Narraciones históricas contemporáneas: Juan Antonio Pérez- Bonalde Pereira
Considerado por la crítica literaria como el máximo exponente de la poesía lírica del país, del romanticismo y a la vez el precursor del modernismo, su fama como poeta traspasó los límites patrios, no solo en Latinoamérica sino en Europa, se establece su fecha de nacimiento, en Caracas el 30 de enero de 1846, falleciendo en la Guaira el 4 de octubre de 1892, con apenas 46 años de edad en el esplendor de su fama como poeta, sin embargo su vida estuvo marcada por la pobreza, el exilio, las penurias y por trabajos ingratos, así como el hecho de haber perdido a su madre en uno de sus exilios, y a muchos de sus familiares más queridos, sin embargo nada de ello le impidió atesorar una cultura literaria sin comparación en Venezuela, adelantándose siempre a la época, se ha dicho y afirmado que después de Andrés Bello, fue Pérez Bonalde en el siglo XIX el poeta más alto y cosmopolita de la historia de la Literatura Venezolana, ya que dominaba a la perfección varios idiomas. A pesar de ser de una familia humilde y de escasos recursos tuvo Pérez Bonalde una excelente educación, ya a los doce años dominaba a la perfección el idioma alemán, el inglés y el francés, portugués, griego, italiano y latín. Los padres de Pérez-Bonalde fueron: Juan Antonio Pérez –Bonalde y Gregoria Pereira, su padre era un miembro destacado del partido Liberal llegando a ejercer la presidencia del senado y otros altos cargos gubernamentales, 1863 dada la guerra Federal y los estragos y que esta estaba asolando a Venezuela y dada la posición política de su padre, tuvieron que emigrar, siendo este su primer exilio, primero a Puerto Rico y después en Santo Tomás, donde con apenas 15 años se vio en la necesidad de trabajar para ayudar en el hogar, dando clases de piano y como maestro de escuela, fueron años duros y a pesar de lo numeroso de la familia nunca abandono sus estudios y por el conocimiento que tenía de idiomas extranjeros, hizo traducciones de grandes escritores como Poe, Haine, Shakespeare, Guerra-Junqueiro, D’ Abreu, Uhland, Herdel y Saint- Víctor entre otros, traducciones tan perfectas que comenzaron a conferirle fama internacional, fama que nunca a pesar de tantas vicisitudes lo abandonó-
Terminada la guerra Federal, regresan a Venezuela y comienza a colaborar en publicaciones liberales, incorporándose en 1870 a la Sociedad Patriótica, pero debido a su postura crítica ante el gobierno de Antonio Guzmán Blanco y al escribir una sátira contra éste personaje, las autoridades lo expulsan de nuevo de Venezuela, estableciéndose en la ciudad de Nueva York, donde logra un alto empleo en una fábrica de perfumes, lo que lo lleva a viajar por diferentes países como tratante comercial sin abandonar su poesía y composiciones, encontrándose en Nueva York después de uno de sus tantos viajes, recibe la infausta noticia sobre la muerte de su adorada madre, siendo esto uno de los más duros golpes recibido por el poeta, para el año 1876 habiendo cambiado el gobierno y encontrándose en la presidencia Francisco Linares Alcántara, regresa al país y es precisamente en la travesía marítima cuando se inspira y comienza a escribir esa gran poesía que habría de darle la vuelta al mundo “ VUELTA A LA PATRIA”, se puede decir que esta poesía termina de consagrar a Juan Antonio Pérez-Bonalde en ese gran poeta que ha de pasar a la posteridad como uno de los mejores de Venezuela y del mundo hispánico, en la misma hay un párrafo conmovedor, que es el momento donde describe la visita a la tumba de su madre:
Madre aquí estoy, de mi destierro vengo, a darte con el alma el mudo abrazo que no pude darte en tu agonía. A desahogar en tu glacial regazo la pena aguda que en mi pecho tengo y darte cuenta de la ausencia mía.
Madre aquí estoy en alas del destino, me alejé de tu lado una mañana, en pos de la fortuna que desde niño soñé desde la cuna, más, oh suerte inhumana, hoy vuelvo fatigado peregrino y solo traigo que ofrecerte puedan esta flor amarilla del camino y este resto de llanto que me queda.
Bien recuerdo aquel día, que el tiempo en mi memoria no ha borrado, era de marzo una mañana fría y cerraba los cielos el nublado. Tú en el lecho estabas, triste y enferma y sumergida en duelo que, con el alma de madre contemplabas el hondo desconsuelo, de verme separar de tu regazo.
Llego la hora despiadada y fiera y con el pecho herido, por dolor hasta entonces no sentido, fui darte madre mi postrer abrazo y recibir tu bendición postrera. Quien entonces pensara que aquella voz angélica en mi oído nunca más resonara, Tu dulce madre, tu, cuando infelice. Dijiste al estrecharme contra el pecho. Tengo un presentimiento que me dice, que no he de verte más bajo este techo.
Sin embrago lo sigue acompañando el infortunio, al poco tiempo muere Francisco Linares Alcántara y regresa a la presidencia Guzmán Blanco y es de nuevo expulsado de Venezuela, estableciendo una vez más en Nueva York, donde contrae matrimonio con una dama estadounidense procreando una hija que ha de llevar por nombre Flor, pero las desgracias en su vida personal lo siguen acosando, dado que al poco tiempo esa niña donde había centrado tanto amor muere, sumiéndolo en un profundo dolor, consiguiendo solo reposo en la poesía y para ese tiempo en 1877 publica primero una libro de poesías con 40 composiciones, llamado “ Estrofas”, un compendio de parte de su obras donde incluye a Vuelta a la Patria, publica posteriormente otro compendio de obras llamado “Ritmos” donde incluye otras de sus grandes e internacionales poesía como “Canto al Niágara”, para el año 1878, publica otro libro con casi todas sus composiciones son cantos al dolor que siente por la pérdida de su amada hija, libro que se llama “Flor”, de 35 obras incluyendo allí “ Flor” y “Gloria in excelsis”.
Tanto Vuelta a la Patria, como Canto al Niágara fueron y han sido aún poesías de inigualable alcance mundial, consideradas por la crítica literaria universal como grandes aportes al repertorio poético internacional y traducidas en diferentes idiomas, sin embargo a pesar de la fama mundial alcanzada, su salud se ha deteriorado grandemente y cae gravemente enfermo siendo recluido durante un año en un hospital en Nueva York.
En el año 1889 regresa de nuevo a Venezuela a solicitud del actual Presidente Raimundo Andueza Palacios para que colaborara con su gobierno, otorgándosele un gran recibimiento y constantes muestras de consideraciones, disputándoselo los círculos literarios, desempeña cargos de vital importancia en el gobierno y es nombrado Embajador para Europa, pero al embarcarse lamentablemente dado su precario estado de salud se ve obligado a desembarcar en Curazao donde es recluido en una clínica y posteriormente regresa a Venezuela, regreso que ha de ser su ultimo, ya que fallece en la Guaira, el 4 de octubre de 1892 a la temprana edad de 46 años en el pleno apogeo de su fama y gloria, su muerte causo una gran consternación en el mundo literario internacional. Como un gran homenaje sus restos fueron trasladados en el año 1902 al Panteón Nacional. El discurso de orden en ese día estuvo a cargo de otro gran poeta venezolano: Andrés Eloy Blanco.
La obra literaria de Juan Antonio Pérez-Bonalde Pereira, es extremadamente extensa y rica en todos sus matices, por lo que es considerado como el más grande exponente del romanticismo a la vez es uno de los precursores del modernismo, su obra lleva la impronta del romanticismo melancólico, de la nostalgia de lo perdido, cuyos ecos lo acercan cada vez más al modernismo, su poesía influyo poderosamente tanto en la lírica nacional como n la extranjera, siempre en una búsqueda constante de la precisión verbal. De él se expresó el escritor y filósofo Menéndez Pelayo: Que era el monumento más insigne que se haya dedicado a las letras castellanas y que se podía decir que era el último gran poeta del siglo. De igual manera el gran poeta Gustavo Adolfo Bécquer, dijo: No recordar a otro entre los románticos que hubiese comprendido mejor el aliento extraño pero renovador de la poesía nórdica.
En cuanto a su obra maestra como es “VUELTA A LA PATRIA” , es la más viva expresión del desterrado que regresa al país, donde solo le espera desgraciadamente la tumba de la amantísima madre muerta, la muerte de la amada madre lo va a marcar para él resto de su vida y a ello se unió la muerte de su pequeña hija Flor-