¡Los mamertos!
Quisimos hablar de la constitucionalidad en Venezuela, haciendo referencia de los textos constitucionales del Nuevo Mundo y de las vicisitudes que han aflorado luego del desastre revolucionario; pero con la avenencia de tantos actores que nos hacen desencajar del raciocinio, escuchamos la expresión de “los mamertos”, que curiosamente obliga a desempolvarla como desenlace, para entender el desquiciamiento que se ha apoderado de gran parte de los políticos opositores, cuando tienen que enfrentar la postura real y democrática, sin dejar de entrometerse en la diatriba y contra ella, con el cuento, que es hoy historia, de votar o no votar, para lograr el cambio y el cese de la usurpación.
Sinceramente, no podemos decir que se ha perdido el énfasis en la lucha antirrevolucionaria, pero cuando analizamos la conducta individual de los políticos opositores, nos convencemos de esa realidad, no supuesta sino verdadera. Esa realidad conductual que no deja de preocuparnos, porque vemos en su análisis un factor muy peligroso en el mediano plazo, cuando se vaya, como es de obligación, a definir la orientación política que deberá iniciar la recuperación de la democracia perdida y se tenga que escoger los representantes gubernamentales.
Fue la curiosidad la que nos llamó a reflexionar sobre el concepto de los mamertos. El concepto que vimos en un Twitter: “Generación poco trabajadora y floja, lo cual los hace gustadores de un tipo de gobierno que los pueda mantener. Especialistas en hablar de lo que no saben o vivieron pero aun así se empeñan en querer cambiarle la historia a quienes si la vivieron o sufrieron en carne propia, fáciles de engañar y manipular, condición que es hábilmente aprovechada por personajes oscuros y corruptos quienes les ofrecen tenerlo todo con poco o ningún esfuerzo, convirtiéndolos así en una generación de idiotas útiles”.
El concepto nos hizo pensar en los proyectos políticos del pasado y las aventuras del presente. Dijimos entonces, que si antes se atacó a los líderes democráticos, que hicieron el intento por impulsar el trabajo, con comodidad y regulación, mediante la ley de trabajo y el impulso de la empresa privada para complementar el esfuerzo; había que regresar al sistema destronado electoralmente por el estamento militarista del ignaro Chávez, cuando los políticos e intelectuales post 4 de Febrero iniciaron “el proceso”, esa hilaridad que impulsó a Chávez a transformar su derrota en un nihilismo político impreciso; en realidad, “nada”, que nunca lograron definir. Es entonces, cuando aparecen los “mamertos” del twitter, los que fueron llamados “revolucionarios” sin dogma, sin revolución, en realidad, sin nada, solo eso “revolucionarios”.
Aquí queremos introducir el significado de la inquietud que manifestamos al comienzo, que cuando analizamos la conducta individual de los políticos opositores, nos percatamos de que son esos los mamertos de sus suposiciones electoreras y electorales, que como decimos, son una realidad, no supuestas sino verdaderas. Sin dudas, es una realidad conductual que debemos analizar y criticar como factor muy peligroso en el mediano plazo, cuando se tenga que definir, como dijimos, la orientación política que deberá iniciar la recuperación de la democracia perdida y se tenga que escoger los representantes gubernamentales.
Antes mencionamos el nihilismo, tratando de asimilar esta conducta o actitud del liderazgo actual, con la corriente de pensamiento filosófico que niega toda creencia, principio o dogma, bien sea de carácter religioso, político o social, ya que pareciera que el único interés político es el de asumir el poder a como dé lugar, no importa si hay o no ideología o principios, aprovechando a los mamertos para lograrlo.
Sinceramente, no podemos decir que se ha perdido el énfasis en la lucha antirrevolucionaria, pero el desarrollo contingente de la diatriba interpartidos e interliderazgo, se conduce en lo que pudiéramos decir, sin brújula o a la deriva. Una desviación más que derivación accidentada y tormentosa, que pone en riesgo la esperanza de terminar a corto plazo con la esperada paz democrática sin revolución; que aunque sabemos que con el solo cambio de timonel lograremos reiniciar el sueño venezolano de la esperanza, se corre el riesgo de que vuelvan los mamertos con ínfulas de líderes a dirigir la política desgastada, con una economía que solo sobrevive por el poder y la riqueza económica que dan los excelsos recursos naturales del territorio de la Gran Venezuela.
¡Que Dios bendiga a Venezuela y de luz a su liderazgo para evitar el inevitable colapso que sobrevendría por falta de líderes conscientes!
@Enriqueprietos