Necesitamos un Revolver
Miguel R Carpio Martinez
@carpioeconomics
No. No es mi intención escribir sobre violencia. Tampoco hacer una apología a la agresión internacional y mucho menos enviar un mensaje subliminal a los Marines de EEUU.
De hecho mi idea es compartir un visionado de la Venezuela que necesitamos utilizando un símil musical.
Quienes tienen el placer de conocer la música de Los Beatles deben recordar con cariño su séptimo álbum de estudio. Me refiero a Revolver. Ese disco marcó un antes y un después en la carrera musical del cuarteto de Liverpool. Estableció la línea divisoria entre el sonido que los dio a conocer en todo el mundo y la experimentación musical que caracterizo sus últimos discos.
No tuve la suerte de vivir el fenómeno de la Beatlemania, pero he tenido la dicha de escuchar muchas veces su trabajo, de hecho soy un vehemente admirador de John, George, Paul y Ringo.
Debo confesar que la primera vez que escuché Revolver no me gustó. Era obvia su ruptura con aquello a lo que nos habían acostumbrado. Ya no era solo guitarra, bajo y batería. Al navegar por los temas del disco, te encuentras el sonido del Sitar en “Love you to”. Imagino que en el año 1966, cuando se lanzó el disco, más de uno pensó “hasta aquí llegaron Los Beatles”. Pero se equivocaron, así como me equivoqué yo al no apreciar, en ese primer contacto, la riqueza musical del álbum. Y es que, sin duda, fue un disco disruptivo.
Y en Venezuela necesitamos disrupción. Necesitamos romper con el pasado y comenzar a hacer todo diferente. Y me refiero a un espectro amplio que va, desde nuestras acciones cotidianas hasta la política económica.
Debería ser obvio para todos que el modelo rentista – petrolero caducó. Y no caducó en algún punto de las dos últimas décadas, ya a mediados de los años 80 mostró señales de agotamiento. No hubo visión con relación a los peligros de tener una economía dependiente de un mercado temperamental como el petrolero.
Es claro que el pensamiento dominante fue que el petróleo siempre sería el amortiguador de las crisis y nunca se le consideró como el apalancamiento para una economía distinta, una economía con una producción diversificada y basada en criterios de competencia y competitividad. Aquello de “sembrar el petróleo” se convirtió en un dicho más del wishful thinking criollo.
Pero, como dirían los abuelos, nunca es tarde cuando la dicha es buena. Por otra parte, si en algún momento de la historia venezolana fue claro que las cosas deben cambiar es ahora. De entrada, dada la magnitud del daño, luce como tarde para revertirlo. Pero si a escasos meses de cerrar 2017 estamos así, quiero que imaginen el último semestre de 2018 sin ningún cambio sustancial en materia de política económica. Ya muchos analistas hacen comparaciones de nuestra economía con la de naciones que atraviesan o atravesaron conflictos bélicos. Y pues sí, luce como una guerra y la desesperanza es la sazón. ¿Será que debemos resignarnos a la posguerra?
Seguramente al inicio del cambio, la reacción de todos sea negativa, tal como el caso de las primeras veces que se escuchan las canciones de Revolver. Pero sin duda, debemos darle una oportunidad a lo distinto, eso que incluso ha demostrado funcionar en muchos países latinoamericanos. Esos vecinos que hoy disfrutan de economías competitivas, estables y de baja inflación. En ellos la competencia, el mercado y la eficiencia le han dado bienestar a su población, sin que ello signifique una carga presupuestaria para el Estado.
Una vez que nos dejemos llevar por la música de Revolver, estaremos listos para entender Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band.
*Economista
Profesor UCAB
