No demostrar nacimiento, vida y muerte, es más que subliminal
Hasta los años 30 del siglo 20 la absoluta mayoría de la población mundial era rural, dispersa, analfabeta, durante sus más cortas existencias (la esperanza de vida no superaba los 50 años), apenas conocían espacios geográficos reducidos, muchos no salían del pueblo o la aldea donde nacieron, evento que ocurría en el hogar materno, generalmente asistido por una comadrona, y también los velorios tenían lugar en la casa familiar. Pocos tuvieron registro de sus datos básicos, en documentos oficiales (fecha, hora y sitio del nacimiento, nombre de la madre y el padre, nombre de la criatura). Las Iglesias llevaban un registro de los bautizos y matrimonios, pero no todos se bautizaban (algunos lo hacían ya adultos) o se casaban, por lo que no había información precisa ni siquiera sobre la edad. La creciente concentración de los pobladores en espacios relativamente más pequeños, a raíz del proceso de Urbanización, a su vez hecho posible por el surgimiento de actividades distintas a las agropecuarias, que podían llevarse a cabo en la periferia o dentro de los pueblos y ciudades (industriales, artesanales, educativas, asistenciales, culturales, etc), hizo factible y necesario el Registro formal de la data, no sólo de nacimientos y muertes, sino de inscritos en el sistema escolar, atendidos en el sistema de salud médico-hospitalario. Se descubren e incorporan al registro básico las huellas dactilares, que generan una mayor efectividad del trabajo policíaco, para identificar a víctimas y victimarios. La urbanización trae consigo una densidad poblacional en aumento, lo que estimula la construcción de viviendas en estructuras verticales, edificios con cada vez más pisos y apartamentos, lo que hace inconveniente o imposible que se sigan realizando los velorios en las viviendas, y las funerarias van ocupándose gradualmente de ese ritual, en directa proporción al tamaño de la urbe (en los pueblos pequeños aún se vela a los muertos en su casa, incluso en muchos pueblos ni siquiera hay funeraria).
Difícilmente podríamos hallar hoy, a una persona con menos de 80 años, que no tenga registro de sus datos básicos, pues la inclusión de cada recién nacido se hizo obligatoria, reforzada por el marco legal, con la finalidad de que cada Nación tuviera toda la información posible sobre sus habitantes, y para la protección de ellos mismos, pues con esa documentación se acreditaban nexos que daban derechos (de cumplimiento de deberes por parte de sus dos progenitores, sucesoriales en caso de reparto de herencia). Los avances en Ciencia y Tecnología produjeron el conocimiento del ADN, el conjunto de cromosomas y genes propios de cada ser, hoy puede establecerse con mínimo margen de error, y permite determinar parentescos, y la presencia de potenciales enfermedades, con la opción de enfrentarlas con antelación. Datos del Nacimiento y Muerte de cada ciudadano se asientan en Libros de Registro a escala local y se copian a escala nacional, dando Constancia escrita y sellada a los familiares que hacen la participación del suceso, en lo que se conoce como Partidas de Nacimiento y de Defunción, imprescindibles para otros trámites como la inscripción en la Escuela, la obtención de la Cédula de Identidad, la realización de Matrimonios, Divorcios, algunas Contrataciones, cargos y candidaturas.
Por supuesto que la Partida de Nacimiento es más importante que la Cédula de Identidad, la Partida es exigida como requisito indispensable para sacar la Cédula, y no puede obviarse en aquellos casos que involucren procedimientos legales de trascendencia, como el que antecede al nombramiento como Ministro de Educación, Finanzas, Seguridad o Relaciones Exteriores, o la inscripción como candidato a la Presidencia de la República. Son trámites regulares que derivan de lo que establece la Carta Magna, pues en la Constitución se señala muy concretamente que se debe ser Venezolano por Nacimiento, sin otra Nacionalidad, para ejercer los cargos mencionados. Giordani y Maduro no han mostrado sus Partidas de Nacimiento, y hay indicios de que violaron la Constitución al ejercer sus respectivos cargos, y en consecuencia la Nulidad afectaría todo lo que derivó directamente de sus decisiones.
La Partida de Defunción es el documento que certifica los datos esenciales en el fallecimiento de cualquier persona, nombres y apellidos, edad, sexo, fecha, hora, sitio, causa de la muerte y esa información requiere el respaldo del Médico que asume la responsabilidad por los datos que se inscriben en ese documento. No hay excepciones, y es imprescindible la presentación de la Partida de Defunción para proceder al entierro, la cremación, o cualquier procedimiento dirigido a disponer de los restos (traslado a otro Estado dentro de la Nación venezolana, o al exterior, por ejemplo). En el caso de Hugo Rafael Chávez Frías no hemos tenido constancia de que ese documento exista y haya sido utilizado en cumplimiento de los trámites que las leyes exigen, ni siquiera se conocen Reportes Médicos Certificados, que indiquen las condiciones en que se encontraba mientras fue, presuntamente, paciente aquejado de cáncer terminal. No hay Certificados que acrediten Diagnóstico, Hospitalización y Tratamientos realizados en el CIMEQ de la Habana, Cuba, y en el Hospital Militar de Caracas. Tanto los Reportes como la Partida de Nacimiento, no mostrados a la Opinión Pública hasta ahora, son importantes porque constituyen el respaldo de la situación médico-hospitalaria que justificó varios traslados de Chávez a La Habana, supuestamente para recibir tratamiento quirúrgico, su extraordinariamente prolongada última permanencia en Cuba por 72 días (del 9 de diciembre del 2012 al 18 de febrero del 2013) y un último traslado de La Habana a Maiquetía, totalmente clandestino y de madrugada, sin testigos confiables ni registros en fotos o videos, en esta era de celulares y fotógrafos de sobra (exactamente la misma cobertura que mantiene «lúcido» a Fidel, puras aseveraciones verbales y escritas, provenientes de terceros).
Leamsy Salazar, Capitán de Corbeta y Escolta de confianza de Chávez por diez años (lo alabó en cadena nacional, por haber sido el que ondeaba la bandera en la azotea de Miraflores el 13 de abril, cuando la mayoría de los dirigentes chavistas estaban escondidos y, por cruel ironía, fue su compadre Baduel quien lo trajo desde La Orchila, para dejar de ser el héroe del 2002 cuando cinco años después se opuso a la caprichosa reforma de la «mejor Constitución del mundo, la que serviría por cien años» y, de repente, de aguerrido héroe pasó a maldito villano y le sembraron acusaciones, le hicieron un juicio express y está en la cárcel donde el proceso encierra a los más importantes disidentes, Ramo Verde. La aberración se extendió hasta el hijo de Baduel, a quien -también con cargos rimbombantes sacados de la chistera revolucionaria- sentenciaron a ocho años, por protestar contra el peor régimen que Venezuela ha sufrido en los últimos cien años. Pues Leamsy, el militar, el chavista, el escolta por una década, quien lo acompañaba en aquel viaje del 9 de diciembre del 2012, cuando fue a ponerse de nuevo en manos de la estancada medicina cubana, testigo de excepción allá en el CIMEQ, denunció hace poco que Chávez murió el 30 de diciembre del 2012, a las 7.30 pm, en La Habana por supuesto. Esa concreta denuncia no tiene códigos encriptados, segundas interpretaciones, distinta traducción: Chávez murió en La Habana, Cuba, el 30 de diciembre del 2012 a las 7.30 pm. Punto. Sin mensajes subliminales ni otro significado que ese tan explícito y fácil de entender.
En febrero del 2014 se produjeron una serie de protestas en toda Venezuela, que comenzaron en el estado Táchira, a raíz de un intento de violación a una joven estudiante y el clima de creciente Inseguridad que caracteriza al país, desde 1999, cuando la secta militar chavista tomó el gobierno, a lomo del compromiso de resolver los graves problemas, y en cambio ha logrado empeorarlos todos, sin excepción, por lo que aquella primera protesta en Táchira, se fue reproduciendo en todas las grandes urbes, y el régimen sólo atinó a responder con una brutal Represión, para colmo reforzada por la impune participación de grupos paramilitares, colectivos armados, encapuchados, motorizados, que destrozaron propiedades, desvalijaron y dispararon con el mayor libertinaje, en paralelo a los desmanes cometidos por los uniformados de la GN y la PN (me niego a adosar el término «bolivariano» a una expresión tan fascista como la que diseña los ataques coordinados de esas tres vergonzosas fuerzas, por simple respeto al Libertador Simón Bolívar, de cuyo nombre y reputación abusan los demagogos populistas, en su vano empeño de darle una pátina de gloria histórica a sus condenables acciones).
Leopoldo López, joven líder opositor públicamente se dirigió a sus simpatizantes, con un breve discurso en el que hacía referencia a La Salida (que cualquiera conecta con el atolladero en que el anticuado y fracasado Modelo castrista mantiene a Venezuela, Economía arruinada, alto Desempleo, bajo Poder Adquisitivo, Desabastecimiento y Escasez, Colas, Apagones, Empresas expropiadas cerradas, quebradas, desvalijadas o produciendo al 40% de su capacidad instalada, Pésimos Servicios Hospitalarios y Educacionales, Hampa desatada (25.000 asesinatos anuales), Universidades sofocadas presupuestariamente, Medios monopolizados por el régimen que establece Censura y adulteración de la Información, etc). Si los graves males que imperan en la Venezuela actual no exigen una Salida, entonces la Tierra es cuadrada y los mares son de arequipe. Leopoldo lleva más de un año preso, y el cargo esencial que le imputan es que en su discurso había un mensaje Subliminal con intención de desestabilizar al régimen. La Fiscalía escogió a una experta Lingüista, Rosa Amelia Asuaje, para que analizara el discurso de López y señalara lo subliminal de su contenido. La experta ante el Tribunal de la caprichosa causa, no sólo afirmó que NO halló algo Subliminal en la totalidad de lo expresado por LL, sino que sostiene, por el contrario, que sus palabras no incitan a la Violencia, más bien «instan a la Manifestación Pacífica y dentro de los límites Constitucionales». Aun así, López sigue en prisión y Maduro, junto a otros habituales energúmenos, le califican de «Monstruo de Ramo Verde», e insisten en buscarle siete patas a ese gato que ellos inventaron, pues en lugar de reconocer que actuaron muy mal, persisten en armar la tramoya del Golpe Militar y el Atentado Magnicida, de los cuales acumulan ya casi un ciento, y le agregan a esa madeja insostenible la insólita y brutal detención del Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma, y un rompecabezas de «pruebas» cuya fragilidad y artificialidad son evidentes hasta para buena parte del chavismo de base, harto ya de ver la misma película de mala factura y peores intenciones.
Concluyendo; Lo Subliminal no existe, ni en el discurso de Leopoldo, quien tiene razón pero debe seguir preso, ni en las exigencias de cientos de miles respecto de que sean mostradas las Partidas de Nacimiento y Defunción de Maduro y Chávez, respectivamente. Esas peticiones no son subliminales ni deben ser desencriptadas para averiguar su metamensaje. La Oposición exige la inmediata liberación de Leopoldo López, Antonio Ledezma y todos los presos políticos que no han cometido ningún delito, salvo lo que los estalinistas consideran una grave falta, no callar, u osar repudiar el esquema colectivista y esclavizante que le imponen al país los alienados a la dictadura castrista. Y la Oposición exige conocer los documentos que acreditan que Maduro es venezolano por nacimiento, como lo exige también la Constitución, y los documentos que certifican dónde, cuándo y por cual causa murió Chávez, tal como se exige en todos los casos de fallecimiento de un ciudadano venezolano. Lo que es igual no es trampa, lo que es bueno para el pavo lo es también para la pava, y mientras mantengan ese cada vez más sospechoso secretismo en torno al nacimiento de Maduro, y a la muerte de Chávez, refuerzan la convicción de cientos de miles de venezolanos, incluido Leamsy, de que con esos dos eventos han estado fabricando un ENGAÑO de dimensiones extraordinarias, que implican una profunda violación del ordenamiento legal vigente, la Nulidad de un conjunto importante de nombramientos, decretos, compromisos nacionales e internacionales, que ameritarían la inmediata detención y enjuiciamiento de todos los que participaron en esta patraña, que se burló del país y del mundo, torciendo el rumbo normal que correspondía seguir a Venezuela, de no haber mediado esta vasta y criminal componenda internacional. Nada Subliminal, todo muy concreto, a la medida de los buenos entendedores.
Por sus innegables consecuencias, no han conseguido que algún Médico se haga responsable por el posible contenido de esa Partida de Defunción, ningún Profesional con Ética y respeto por su reputación, avalaría una mentira de estas proporciones. La Lingüista no pisó ese peine. Atención, los peones de la UNASUR. Ténganlo muy presente; Ética y respeto por su reputación.
Si, según la versión oficial, murió en Caracas el 5 de marzo del 2013, y casi de inmediato lo llevaron en caravana desde el Hospital Militar hasta la Academia Militar, donde estuvo en Capilla ardiente durante una semana, y no fue ni enterrado ni cremado, ¿Cuándo, cómo, dónde y quiénes, realizaron el complicado y exigente proceso de embalsamar el cadáver?. El proceso para embalsamar toma varios días, según señalan las informaciones sobre el tema, y muy pocas personas en el planeta están en capacidad de hacerlo. ¿Podrían dar esa información?. ¿O ya la proporcionaron, en cadena nacional, pero de manera Subliminal?