Mahabharata: La Seducción de lo Femenino
El misterio de lo femenino invade el Mahabharata, desde los primeros capítulos, en algunas versiones resumidas son eliminados estos episodios. Lo cual no ocurre con la traducción de Emilio Fago (2008) realizada en base a la recopilación del sanscrito al inglés de Kamala Subramaniam, resumen de la traducción de Kisari Moham Ganguli (1883-1899) la versión completa de la épica en doce tomos.
Estos episodios tienen poder mito-poética, y llevan tanto al nacimiento de Vyasa, el asceta copilador de esta épica, personificación de poetas y eruditos que recopilaron estas historias orales y las estructuraron por generaciones. Como a su vez llevan al núcleo que origino la obra, la historia de los Bharatas, entre los que se encuentran los cinco Pandavas y los Kuravas, el centro narrativo original al cual se le fueron incorporando historias orales, teologías y mitologías de generaciones anteriores y posteriores a una narrativa épica. Tal como se narra en el episodio que el gran rishi Parasara es seducido por la belleza inocente de Satyavati. Y como el padre de Sakuntala, Viswamitra poderoso rey que se retiro cual anacoreta, para adquirir méritos y convertirse en deidad, rompió su disciplina ascética por la sensual apsara celeste Menaka.
La defensa de Sakuntala de su hijo ante su padre el rey Dushmanta que lo rechaza, evidencia el trascendente papel de la mujer como esposa. Y la importancia de lo femenino en la India tradicional, llegando al extremo en la épica cuando los cinco Pandavas Arjuna, Bhima, Yudhistira, Nakula y Shadevase casan con la encantadora Draupatiy convive con cada uno de ellos un año.
Entre estas historias destaca el nacimiento de Satyavati, la hija adoptiva del rey pescador, cuyo padre el rey Vasu, al saber que su esposa estaba fértil no pudo amarla, porque debía cumplir un compromiso para un ritual funerario, en esa faena se duerme recostado en un ´frondoso árbol, protegido por su fresca sombra, soñó con su bella esposa y al despertarse había eyaculado, para no perder su semen, llama rápidamente a un halcón para darle su fertilidad en una hoja que llevaría el ave en el pico a su esposa, otro halcón lo ataca creyendo que llevaba una presa. La hoja cae al río Yamuna en la boca de un pez que se la trago, era una apsara, bailarina celestial maldecida por el creador Brahma, deidad creadora, a ser expulsado de los cielos para vivir como pez. En su vientre crecen los gemelos, hasta que son pescados por un pescador, y al abrirlo para limpiarlo brotan dos gemelos: Satyavati y su hermano. Llaman al rey a ver el prodigio, y adopta al varón para que fuera su heredero, y rechaza la hembra, por oler a pescado. Ante esto es adoptada por el pícaro rey pescador.
Satyavati se convierte en un bella mujer, que trasborda a los viajeros en un bote de una orilla del río al otro. Lo cual tiene un significado trascendente, el cruce a la orilla opuesta metáfora de cruzar al otro lado de la vida, de la ignorancia a la iluminación. Simbolismo que asumió el budismo, uno de cuyos nombres es la sabiduría de la otra orilla.
Una mañana el rishi Parata, se monta en el bote de Satyavati para cruzar el río, y al verla desea ardientemente su perfecto cuerpo y su graciosa sonrisa, y le pide saciar su amoroso anhelo, a lo cual la joven no se niega. Pero para evitar ser vistos, el rishi crea una espesa niebla alrededor del bote, y le asegura que seguirá siendo una doncella virgen, tras amarla le da a la hija del rey pescador un don. Satyavati le pide que de su piel broten fragancias embriagadoras. Ese día nace el hijo de ambos, que decide ser un asceta, memoria colectiva y recopilador de historias, de ahí su nombra Vyasa (el copilador), más que el autor del Mahabharata, hace referencias a los poetas que recopilaron esas tradiciones.
El núcleo de esta epopeya es el linaje de los Bharata, de ahí la importancia de su origen. Fueron engendrados en su primer generación por un poderoso rey Paurava, que se dirigió a un tupido y verde bosque en el delta del río Malini, lugar donde habían construido muchos santuarios y el viento llevaba entre el verdor aromas de sándalo y de incienso. Lugar donde cohabitaban muchos ascetas retirados de la sociedad, para obtener méritos, y otros por la obsesión de vivir acobijados por el éxtasis meditativo. El rey Dushmanta sentía que debía conversar con el rishi Kanwa, al llegar a su hogar no lo encuentra, solo hay una agraciada joven, el asceta había ido a recoger frutos, y al preguntarle quien era, le dijo que era su hija. Y el visitante respondió: los rishis no pueden tener hijos, pues deben cuidar su energía vital. Soy hija adoptiva, y le contó la fantástica historia de su nacimiento:
“El rey Viswamitra realizó austeridades y penitencias durante mucho tiempo. Con el poder que estaba adquiriendo llegó alarmar al mismo Indra, el cual temía que el poderoso asceta pudiera echarle del trono en los cielos.” Indra, la deidad del trueno y las nubes, al verse amenazado envía una bella apsara Menaka, bailarina celeste, para interrumpir su concentrada meditación. Pide al ayuda al dios de viento, Marut para que haga volar las telas que la cubren y la desee Viswamitra, con ayuda de Manamath, dios del amor.
“Con este plan la hermosa Menaka entre en la ermita de Viswamitra… Y en esto el viento le quito los vestidos y corrió tras ellos mostrando nerviosismo y vergüenza. Al verla el anacoreta aprecio su juventud y su sensual cuerpo, cayó preso del amor y del deseo… De esa unión nació Sakuntala. Menaka dio luz a orillas del río Malini en su curso por los hermosos valles del Himalaya. Dejó al bebé a las orillas del río… Protegida por buitres, ningún animal hizo daño a la niña. ..” En ese sitio la encontró su padre adoptivo, y por ello la llamó Sakuntala (ave).
Al oír aquella historia Dushmanta le propuso matrimonio, se casaron según la ética Gandharva. Sakuntela le hizo prometer que su hijo, sería su sucesor del trono de Hastanipura, a través de ese matrimonio secreto, permitido a los Kshatriya. Kanwa su padres estuvo de acuerdo. Al crecer el niño deciden llevarlo a su padre. Al ver a su hijo Sarvadaman (el domador) y a su madre en la corte de Hastinapura, el rey Dushmanta los repudió. La defensa de Sakuntala afirma los códigos éticos que deben regir en esta sociedad la relación entre esposos, esposas e hijos:
“La esposa es la otra mitad del hombre, la mejor de sus amistades, la base de la religión, de la riqueza y del placer. Es la base de la salvación. Los que tienen esposas pueden celebrar ceremonias religiosas, llevar una vida doméstica, y tienen los medios para ser felices.”
“Permite –le dice Sakuntala al rey-que este hermoso niño te toque y te abrace. Nada hay más grato que el abrazo de un hijo.” La respuesta a este dharma, a este deber ser fue injurioso, dominado por ira y el desprecio, a lo que respondió la madre herida dando la espalda para volver al bosque. En ese momento, emano una voz del cielo, respondiendo al adharma de Dushmanta:
“La madre es la funda carnal del padre, el hijo engendrado es el padre mismo… Acéptale y que por este hecho su nombre será Bharata (el aceptado).”
Ante este acto celestial el rey se arrepiente, y el pueblo acepta al hijo del matrimonio secreto. Así se crea el linaje de los Bharata: “El hijo sometió a todos los reyes de la Tierra y gobernó virtuosamente.”
Este linaje da origen a los Pandavas y a los Kuravas, que vienen a limpiar la tierra de su cansancio ante tanta maldad. El mal y sus rostros han tomado, y domina el adharma (el acuar incorrectamente). El fin de este mundo se da en el campo de batalla donde esa yuga (era) muere y será el renacer de otra.
“El Tiempo crea todas las cosas y el tiempo destruye todas las criaturas… El tiempo pasa por sobre todas las demás cosas sin jamás llegar tarde”.
Bibliografía: