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Nelson Mandela

El Liderazgo es algo que todos debemos conocer ya que en algún momento de nuestra vida personal o profesional lo vamos a necesitar; por ello entender el liderazgo es hoy día algo realmente importante.

Para comenzar, hay muchas palabras que nos vienen a la mente cuando hablamos de liderazgo. Entre ellas tenemos Visión, Conocimiento, Comunicación, Carácter, Motivación y muchas otras que ustedes pueden pensar y agregar a esta lista: háganlo y llenen una hoja con aquellas palabras que para ustedes describen a un buen líder. Todas estas palabras indican en su mayoría verbos, verbos de acción, de hacer las cosas y hacerlas bien, cada día mejor. Eso es lo que hace a un verdadero líder: ser mejor, ser capaz, ser alguien con integridad y con valores.

Un gran ejemplo de ese gran líder lo fue Nelson Mandela, uno de los grandes líderes de nuestro tiempo y de la historia. Abogado, nacido en Sud África, luchador incansable, logró rescatar a su país de las opresiones del Apartheid, un sistema de segregación racial que se instauró formalmente en Sudáfrica en 1948, mediante leyes que despojaron de múltiples derechos a la población negra mayoritaria. Nelson Mandela fue el primer presidente negro de su nación, asumiendo el poder el 10 de mayo de 1994. Algo impensable tan solo una década atrás y algo que no fue ni fácil ni sencillo, pues fue una lucha de casi toda una vida.

En sus memorias, Nelson Mandela escribió:

«Durante mi vida, me he dedicado al sufrimiento de la gente africana. He luchado contra la dominación blanca y he luchado contra la dominación negra. He deseado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la cual las personas vivan juntas, en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir y el que espero alcanzar. Pero si es necesario, es un ideal por el cual estoy preparado hasta morir».

(Nelson Mandela, Long Way to Freedom. Editorial Little, Brown and Company. Boston, Massachusetts).

Ser un líder ocurre de la misma manera: no es ni fácil ni sencillo, pero tenemos en ciertos momentos que aceptar el reto. Ejemplos los vemos a diario en las noticias, en nuestros vecindarios, en nuestras organizaciones. Y, a lo largo de su vida, así fue ese Nelson Mandela que conocimos y que ayudó a crear una nación donde la gente desde fines del siglo pasado tiene la oportunidad de vivir libre y en paz, una nación que hoy en día se desarrolla con oportunidades de crecimiento. Nelson Mandela fue la única persona capaz de hacerlo, de unir a su pueblo, a su dividida sociedad, a su nación. Y con ello, logró ser el gran líder que todos hoy conocemos.

Madiba, como lo llamaron en su país, nos dejó muchos ejemplos de cómo ser ese gran líder que necesitamos hoy y por ello creo importante resaltar sus cuatro principales características como líder, muchas de las cuales pueden ser de gran utilidad:

  1. Pasión y Perseverancia

Una causa por la que vale la pena luchar te hace un gran apasionado y la pasión alimenta el fuego de la perseverancia. Mandela lideró una acción no violenta contra el apartheid en Sudáfrica, lo que lo llevó a prisión por 27 años. A su salida de la cárcel, y por esa vida de dedicación a su país, Mandela pudo votar por primera vez y se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica. Ese camino de Mandela estuvo por supuesto lleno de enormes desafíos, pero nunca abandonó la lucha. Cuando te involucras en algo en lo que crees profundamente, tu energía aumenta y te conviertes en un imán para las personas que comparten las mismas convicciones.

“La prisión en sí es una tremenda educación sobre la necesidad de paciencia y perseverancia. Es sobre todo una prueba del propio compromiso.”

  • Perdonar es la Clave.

No estamos totalmente libres de problemas y conflictos, pero somos totalmente libres de tomar una posición acerca de ellos. Mandela no «eligió» vivir en un mundo lleno de racismo, pero pudo elegir cómo respondería a ese mundo, pues eligió perdonar, y al hacerlo eligió vivir en el presente y el futuro en lugar del pasado. No significa olvidar, pero sí significa soltar y seguir. El liderazgo transformacional como el de Mandela, requiere mucha compasión y su resultado fue crear un futuro más brillante para su país.

«No tenemos que ser víctimas de nuestro pasado; podemos dejar de lado nuestra amargura y todos podemos alcanzar la grandeza».

  • El cambio comienza desde adentro hacia afuera

Mandela fue capaz, contrario a lo que sus amigos y aliados le insistían, de crear dentro de sí mismo lo que más deseaba para Sudáfrica: paz, reconciliación, igualdad, armonía y libertad. Quizás su impacto más profundo y su mayor legado fue enseñarnos, a través de ejemplo personal, a ser humanos antes que cualquier otra cosa. La autoconciencia es un signo de gran liderazgo y Mandela entendió que, si iba a sacar a su nación de la discriminación racial y llevarla a una democracia pacífica, tendría que primero “ser el cambio”. Él entendió que esta diferencia comienza con quiénes somos y cómo influimos en los demás como líderes. Su carácter alegre y contagioso despertó la esperanza de millones de personas que quisieron soñar en grande y perseguir sus sueños sin limitaciones opresivas, y vivir en un mundo de tolerancia, inclusión y esperanza.

“Nunca puedes tener un impacto en la sociedad si no te has cambiado a ti mismo.”

  • La Ética genera cambios positivos de largo plazo

La ética se enfoca en hacer lo correcto, ya que es la clave para comportarse de acuerdo con ciertos valores fundamentales en todos los dominios de influencia de una persona. El comportamiento ético genera un cambio positivo que comienza con uno mismo y que luego se multiplica en todas las interacciones que tenemos y direcciones en las que nos movemos. Mandela abrazó la idea de la no violencia porque sintió que había cosas que eran moralmente correctas y moralmente incorrectas desde un punto de vista humano. Y ese gran líder como Mandela nos enseñó que hay momentos en que es imperativo ponerse de pie y luchar para proteger a su nación, comunidad y familia, pero que la no violencia y la ética son las que van a prevalecer en el largo plazo.

“Como he dicho, lo primero es ser honesto contigo mismo. Nunca puedes tener un impacto en la sociedad si no te has cambiado a ti mismo… Los grandes pacificadores son todas las personas íntegras, honestas, pero humildes.”

El gran liderazgo es regenerativo. Es decir, el líder que transforma adicionalmente se preocupa por el cuidado y crecimiento de las generaciones futuras, ayudándolas a vivir con dignidad y elevándolas a nuevos niveles de moralidad y motivación. Son personas como Mandela, los grandes líderes de la historia que nos deben inspirar cada día a ser mejores. Sabemos que hoy, nuestro país, la sociedad y el mundo necesitan de nuevos y mejores líderes, y quizá llegó el momento de buscar a un nuevo Madiba como el líder del cambio y la transformación que necesitamos. La pregunta entonces es, ¿iniciamos la búsqueda de otro Mandela, o buscamos a un líder nuevo y diferente?

Quizá debamos mirar al norte y al sur, al este y al oeste para encontrar otro Mandela porque, si sólo un porcentaje muy pequeño de los lideres del mundo, de América del Sur o de Venezuela, puede llegar a ser como Madiba, el mundo y nuestro continente serán un lugar mejor. La búsqueda, al parecer, comienza hoy.

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@lvgarciag

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