Millonarios de EEUU subestiman a sus hijos
Jorge V. Ordenes-Lavadenz
Fiscales federales acaban de dar a conocer escabrosos e increíbles detalles del escándalo originado en las oficinas de admisión de universidades estadounidenses de renombre que involucran a figuras de Hollywood y a millonarios de empresas que pagaban al personal de universidades como Harvard, Stanford y Yale, et. al., para que acepten a sus hijos, y quizá otros allegados, como alumnos normales. El escándalo crece y despierta interés porque la maraña inmoral de sobornos, e incluso delictiva, involucra a todo un sistema monetizado y aparentemente legal que ha permeado las oficinas de admisión de muchas universidades importantes de EEUU. Se sabe que un cabecilla es un tal William Singer de 50 años, de Newport Beach, Calif., fundador de Edge College & Career Network y su apéndice caritativo Key Worldwide Foundation, que ha estado cooperando con la autoridades desde septiembre.
R. Halleck del NYT dice que las actrices F. Huffman y L. Loughlin, y el modista M. Giannulli, están entre las 50 personas que han sido acusadas públicamente de haber sobornado a conocidas instituciones de enseñanza. Como dice E. Gessen, The New Yorker, “en muchos casos recurriendo a medios rebuscados como fotografiar a un chico flaco con la musculatura de uno fornido superpuesta… lo que dice mucho de la sociedad de EEUU. La totalidad de su sistema educativo es un fraude perpetrado por unos cuantos que dañan a los más.”
El escritor F. Bruni dice: “puede que sea legal que Jared Kushner done $2,5 millones a la U. de Harvard cuando su hijo, yerno de D. Trump, postula a esa Universidad; y resulta ilegal cuando se dona a un entrenador deportivo cientos de miles de dólares. Pero, realmente, qué diferencia hay entre lo uno y lo otro. Ambos recurren al pago con dinero en vez de demostrar mérito.” Con ambos se ingresa a la universidad excepto que el “mérito” es socavado por un sistema injusto y corrupto.
Al sobornar, los millonarios que pagan subrepticiamente para que sus hijos sean admitidos simplemente enuncian, en cada caso, que sus hijos carecen la inteligencia, capacidad, disciplina y hasta salud para competir con otros que van por la vía moral porque éstos, entre otras cosas, no tienen los recursos para sobornar y, si los tienen, prefieren confiar en la capacidad de sus hijos. Por otro lado está la corruptela de los que reciben los sobornos, o sea las universidades que favorecen al sobornante. Ni hablar de la obligación de declarar todo ingreso monetario al fisco federal y estatal de EEUU.
Una razón de estas corruptelas es la costumbre de venerar universidades que integran “la Liga de la Hiedra” que la componen las universidades más antiguas, prestigiosas y caras que históricamente han atraído a los mejores facultativos del país y muchos del mundo, y que han sido cunas de investigación en varios campos del saber. También están las universidades estatales de prestigio que también son pagantes. Pero lo “pagante” es este caso ha devenido prohibitivo por el costo de los cuatro años de un título de Bachelor. Deberían ser gratuitos como lo son en otros países. La deuda de ex universitarios en EEUU es hoy exorbitante. Considerar “socialismo” que el estado pague los cuatro primeros años universitarios demuestra ignorancia y afán de mantener bajos los impuestos de los multimillonarios algunos de los cuales sobornan a universidades para que acepten a sus hijos, lo que prueba que los consideran, de entrada, ineptos.