Mejora la educación en América Latina
El actual Fiscal General de EEUU, Jeff Sessions, abogado de 71 años nacido en Alabama, dijo recientemente que EEUU nunca debió haber aceptado “migrantes miserables, sin formación alguna”. Trump también tuvo palabras soeces al referirse a ciudadanos de Haití, África y Latinoamérica seguramente por ser mal educados y quizá por no ser “noruegos”. Otros del gobierno de este país vienen afirmando repetidamente que aceptar migrantes por vínculos familiares o lotería se presta a admitir gente sin educación y necesitada de subsidios estatales lo que consideran anatema. El Congreso de EEUU acaba de darse hasta el 8 de febrero para acordar el presupuesto nacional de modo que, a partir de esa fecha, el gobierno continúe pagando sus cuentas.
Trump y sus aliados republicanos del Congreso donde tienen mayoría, y sus bases populistas, insisten en también aprobar dinero para construir el muro de la frontera con México, y en aplicar la ley al pie de la letra y deportar a 800.000 inmigrantes “ilegales” que han vivido décadas en el país; casi todos solo hablan inglés y son centroamericanos que entraron a EEUU de niños con sus padres. La oposición demócrata-liberal del Congreso insiste en amnistiar a estos “ilegales” o “soñadores” antes de acordar un presupuestario nacional. O sea que el atrincheramiento derechista-conservador de los políticos está más pertrechado que nunca porque dominan el Congreso y la Casa Blanca.
Ahora bien, de acuerdo al Banco Mundial (BM), la educación en América Latina y el Caribe (ALC) ha mejorado notablemente porque el número de estudiantes universitarios de ALC nada menos que se duplicó entre 2007 y 2017, aunque solo el 50% se graduó a tiempo lo que desde luego indica que todavía hay mucho que hacer para plantear las razones de esta costosa situación. Esto de acuerdo al Informe del BM publicado el 17 de mayo de 2017 que además dice que para afianzar la igualdad de oportunidades, ALC debe mejorar la calidad de su docencia pública y privada comenzando por ofrecer mejor información respecto a requisitos, programas de estudio, incentivos y opciones de financiamiento, así como vincular la educación con los mercados de trabajo y su crecimiento. También urge optimizar y difundir la normativa de las instituciones de educación superior para mejorar su oferta y hacerla más accesible e invitante.
Según el BM el porcentaje de estudiantes de 18 y 24 años de edad inscritos en educación superior en ALC creció del 21% en 2000 al 40% en 2010. Si bien la desigualdad en el acceso aún perdura, hubo avances notables entre grupos de ingresos bajos y medios. En 2000 el 50% de la población más pobre representaba el 16% de los alumnos de educación superior. Esa cifra en 2013 alcanzó el 25% y no hay nada que haga pensar que la cifra no haya aumentado desde entonces. Cabe destacar que alrededor de un cuarto de las instituciones de educación superior (IES) que existen hoy, sector privado incluido, abrieron sus puertas en ese mismo período elevando la cuota de mercado de las IES privadas del 43 al 50% entre comienzos del 2000 y 2013. De todas maneras ALC apenas posee una decena, ¡solo diez! de las 500 mejores IES del mundo, un número solo superior al de África… lo cual debería despabilarnos de una vez por todas. Además habría que destacar la importancia de la ya gestada integración económico-financiera-jurídica de ALC enfatizando la importancia de acuerdos educativos terciarios.