Lo abstracto como alternativa metódica
El proceso de relectura de textos doctrinarios y académicos, es una acción fundamental porque permite profundización en la comprensión, ya que al volver a leer, se capta matices y detalles que inicialmente pasaron desapercibidos. Esto es relevante en textos académicos, donde la precisión en la interpretación es crucial.
La lectura crítica, por ejemplo, no solo exige que se extraiga información, sino que también se cuestione y analice el contenido, lo que se traduce en una mejor toma de decisiones y argumentación en contextos profesionales; la relectura permite contextualizar el contenido dentro de un marco más amplio, comparando diferentes textos y teorías.
En el caso que nos ocupa se parte de la relectura de uno de los documentos más importantes del filósofo “marxiólogo” venezolano Ludovico Silva, titulado «La alienación como sistema», a través de la cual el autor buscó reconstruir de manera sistemática la teoría de la alienación a través de la obra de Karl Marx.
Según cuenta el propio Silva, en la presentación de su libro, publicado por Alfadil en 1983, las primeras páginas escritas de este libro datan de hace diez años (comienzo de la década del setenta del siglo XX); de esa época datan los primeros capítulos, que luego, por largos años, se dejó dormir, en parte por pereza confiesa el autor, porque la labor se me presentaba “difícil, fatigosa y arriesgada”; leer a Marx, en varios idiomas, para buscar el hilo conductor de la teoría de la alienación, era una tarea para un equipo de investigadores, y no para un solo hombre; se redactó otro capítulo, el correspondiente a La ideología alemana, y luego el libro volvió a dormir, faltaba la parte más compleja: “…enfrentarse a las grandes obras económicas de la madurez de Marx.”
Esta obra no aborda solamente el problema de la alienación; es el libro donde se trata de un modo global el pensamiento y la vida de Marx; se encuadró los principales momentos del pensamiento de Marx, ofreciendo un panorama de la existencia de Marx en el momento de escribir cada una de sus obras; el final de la obra busca demostrar a los europeos y a los norteamericanos que están equivocados en su apreciación de la teoría marxista de la alienación; la alienación en Marx puede ser considerada como un concepto filosófico, pero no al estilo hegeliano; la teoría de la alienación no sólo persistió en las grandes obras económicas de la madurez de Marx, sino que en estas se perfila una definición de la alienación que tiene un lugar central en su pensamiento económico-social.
Marx, argumenta Silva, desarrolló una teoría de la «desalienación universal», vinculada con la liberación y realización del individuo humano dentro de un proyecto socialista original que no ha sido estudiado con la debida profundidad; contra el prejuicio de que la teoría de la alienación es un producto exclusivo de la juventud de Marx, el autor demuestra documentalmente que fue un asunto de toda su vida. La alienación en Marx, descrita por Silva, tiene sus raíces en la teoría económico-social, precisando las dificultades de la teoría filosófica especulativa, interesante para algunos intérpretes burgueses.
Sobre el método, Silva resalta que Marx utiliza el método dialéctico, el cual encara en el estudio del sistema de alienación a partir de tres variables: división del trabajo, propiedad privada y producción mercantil.
La división del trabajo, desde una perspectiva crítica de Marx, tiene efectos negativos en la naturaleza humana y en la estructura social; sus principales argumentos sobre este tema parten de la alienación del Trabajador; Marx, explica Silva, argumenta que la división del trabajo, al promover una especialización extrema, lleva a la alienación del trabajador; éste proceso se traduce en que los obreros se convierten en meras piezas de una máquina, perdiendo su conexión con el producto de su trabajo y, por ende, con su propia humanidad. Según Marx, este fenómeno provoca que los trabajadores se sientan «deprimidos espiritualmente y físicamente» y se asemejen a «máquinas» en su labor diaria.
Es importante resaltar que a medida que el trabajo se divide y se especializa, Marx observó que los trabajadores se vuelven menos cualificados en términos generales. Esto se debe a que la especialización exige menos entrenamiento y habilidades amplias, lo que resulta en una fuerza laboral menos capacitada en comparación con aquellos que realizan trabajos más variados; Marx creía, en expresión de Silva, que esta tendencia hacia la descalificación es un síntoma del sistema capitalista, que prioriza la eficiencia sobre el desarrollo humano integral.
En cuanto a la división económica y social del trabajo, Marx si en la anterior variable se refiere a la organización técnica del trabajo, en la segunda relaciona las jerarquías sociales, con la clases sociales que se establecen en la sociedad; la división del trabajo no es solamente un fenómeno técnico, sino que está influenciada por las relaciones de poder y control social; este enfoque sugiere que la división del trabajo es, en gran medida, una construcción social que puede ser cuestionada y transformada.
Y la variable visión de una sociedad comunista plantea, desde la postura de Marx, que en la sociedad comunista ideal, la división del trabajo tal como se conoce en el capitalismo sería superada; los individuos realizan una serie de trabajos creativos, lo que les permitiría desarrollar plenamente su naturaleza y capacidades humanas, este ideal contrasta con la alienación y descalificación que él asociaba con el capitalismo.
A grandes rasgos, para afrontar esta realidad, Silva plantea, internalizar el sentido y dirección del método dialéctico de Marx, desde un enfoque que implique dimensiones clave como la Integralidad del pensamiento de Marx, buscando identificar y analizar cómo la alienación manifiesta y transformada en diferentes contextos de la obra de Marx.
Silva, en su obra “La Alienación como Sistema”, critica la interpretación predominante que considera la alienación como un concepto meramente filosófico o antropológico; su método enfatiza la necesidad de un análisis profundo y crítico de la literatura marxista, señalando que muchos estudiosos han pasado por alto la continuidad del concepto de alienación en las obras posteriores de Marx.
Silva utiliza un enfoque dialéctico para comprender la alienación como un fenómeno histórico que no es exclusivo del capitalismo, sino que puede manifestarse en diferentes modos de producción. Esto implica que el análisis de la alienación debe considerar su evolución histórica y su contexto socioeconómico.
A grandes rasgos, Silva propone, está esbozado en su libro “Marx y la Alienación”, la necesidad de implementar un método de la totalidad concreta que confronte la realidad no desde la objetividad de lo real, sino desde la abstracción, entendiendo por esta la “reproducción del mundo en concreto de pensamientos”. El asunto es partir de la totalidad teórica para llegar a la totalidad práctica.