Maduro, agonía por autolisis
La Parca acosa a Maduro y a sus esbirros. No será un dron el que los sacará del poder, sino el colapso del país por la caída estrepitosa de la economía, la corrupción generalizada y la ineptitud de muchos. No es exceso de optimismo sino la realidad de un país que tenía todo para ser exitoso que se hundió por el fanatismo y por la carencia de principios y valores de unos pocos, pero cuyos ciudadanos en su mayoría no se doblegan, aunque a veces parecen dormidos.
Antes de que se disolviera la Unión Soviética y que a Mao lo bajaran del pedestal se podía entender que hubiesen fanáticos de cierto nivel intelectual que creyeran en la utopía del comunismo. Posterior a estos hechos, quien siga predicando las bondades de ese sistema no está en sus cabales o bien es un corrupto que se aprovecha de la ignorancia de algunos para lograr el poder político y económico. Maduro y sus esbirros no están locos, a menos que el resentimiento, como el de los hermanos Rodríguez, sea una enfermedad mental, por lo que cabe señalarlos de corruptos e intelectualmente deshonestos.
Quienes diseñan la política económica y represiva lo hacen exprofeso para hundir al sector privado, controlar a la población e inducir al exilio voluntario. Los controles de cambio y de precios, la emisión de dinero inorgánico, el endeudamiento externo, la apropiación de empresas privadas, el cambio de los pensa de estudios, la proliferación de universidades sin autonomía , la hegemonía comunicacional y el llamado carnet de la patria son ejemplos claros del intento de imponer un trasnochado Socialismo Siglo XXI, que no es más que un comunismo redivivo con ciertas tonalidades para intentar hacerlo potable.
Ninguno de quienes están en el poder son una lumbreras, pero tampoco son “justitos”. Muchos, como el general Motta Domínguez y el general Quevedo no están capacitados para desempeñar el cargo que ocupan y, además, son embusteros. Otros son unos ladrones. Algunos sostienen que la oposición ha menospreciado a los rojos y por ello permanecen en el poder. Esta es una aseveración sin fundamento. Permanecen en el poder porque son corruptos y se apoyan en los corruptos de la Fuerza Armada, de los jueces y fiscales del Poder Judicial y de las rectoras del CNE.
En algunos casos importantes, como la caída de la producción y refinación de petróleo, de la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, el deficiente suministro de agua y la quiebra de las industrias del hierro, del aluminio y de las empresas estatizadas del sector agropecuario, los fracasos son atribuibles a la ineptitud y a la corrupción.
Maduro piensa que con el carnet obligatorio puede ganar adeptos. Leí de un señor Golcar Rojas algo que parece sensato: “Hemos llegado a un punto en que la dignidad está en resistir con el menor sufrimiento posible. Si no sacar el carnet nos va a hacer más miserable la vida que nos da el régimen, pues a sacarlo sin pena, ni remordimiento”. Además, ese dinero es de todos y,con carnet o sin él, seguirá aumentando el rechazo a la narcodictadura.
El régimen de Maduro agoniza. Las células que lo integran se están destruyendo por autolisis. Los pesimistas de la oposición no lo creen y sus dirigentes, unos más, otros menos, no realizan el trabajo requerido para acelerar el proceso. Los fanáticos rojos no se percatan de que ya el régimen entró en fase de pudrición, pero no hay duda de que está llegando a su fin.
Como (había) en botica: La semana pasada se cumplieron seis años de la explosión en la refinería de Amuay con saldo de 42 fallecidos, cinco desaparecidos, 150 heridos y pérdidas de más de 1.800 millones de dólares. Un año después de la tragedia, el prófugo Rafael Ramírez presentó un informe pirata que afirmaba sin base que hubo sabotaje. Hace cinco años el embustero Maduro afirmó que “una investigación internacional demostró que fue sabotaje”. Todavía no ha identificado autores del informe, ni del supuesto sabotaje. Recientemente, el irresponsable expresidente de Pdvsa Eulogio Del Pino, hoy encarcelado por supuesta corrupción, declaró impúdicamente que “se dejó de invertir en mantenimiento para no afectar los programas sociales”.
El Informe elaborado por el Centro de Orientación en Energía (Coener) pocos días después de la explosión, avalado posteriormente por la Sociedad Venezolana de Ingenieros de Petróleo, Grupo Orinoco de Energía y Ambiente, Asociación Civil Gente del Petróleo y Sindicato Unapetrol, concluyó que hubo falta de mantenimiento y deficiencias operacionales. La fuga de gas se detectó a las 12 de la noche y la explosión ocurrió a la 1:10 am y sin embargo no desalojaron. Tanto en Amuay, como en el resto de las refinerías han ocurrido numerosos accidentes y operan con baja capacidad de procesamiento, y la producción de crudo es de 1.584.000 barriles por día inferior a la del 2001, como consecuencia del despido de de más de 20.000 trabajadores de Pdvsa y filiales ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!