Narraciones Históricas Contempóranes (IX): Los corsarios en la guerra independentista
De acuerdo con El Diccionario de La Real Academia Española (DRAE), Se entiende por corsario, tanto la embarcación armada en corso, como quien la manda para hacer la guerra por cuenta de una nación contra otra, la palabra corsario viene del latín “Cursus”, carrera, y es el apelativo que se le da al que practica la guerra marítima por cuenta de una nación contra un país oponente, debidamente permisado, así los corsarios en sus actuaciones estaban bajo las leyes de guerra marítima del país que les otorgaba la Patente de Corso, obligándose a actuar dentro de ella, dedicándose a sabotear el trafico y el comercio de la nación contraria. La diferencia entre los corsarios y los piratas, es que estos últimos actuaban sin bandera y por su propia cuenta contra cualquier nación, de igual manera no tenían resguardo de ninguna legislación y podían ser apresados y juzgados por cualquier estado, mientras que los corsarios actuaban bajo un manto de legalidad al enarbolar la bandera de la nación que les otorgaba el permiso, pero cuando un corsario violaba las normas establecidas en la patente de corso, eran perseguidos, apresados y juzgados al igual que los piratas, mientras los piratas actuaban en todo momento y contra cualquier embarcación, los corsarios solo lo hacían en tiempo de guerra y contra la, o las naciones contrarias a la que le otorgaba el permiso.
Cuando se inicia el proceso independentista en Venezuela, tanto españoles como los patriotas se acogieron a la figura del corso, siendo en realidad los patriotas los que más los utilizaron dado lo exigua que al principio era la armada republicana, situación que les impedía atender las operaciones navales, el transporte y la introducción de armas, artículos de guerra y soldados, de esa manera garantizaban una línea de comunicación con otras naciones extranjeras para la traída de las armas y los suministros necesarios.
Los corsarios al servicio de los patriotas tenían como misión perseguir y dar caza a los buques realistas y aquellos “neutrales” donde se consiguieran que transportaban armas, suministros y tropas para la causa realista, estos apresamientos eran juzgados por el Tribunal correspondiente, La Corte del Almirantazgo, quien decidía sobre las presas tomadas, además del hostigamiento al comercio enemigo, los corsarios cumplían misiones de transporte de armas y soldados y hasta participaban en acciones de guerra contra naves armadas de los realistas, bloqueaban puertos y formaban parte de expediciones y desembarcos, de igual manera fueron ampliamente usados en la toma y liberación de Guayana, pero también hubieron corsarios que se excedieron en sus funciones y de ellos se puede nombrar a José Bianchi y Luis Aury ambos de triste figuración, de igual manera patriotas venezolanos pusieron sus naves privadas al servicio del corso como Luis Brión, Nicolás Joly, Juan Bautista Arismendi, José Antonio Rosales y Bernardo Ferrero.
En marzo de 1817, el Libertador Simón Bolívar desde Barcelona, emite el decreto mediante el cual se establecía oficialmente las reglas del corso y en el preámbulo de este decreto dice: “ Considerando los excesos que algunos buques armados en corso han cometido contra indefensos neutrales, deseoso el Gobierno de la República de acreditar que sus intenciones son de vivir en paz y buena amistad con sus vecinos y las demás naciones que no toman parte activa en la guerra injusta y sanguinaria que nos ha declarado la orgullosa y tiránica España, hemos decretado y decretamos. Este decreto consta de 39 artículos y en ellos se detallan minuciosamente el actuar de los corsarios con sus correspondientes derechos y las obligaciones que les correspondían para con Venezuela y por el mismo quedaban sometidos a las leyes de la República, en el artículo 36 nos encontramos con lo siguiente “Cuando la patria esté declarada en peligro todo ciudadano debe contribuir a su salvación, y así los corsarios particulares quedarán por el hecho mismo a la disposición del Almirante, él que los proveerá de víveres, armas y municiones por el tiempo en que estén en requisición. En otro artículo se detalla, que todos los corsarios están obligados a obedecer las órdenes de los comandantes de los buques de la República en cualquier pasaje o situación en que se hallen, siempre y cuando sea para el servicio del estado, so pena de ser privados de la Patente y nunca más poder mandar buques con bandera venezolana, de ello se desprende lo estricto de este Decreto que regía todo lo concerniente a los corsarios y sus actuaciones en Venezuela.
Grande y de vital importancia fue la participación de los corsarios en la guerra naval independentista en Venezuela, sembraron terror en la armada española así como en el comercio ejercido por la marina mercante española, sin embargo es poco lo que nuestros historiadores han escrito al respecto, como tampoco Las Fuerzas Navales se han ocupado en realidad de ensalzar como se merecen esta pléyade de héroes, salvo algunos más que otros. héroes casi todos olvidados, y que por su contribución a la lucha independentista merecen el et yerno reconocimiento de la patria, brillantes oficiales de marina extranjeros que vinieron de allende los mares en sus propias embarcaciones a ofrecerse y día tras día arriesgaron sus vidas por nuestra gesta de la independencia, de hecho la mayoría terminaron enrolándose en la naciente armada nacional y ofreciendo no solo sus personas sino también sus embarcaciones y sus caudales, no eran principiantes, eran veteranos ya forjados en el arte de la guerra y la navegación de países como Holanda, Inglaterra, Estados Unidos, Brasil, Curazao, Portugal, Italia, Córcega, Francia, Malta y Santa Lucía, vinieron como corsarios y ávidos de aventuras, pero casi todos terminaron formando parte de la escuadra patriota y adquiriendo por propia voluntad la nacionalidad venezolana-
Entre estos hombres que han de ser de grata recordación, destacan el Contralmirante Renato Beluche, General de Brigada de Infantería de Marina Ricardo Wright, Capitán de navío Juan Bautista Bideau, Capitán de Navío Nicolás Joly, Capitán de Navío Juan Daniel Danels, Capitán de navío Gualterio Chitty, Capitán de Navío Sebastián Bougier, Capitán de Navío José Antonio Rosales, Capitán de Fragata José Antonio Caminaty, Capitán de Fragata Juan Woods, Capitán de Fragata Jaime Bluck, Capitán de Fragata Marcos Markin, Capitanes de Infantería de Marina Isaac Hawley, Guillermo Cark entre otros tantos que haría muy larga la lista a nombrar, pero todos merecedores de los honores que se merecen y sacarlos del olvido donde se les mantiene, sin olvidar que el único Almirante en Jefe que existo durante la guerra independentista fue precisamente Luis Brión, holandés nacido en Curazao, venezolano por propia voluntad, quien no solo consumió su vida y toda sus riquezas en la lucha por la independencia, sino que murió arrastrando grandes deudas contraídas para mantener la flota patriota, falleciendo en Curazao en la casa de un amigo donde tras retirarse dado su grave estado de salud fue acogido y cuidado con cariño y respeto hasta su muerte acaecida varios días después de su llegada a la Isla donde había nacido.
Bibliografía consultada:
Historia Naval de Venezuela Francisco Alejandro Vargas
La Armada de Venezuela en la Guerra de Independencia Hadelis Jiménez López
Bolívar y las armas en la guerra de Independencia Guillermo García Ponce
Historia Constitucional de Venezuela J. M. Siso Martínez