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Negociación
- Están muy de moda palabras como diálogo, negociación, etc. Las palabras se las lleva el viento, dice el dicho. Realizar un diálogo, una negociación, una transacción, un arreglo, o un contrato, según sea el caso, puede significar un trajín agradable, desagradable, sápido, o insípido.
- Todas esas modalidades son realizables con el objeto de intercambiar parecer, información, conceptos, o con el objeto de resolver lo que se deba resolver. La solución también puede ser agradable, desagradable, sápida o insípida.
- La negociación es un una tarea intermedia porque es más que un diálogo pero es menos que las otras labores antes mencionadas. Indefectiblemente, la negociación no resuelve porque solamente encuentra la solución para someterla a la aprobación de quien deba aprobar. Es sin duda una tarea muy interesante, muy atractiva, independientemente de que sea fácil o difícil.
- La negociación envuelve primordialmente entendimiento de lo que se negocia y de lo que las partes intervinientes pretenden, aspiran, desean. La negociación debiera llegar a la meta ideal que está equidistante de los extremos (en el medio está la virtud, como decían griegos antiguos) pero no es siempre factible; sin embargo, cuando se encuentra la solución y la misma es aprobada, las partes se comprometen a cumplir independientemente de que sea buena, mala o regular.
- Diálogo y negociación se igualan cuando los participantes tienen capacidad para comprometer. Pero en ambos casos los participantes deben exponer concretamente, específicamente, sin quedarse en lucubraciones, abstracciones, ideas, doctrinas, a fin de que al diálogo o a la negociación no se las lleve el viento.