Lo que en verdad cuenta
Universidad Central de Venezuela [UCV], Caracas
Clase: Literatura Romántica S.XIX / 2do semestre de pregrado, primer día de clase.
El Profesor entra a clase, están unos 30 estudiantes. Hay un desorden cónsono con estudiantes que se conocen y conversan amigablemente.
Un estudiante le dice a otro – ¿Y eso que vienes a estudiar literatura romántica?, no te creía interesado. – le contesta – Nada de interesado, me interesa Carla – y hace un gesto hacia una chica muy bonita que habla con una amiga.
El Profesor dice en voz alta – Siéntense que ya vamos con retraso –
El Profesor pone unos libros sobre la mesa. Mira alrededor de la clase, espera a que todos se sienten y se callen. El profesor espera pacientemente, dos estudiantes se dan cuenta y dicen a los otros que se callen. Todos están atentos, y el profesor comienza con tono de intriga:
– Un sábado en la noche, llegas tarde a casa. Entras sigiloso y no enciendes las luces para no despertar a tus padres y se den cuenta que estás un poco… bueno, bastante pasado de tragos – dice en tono jocoso – En silencio caminas hacia el baño, la puerta está entrejunta. Adentro del baño está completamente oscuro.
Pausa levemente y mirando a los estudiantes a los ojos, pregunta – ¿Qué haces? – y pausa esperando una respuesta.
Antes de que uno de los estudiantes conteste dice con voz de alarma – ¡No enciendas la luz! – y sigue – Más bien, cierren los ojos – espera a que los cierren, y sigue – ahora mete la mano en el baño oscuro sin abrir la puerta – hace una pausa, y continua – Fíjate todas las cosas que tu imaginación despierta.
Todos ríen.
– No te quepa la menor duda de que existen monstruos, dragones e indescriptibles criaturas que viven en la oscuridad. Pero no en el baño, viven dentro tuyo, en tu oscuridad. Se requiere un golpe de la vida, un dolor profundo, una tragedia para que te zambullas en ese submundo y te sientas indefenso ante la oscuridad del ser.
Una vez que nos hicimos conscientes de nosotros mismos…
Tres cosas sucedieron: descubrimos el futuro, reconociendo nuestra vulnerabilidad más allá del ahora; la muerte se convirtió en un depredador existencial que nos enseñó a sacrificar para evitar las pequeñas muertes y dar sentido a la última; y descubrimos la maldad. Ahora no podemos desempacar todo esto, pero nos sirve de marco para establecer una contraposición de dos realidades que representan dos polos o posturas ante la vida: el Temor y el Amor. El segundo lo dejaremos para otro día, pero el primero nos interesa investigarlo, porque sin enfrentarnos a él, no avanzamos hacia el otro polo.
¡Es más que “justificado” sentir temor ante la vida!
No quiero ser ave de mal agüero, pero somos vulnerables ante tantas situaciones y circunstancias, quién diga que no tiene miedo es que probablemente no tiene los ojos bien abiertos, no es que lo haya superado. El temor es el estado default del ser biológico consciente con respecto a la existencia. Durante nuestras vidas, sin importar en qué parte del planeta vives, la tragedia y la desdicha te visitarán, y probablemente más de una vez. Es un hecho, todos nos veremos frente a la enfermedad, una separación, un accidente trágico o la muerte de un ser querido; tarde o temprano enfrentados por algo imprevisto que desatará una tormenta y lanzará nuestras vidas a un caos indeseado. Prepararnos para ello parece evidente, pero vivimos de espalda, preocupados por cantidad de superfluidades… y yo el primero. No pretendo moralizar, sino recordarnos lo que es indispensable para vivir una vida que valga la pena todos los infortunios que nos presentará nuestra travesía vital.
Qué nos salva de la tragedia y la profunda adversidad
El temor es una reacción ante el peligro o su posibilidad. Lo tenemos cerca y lo único que nos hace superarlo es, paradójicamente, enfrentarnos a él y reconocer que es una experiencia como el dolor; no importa cuán profundo y agudo sea, yo tengo la opción de ser más que todo lo que me pueda pasar. Indispensable asumir una manera de vivir que me permita estar en ese cuadro mental y vital.
En inglés hay una palabra que no puede ser traducida al castellano de manera eficiente en una sola palabra; “GRIT” quiere decir coraje y determinación; fuerza de carácter. Pero ¿Cómo desarrollo el carácter? Sólo puedes hacerlo tú, nadie puede hacerlo por ti. Una manera es tener el CORAJE de asumir que todo sentimiento o adversidad que sientas no desplaces afuera su razón o motivación, sino búscala adentro. Puede que no sea totalmente cierto, pero es esa actitud que te aclara tu participación en lo que sientes y experimentas, y la fortaleza de aprender a lidiar con cualquier cosa.
¿Con cuánta determinación tienes que mantener este coraje? Depende con cuanto anhelo deseas ser libre de las vicisitudes de la vida o, si las estás viviendo, cuanto deseas cambiar su agarre en ti.
¿Cuánta rabia albergas en tu corazón? ¿Te crees victima del gobierno, de las circunstancias de tu vida, de lo que otros te han hecho? Cuándo alguien te dice algo que no compartes o es opuesto a lo que crees, ¿te enfrentas en una airada discusión? El stress, la rabia, el resentimiento, el agobio todos son fruto de una “afrenta” a quién crees que eres o cómo crees que las cosas deben ser. Cuándo sientes incomodidad o adversidad con alguien o una situación, ponte a ti mismo en un alicate de presión y, sin reaccionar, pregúntate: ¿Qué esconde esta incomodidad? ¿Por qué me molesto y me incomodo?
He aquí, te he purificado, pero no como a la plata;
Te he probado en el horno de la aflicción.
Isaías 48:10
La vida nos provee continuamente con opciones para prepararnos para la adversidad, la tragedia, la opresión, la tiranía y el diluvio. Pero cuando vienen, echamos balones fuera (como dicen en España) y buscamos razones y personas para culpar y responsabilizar del dónde estoy y lo que sufro. TODO es un entrenamiento para morir, nada te prepara para vivir bien como la adversidad; es la otra cara de la moneda del dicho: se muere como se vive.
Conclusión de la clase de Literatura Romántica en la UCV
El profesor concluye la clase – El artista, el poeta, es ese explorador que avanza donde nadie tiene el coraje de entrar. Él o ella exploran submundos y nos muestran trechos y trazos de verdades que nunca podríamos haberlos ni siquiera soñado.
– El escritor del romanticismo fue el primero en la historia de la cultura que investigó las profundidades del ser y las posibilidades de alcanzar la grandeza del ingenio y la creatividad. Dostoevsky, Keates, Wiltman, Blake, Goethe, Dickenson, Shelley, Victor Hugo, Poe… todos exploraron dimensiones del ser nunca antes investigadas… como lo hicieron otros artistas románticos del Siglo XIX: Beethoven, Degas, Delacroix, Goya, Chopin.
– Se requiere ser valiente para entrar en la oscuridad de los monstruos que viven latentes dentro de nosotros. Es fácil dejarse llevar por el temor, la rabia, la envidia o el resentimiento. Pero los que se enfrentan a estos y con resolución se enfrentan a su oscuridad, son los que muestran el camino para que las sociedades avancen. Ellos saben que arriesgan la vida, el ridículo, ser marcados como locos… pero valientes avanzan y nos muestran el camino hacia un horizonte aun no visionado por la mayoría.
¿Cuál es el verdadero Coraje?
Para alcanzar el Amor, necesitas resolver el Temor. “La Verdad te hará libre” (Juan 8:32). “Hay peores cosas en la vida que la muerte” (Woody Allen) …así que no temas aquello que puede matar el cuerpo, porque no es eso lo que puede robarte la vida.
Coraje es mirar el dolor y la tragedia a los ojos y no dejar que el temor gane a quién puedes llegar a ser. No es no tener miedo, es no escapar sino más bien mantenerte firme en presencia de lo que “parece” puede destruirte. Tengo una gran noticia para ti, eres más grande de lo que crees, puedes hacer grandes cosas en tu vida, nada puede quitarte tu destino… sino tú mismo. No puedes cambiar donde estás, pero si la dirección a dónde vas. Descubrirás que la primera decisión para avanzar en la vida es tú eres tu mayor obstáculo, la segunda es reconocer que estás a un paso de vivir a plenitud, es tu decisión.
Hoy, al igual que la semana pasada, te invito:
Hazlo, ¡TE NECESITAMOS!
Próximo martes…
La Pared Oscura
La división entre el bien y el mal es superficial, hay algo mucho más profundo
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