No hay bien que por mal no venga y no hay mal que por bien no venga
Es una opinión muy generalizada que ese gran mal que azota a la humanidad que es la pandemia del Covid 19, les está haciendo vivir muy mal a los seres humanos, a la economía mundial, a la estabilidad de los Estados. Hay angustia, desesperación, desesperanza, pesimismo, pero cabe preguntarse si la pandemia y las cuarentenas pueden traernos cambios positivos.
Es indudable que el hecho de estar encerrado en su casa a causa de la necesaria cuarentena es necesariamente un mal pero al mismo se le puede sacar provecho. Cuando no había cuarentena por pandemia eran muchas las veces en las que quedábamos mucho tiempo fuera de la casa, la descuidábamos a ella y a la familia. Ahora, encerrados, permanecemos con aquellos de la familia que viven con nosotros. Si los hijos que han permanecido no pueden ir a trabajar presencialmente en sus oficinas, trabajan por zoom y podemos ayudarlos e interesarnos en lo que hacen, enterarnos de que saben mucho más de lo que pensábamos. Podemos leer libros que nunca habíamos tenido tiempo de leer, oír la música que olvidábamos. Tenemos tiempo de investigar por internet todo lo útil para enriquecer nuestro conocimiento. Desarrollamos algo que teníamos muy oculto: la solidaridad. Lo único que se nos permite es salir a caminar a lo largo de la avenida, donde, con distancia protocolar, nos cruzamos con vecinos, con quienes conversamos y a quienes empezamos a conocer y a solidarizarnos.
En un editorial de una revista en la red se decía “No hay mal que por peor no venga”. Opino que esa opinión está equivocada ya que al mal tiene que seguirle el bien. Uno se pregunta qué es lo que sigue a ese gran mal del apocalipsis. ¿Es acaso un bien o simplemente la culminación del mal?
Cuando no atrevemos a decir que no hay mal que por bien no venga es para preguntarnos si un bien puede general un mal. Son numerosos los casos en los que la buenas intenciones generan malos resultados. Citemos algunos de la vida común, de la economía, de la política social y económica que partiendo de querer hacer el bien lo que hacen es generar mal. En la vida diaria cuando un hijo le pide dinero a su padre dizque para comprar unos libros que necesita para sus estudios y si el padre no se ocupa de controlar, el hijo no compra libros sino cocaína para drogarse o pare negociar con ella, el padre quiso hacer un bien pero ese bien generó mal. Algo sucede cuando una señora, acude a pedir dinero y se le da, el bien lo que hace es el mal de que esa señora no busque trabajo sino que siga pidiendo. Otro caso es el del proverbio chino ““regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida”. Regalar pescado luce como si se estuviera haciendo un bien pero se está causando un mal porque si quien pide el pescado ya no tiene quien se lo dé, si no ha aprendido a pescar ya no tendrá pescado.
Otro caso en que un supuesto bien ha causado un mal lo vemos en Venezuela con el Arco Minero. Al crear esa zona de explotación de minerales al Sur del Orinoco, el gobierno chavista supuestamente tenía la intención de fortalecer la economía de la zona, crear fuentes de trabajo, mejorar las condiciones de las poblaciones indígenas. Estamos ante un caso que luce como un bien, pero lo que ha producido son grandes males. En efecto la extracción de minerales en la zona está causando el deterioro del ambiente, destrucción de la biodiversidad, graves daños al salud de los indígenas.
Cuando nos planteamos la disyuntiva entre si no hay bien que por mal no venga y no hay mal que por bien no venga, para determinarlo pensamos en la teoría del caos ya que según ésta hay cierto tipo de sistemas cuyo comportamiento es prácticamente imposible de predecir a causa de las variables de las que dependen. Por ello, dudo en saber siempre si el mal genera el bien o el bien genera el mal.