Maduro y el Consejo de Seguridad
Esta semana han aparecido varios artículos de destacados analistas internacionales expresando su preocupación con la candidatura del Gobierno de Venezuela para ocupar el puesto no permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en representación de América Latina para los años 2015-2016 Se trata de ocupar un lugar en la estructura clave del sistema ONUSIANO ya que es la instancia encargada de velar por los principios fundamentales que guían las relaciones de los 192 países del mundo en temas tan delicados como la paz, los derechos del hombre, el dialogo, la prevención de conflictos y en caso de no lograrlo, el uso legitimo de la fuerza.
Esos analistas ven como contradictoria la aspiración de la “diplomacia bolivariana” por tratarse de un país que ha manifestado de manera expresa su desapego con la marcha del sistema de Naciones Unidas además de no aceptar los alcances de las resoluciones adoptadas por unanimidad en el Consejo de Seguridad (como lo demuestran los casos de Libia, Siria, Irak, Medio Oriente, Corea del Norte). ¿Por qué entonces el interés de formar parte de este organismo en el que no cree? Jorge Castañeda –quien fue Ministro de Relaciones Exteriores de México- destaca en su artículo intitulado “México, Venezuela, Cuba” que si la Casa Amarilla logra mantener el endoso del GRULAC evitando que se presente otra candidatura latinoamericana, y llega a ocupar el asiento ante el Consejo de Seguridad afirma: “durante dos años lanzara sus diatribas antiimperialistas sobre los temas más diversos: la crisis en Ucrania, la hecatombe en Siria, el proyecto nuclear iraní. Sería una pesadilla para los demás miembros” El reconocido diplomático después de analizar el desequilibrio que sería convertir a un órgano de toma de decisiones en un órgano de denuncias, resalta que la mejor fórmula seria que Cuba convenciera a Maduro que no le conviene un enfrentamiento permanente con Estados Unidos, con Francia o con Inglaterra, y que se acordara que un país como Brasil o México, fueran los encargados de representar nuestra región en un momento de tantos conflictos.
Otra fórmula que han planteado algunos analistas preocupados con que la dialéctica de la confrontación llegue a las reuniones diarias de la sede de Nueva York, es que otro país de América Latina presente su candidatura para que no sea uno solo el candidato. Eso es precisamente lo que ocurrió, cuando el Ex Canciller Guatemalteco Gert Rosenthal tenía el endoso del GRULAC tres años antes de la elección del 2006, y Venezuela presento a última hora su candidatura con lo que bloqueo el ingreso del país centroamericano. Después de más de medio centenar de votaciones finalmente para destrabar el impase, se acordó un candidato de consenso que en ese momento fue Panamá.
Por su parte el conocido diputado vasco-venezolano Iñaki Anasagasti destaca en su twitter la misma preocupación, y reproduce en su blog un artículo de Ezequiel Vazquez-Ger publicado en El País en el que reclama el silencio de América Latina con la postulación de Venezuela en la ONU argumentando que “A punta de dólares y petróleo, Venezuela ha logrado controlar, casi en su totalidad, los votos de la OEA la cual ha permanecido en silencio respecto a la situación catastrófica que vive la Democracia en el país” destacando que sería grave que el Gobierno de Maduro formara parte del Consejo de Seguridad, en especial por la crisis que exige más bien que el país sea atendido por la ONU para prevenir un conflicto grave.