cuantificado más de 900.000 objetos con un tamaño de entre 1 y 10 cm, y unos 34.000 con más de 10 cm. “Estos desechos espaciales pueden ser tan grandes como un satélite inactivo, similar al tamaño de un automóvil, o tan pequeño como una escama de pintura”. El verdadero peligro es la velocidad a la que se mueven estos desechos, a más de 28.000 kilómetros por hora, convirtiéndolos en proyectiles letales para naves y astronautas, muchos ya han impactado la Tierra. Parafraseando a Andrés Rábago (El Roto), humorista satírico y caricaturista del diario El País, “En el cielo los ángeles, arcángeles y querubines ya se confunden con la chatarra espacial”.

Dos films sobre amenazas estelares
El tema del fin del mundo, desde siempre ha suscitado inquietud en la humanidad, expresándose en obras literarias y films de ciencia ficción. Las autoridades mundiales aún no han anunciado, mejor dicho, están pensando cómo manipular el riesgo que representa el asteroide 2024YR4, pero eso no impide elaborar hipótesis como la de “Don’t Look Up” (No mires arriba, 2021), film satírico de Adam Mac Kay, protagonizada por Leonardo DiCaprio, Jennifer Lawrence, Cate Blanchett y Meryl Streep, que refleja el manejo de la política ante sucesos que pueden afectar el orden internacional. En dicha trama, muy sobreactuada para mi gusto, dos astrónomos descubren que en seis meses un cometa impactará la Tierra, pero cuando tratan de comunicar la emergencia la respuesta que reciben es de apatía, incredulidad y desconfianza, ya que políticos y medios están concentrados en sus asuntos inmediatos. La película describe una sociedad avasallada por la manipulación de la información, en la que la creciente opinión mundial está dividida entre los que claman por la destrucción del cometa, los que condenan el alarmismo, los que piensan que el contenido mineral del cometa producirá ganacias y los que niegan que el cometa exista, sin hablar de los millonarios que escapan en una de las naves de un consorcio espacial privado.
Otro film sobre estas hipótesis apocalípticas es Melancholia (2011), impecable drama psicológico escrito y dirigido por Lars von Trier. Melancholia es un planeta en órbita de colisión con la Tierra. La cinta comienza con la suntuosa boda de Justine (Kirsten Dunst) y Michael (Alexander Skarsgard) en la solitaria mansión de la hermana de la novia (Charlotte Gainsbourg) y de su marido (Kiefer Sutherland). Mientras, el planeta Melancholia avanza inexorablemente hacia la tierra. Un simple cambio de órbita planetaria amenaza con el fin de los tiempos. Estos personajes, viven a su manera el miedo al fin de un mundo construido en los estrechos límites de su lenguaje, sentimientos y emociones. Justine, cuya profunda depresión y abandono sentimental, la hacen vulnerable y errática, se convierte al final en una guía espiritual intuitiva, plena de humanidad. El sistema planetario en perfecto equilibrio hace posible la vida en la tierra, con sus encantamientos y sus miserias humanas. Un simple cambio de órbita significa el caos, el fin del mundo, así como un simple gesto, una palabra o el desamor significan el cambio de órbita de una vida, sumiéndola en la melancolía, destinándola a entrar en colisión permanente con el mundo. En el desarrollo de la trama nos damos cuenta de que, en realidad, el apocalipsis se produce en cada individuo.
Esta piedra la 2024YR4, que nos lanzan desde el espacio estelar motiva a la reflexión sobre la fragilidad, la pequeñez y la futilidad de nuestras conductas ante la grandiosidad del universo.