Los Esenios
Hace unos días, por primera vez, leí sobre los esenios. Recibí por un grupo de mis compañeros de bachillerato un mensaje titulado “El Poder Curativo de la Palabra” y en su texto encontré esta afirmacion: “Los antiguos esenios sabían de la existencia de un enorme poder contenido en la oración, el verbo y la palabra…los esenios utilizaron la energía que canaliza el lenguaje –la cual era la manifestación final del pensamiento, la emoción y el sentimiento- para manifestar en la realidad la calidad de vida que deseaban experimentar en el mundo”.
Siempre me sorprende lo poco que sé. Habiendo vivido al menos dos tercios de mi vida, me pregunto cuánto podré aún aprender antes de pasar a otra dimensión. Espero haber aprovechado mi tiempo por esta tierra que considero maravillosa y haber sembrado una buena semilla y regado a mi paso. El hoy que tengo lo aprovecharé para seguir sembrando y aprendiendo.
Busqué en internet quiénes eran los esenios. Leí que entre los saduceos, los fariseos, los samaritanos, los zelotas y otros grupos que formaban la sociedad judía en tiempos de Jesús, se encontraban los esenios, quienes constituían una comunidad establecida desde el siglo II antes de Cristo. Su existencia está documentada hasta el siglo I después de Cristo.
Filón, filósofo judío quien habitaba en Alejandría, escribió que en la Siria palestinense habitaban los esenios, de raza judía, conocidos por su resolución de mantener sus pensamientos en armonía con lo sagrado y por tener pocas necesidades, viviendo alejados de las ciudades y trabajando para procurar su alimento y el de sus vecinos. Leyendo esta descripción no puedo dejar de pensar en los monjes cristianos que también se dedicaban a desarrollar su vida espiritual y que se retiraban a los monasterios y en quienes aún hoy buscan, de diferentes maneras, desarrollarse espiritualmente.
Josefo, también filósofo judío, escribió que los semenios permanecían célibes, que enseñaban a los hijos de los demás y que sus bienes constituían un patrimonio de hermanos. Tanto Filón como Josefo escribieron en griego.
Entre 1947 y 1956 se encontraron miles de fragmentos de manuscritos en pergamino y papiro en unas cuevas ubicadas en la parte nor-occidental del Mar Muerto. En la cueva número 1 se encontró una version completa de Isaías. Diversos investigadores y científicos consideran que los esenios eran quienes vivían en Qumran, ciudad encontrada en excavaciones realizadas al nor-oeste del Mar Muerto, y que fueron ellos quienes escribieron en los pergaminos y papiros encontrados en esa zona. Esta conclusión se origina con base a las referencias y descripción de los esenios que citan las fuentes clásicas, a los descubrimientos arqueológicos en Qumran y a los rollos del Mar Muerto.
Es difícil tener certeza de la historia cuando ni siquiera somos capaces de entender y de vivir nuestro presente entendiendo a plenitud lo que acontece. No obstante lo anterior, mientras más vivimos y conocemos, más evidente se hace que muchos, o tal vez todos nuestros pensamientos ya fueron pensados y que a la humanidad le falta mucho que aprender y que progresar. También es evidente el poder de la palabra y de la energía que ya los esenios conocían.
Abramos nuestras mentes y nuestros corazones para vivir vidas en armonía, en paz y en verdad, buscando acceder al conocimiento que ha existido por milenios y que nos ha precedido, para que nuestros espíritus alcancen niveles superiores.
¡Prendamos una vela y pasemos la luz!