¡Muy mal, gracias!
Para cualquier habitante de Venezuela ya hay saludos automáticos que tenemos que evitar porque nos dejan como necios frente a los tiempos que vivimos. Por ejemplo, si nos disponemos a ir al diario peregrinaje que cada uno -unos más y otros un poco menos- realiza desesperado, abochornado, rabioso por farmacias y expendios de alimentos, constatando dos hechos gravísimos: uno que la mayoría de los artículos buscados no existen y, segundo, que los que se encuentran cuestan muchísimo más que la última vez que los compramos, y en ese momento nos preguntan cómo estamos, por lógica no deberíamos decir: “¡Muy bien, gracias!”
Sí frente a la incapacidad de cualquiera para conseguir autopartes para su vehículo y asimismo está claro en lo imposible que resulta para cualquier persona clase media comprarse uno nuevo, decir “¡muy bien, gracias!” es estulticia pura.
Si por gran suerte no somos nosotros los que estamos por horas en las colas más dolorosas y terribles que existen y que no se ven, esas colas en hospitales públicos y también en clínicas privadas donde miles y miles de enfermos esperan por quimioterapias, diálisis, tomografías, trasplantes, cirugías, y lo sabemos, es una ruindad decir “¡muy bien, gracias!” porque denotaría una absoluta falta de humanidad con los que más sufren.
Si leímos que en el mes de enero que recién terminó, solamente a la Morgue de Bello Monte (Caracas) llevaron más de 400 cadáveres producto de la violencia que nos acosa, o que fueron apresados 13 agentes de la subdelegación del CICPC (Policía Científica) de El Valle (barriada caraqueña) por participar en el secuestro de un comerciante y además lo tenían escondido en la misma subdelegación y el camión cargado con cauchos de la empresa Distribuidora GC, propiedad de la víctima, estacionado tranquilamente en el garaje de la comisaría, imposible responder como si nada de esto nos afecta.
Si escucho a uno de esos generalotes enchapado de medallas ganadas en batallas contra Johnnie Walker o Thomas Parr mejor conocido como Old Parr, batallas todas libradas en los costosos restaurantes de urbanizaciones de Caracas, anunciar que decidió (así de simple) por decreto (Resolución 008610) avalar el uso de armas “potencialmente mortales” en manifestaciones de ciudadanos, y cuando tal exabrupto es rechazado por la mayoría del país, se “manda” una perorata diciendo: “Esto es parte de una ofensiva que ha tratado de poner en zozobra al pueblo de Venezuela” y agrega que la Resolución 008610 “dibuja un país decente y que obliga a sus hombres y mujeres a ser decentes”, eso no nos puede hacer sentir bien; lo que si nos deja clarísimo es que la “chorocracia” no es ni democrática ni “decente” pero sí “de-centenares de bares”, donde dilapidan lo mal habido sin el menor recato.
Y como nada parece suficiente, además tenemos que calarnos que Diosdado Cabello le de al “padre” de la Resolución 008610 su «respaldo solidario» como si alguien que ha sido señalado por uno de sus escoltas como el jefe del Cartel de los Soles, banda de narcotraficantes que ha merecido ese nombre por estar supuestamente integrada por “soleados” generalotes castrochavistas, fuera un aval intachable cuyo apoyo reviste de sacralidad cualquier barbaridad. Todos me comprenderán mi rechazo a esa errónea manera de responder a la pregunta de cómo estamos, cuando entre tantas canalladas, también debemos tragar que el ministro de la Defensa del indocumentado Maduro, el general Padrino López, legalice la pena de muerte en Venezuela.
¿Muy bien, gracias al saber que el exembajador de Venezuela en Buenos Aires Roger Capella fue gran compinche de los indiciados en la denuncia del fiscal Alberto Nisman? Y es que para cualquiera que se precie de ser honesto sólo espanto puede causar saber que Roger Capella ha sido señalado como cómplice de Luis D’Elía, Fernando Esteche, Andrés “Cuervo” Larroque, Timerman, la “honorable” presidenta Cristina K y también de los terroristas iraníes autores del atentado a AMIA.
¿Muy bien, gracias por sabernos aliados de asesinos, de tiranos, de terroristas, de narcotraficantes? ¿Muy bien, gracias por la pasividad que hemos demostrado frente a la destrucción de Venezuela?
¿Muy bien, gracias por aceptar que un tipo infinitamente descarado e ignorantísimo, negado a presentar su partida de nacimiento para saber si puede ser presidente, encarcele venezolanos probos, dilapide, expropie, insulte, amenace, irrespete… No, de verdad si me preguntan cómo estoy, yo estoy ¡Muy mal, gracias! y muy enfurecida ¡Toño!
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@eleonorabruzual