Los Idus de Marzo
En el calendario romano se conocía como “idus de marzo” al día 15 de marzo del calendario juliano. Y cuando se piensa en esos idus siempre se recuerda a Julio César. En efecto, cuando éste regresaba de las Galias, a las que había conquistado, junto con Pompeyo el otro célebre general romano que había sido su amigo y compañero de armas. Pero éste Pompeyo, ya como enemigo de Julio César, había logrado que el Senado le exigiera que regresara él solo a Roma, con la intención de separarlo del ejército que le era fiel. Julio César consintió en regresar, pero no solo sino con todo su ejército. Cruzó, con ese poderoso ejército, el río Rubicón, que separaba a las Galias de las tierras romanas, pronunciando la célebre frase alia jacta est, (la suerte está echada). Después de una guerra civil en la que derrotó a sus enemigos y entró triunfante a Roma, acogido por un pueblo que lo adoraba, se hizo nombrar cónsul y se constituyó en dictador.
Cuentan que, en Roma, un adivino le había dicho a Julio César que se cuidara de los Idus de marzo. Ello lo recoge Shakespeare en “Julio César” cuando narra que un adivino le dijo “Beware of the Ides of March” [cuídate de los Idus de marzo]. Plutarco también lo recuerda cuando dice:
Lo que es más extraordinario aún es que un vidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado, Julio César encontró al vidente y riendo le dijo: «Los idus de marzo ya han llegado»; a lo que el vidente contestó compasivamente: «Sí, pero aún no han acabado»
Si es verdad, lo del adivino, lo que sí sucedió es que el 15 de marzo, en el Senado, varios senadores, conspiradores, mataron a Julio César, infiriéndole 32 puñaladas. Entre esos asesinos estaba su hijastro, Bruto, a quien Julio César le dijo : “Et tu quoque, fili mi” [¿Y tú también, hijo mío?]
En los tiempos que estamos viviendo ahora, uno se pregunta si habrá alguien que le diga a Putin, quien se siente triunfante al invadir a Ucrania, “Cuídate del 15 de marzo”. No será que lo puedan matar como asesinaron a Julio César pero sí puede ser que en esa fecha haya sido derrotado en sus ambiciones, entre otras cosas, porque le dieron la espalda hombres que lo habían apoyado al temer que con sus acciones va a perjudicar a Rusia, un país cuyos habitantes no quieren guerra sino paz y una mejor calidad de vida. A esto puede agregarse que los Estados Unidos y los países europeos de la OTAN sean algo así como los senadores conspiradores y no es que lo vayan a matar sino que lo van a reducir a lo que es: un imperialista frustrado con rasgos de psicópata.