“Lecciones” para ser dictador
Ejercer la autoridad desde sitiales de gobierno, no luce tan fácil como podría parecer. Tan complicado ejercicio político, requiere algo más que haber recorrido el campo de la política, desde cualquier responsabilidad que comprometa el hecho de actuar como dirigente, operador político o activista político-partidista.
El ejercicio de gobierno, implica manejar con denodada aptitud asuntos que se corresponden con competencias propias del poder público. Es decir, todo lo que refiere la creación, planificación, organización, administración, control y evaluación de las funciones públicas. Las mismas, reconocidas por los procesos de institucionalización de las entidades gubernamentales.
En cambio, el ejercicio del poder se realiza sin más exigencias que las permitidas por un enardecido comportamiento de rebeldía e inobediencia. Haciéndose acompañar por una actitud de arrogancia, insolencia y superioridad. Es lo que representa el más desvergonzado despotismo, tiranía o dictadura que al final, son expresiones del poder autocrático.
El absolutismo con el cual se ejerce el poder autocrático, y que termina convertido en una dictadura, depende de la naturaleza emocional del gobernante. O sea, que mientras más soberbia y engreimiento deje ver en cada decisión u opinión que asome, simplemente está develándose un mal gobierno.
El dictador quien es un déspota en esencia, ejerce el poder sin respeto a la leyes a las que debe atenerse todo acto de gobierno. Por eso el dictador es arbitrario debido a que el poder lo ejerce sujeto a lo que ordena su presunción de gobernar. He ahí lo fácil que resulta actuar según lo paute el rol de dictador.
Sin embargo, no deja de requerir un aprendizaje empírico que si bien se alcanza por emulación, imitando a otro dictador, igual puede lograrse siguiendo una pauta o guión. O porque se nace con la anormalidad que, los estudiosos del comportamiento humano, denominan: “cerecbro reptiliano” o “complejo R”. Así se tienen los siguientes modos que explican el ¿cómo se aprende a ser dictador?
Por emulación. Muchos dictadores han aprendido de Mao TseTung, de Joseph Stalin, de Adolf Hitler, de Fidel Castro, de Anastacio Somoza, de Rafael Leonidas Trujillo, de Alfredo Stroessner, entre muchos más. Aunque en la actualidad, se cuenta con aferrados dictadores que siguen ejerciendo el totalitarismo según concepciones inspiradas en modelos políticos que no necesariamente responden a guiones obsoletos. Según William J. Dobson (en: The dictador´s learning curve) los dictadores modernos entienden que es importante establecer normas democráticas que, de alguna manera, simulen un régimen abierto. Aún cuando en la realidad, estos vayan en contra de las mismas.
Por guiones elaborados. Algunos dictadores han aprendido a actuar, o a perfilar sus impositivos esquemas, motivados por recomendaciones pautadas por “agoreros de la política”. Quizás el que más influencia ha tenido en adoctrinar dictadores, ha sido quien fungió de ministro de Propaganda del régimen nazi: Paul Joseph Goebbels, autor de la frase “miente que algo queda”.
Por anormalidad psíquica. No pocos dictadores posiblemente nacieron con una alteración morfo-anatómica en sus estructuras más primitivas del cerebro. Razón suficiente para confirmar la conducta violenta de esas personas toda vez que su visión de gobierno es portadora de problemas como la agresividad, el prejuicio de dominación y la arrogancia de creerse superior a cualquier otro.
El absolutismo del dictador constituye causal de daños, errores y conflictos de todo orden. Y aunque su evidencia depende de circunstancias que no siempre logran visibilizarse, su actitud se restea con coyunturas que suelen criticar o evitar sus apetencias y desvaríos. Aún así, no hay dictador, ni lo ha habido, que no se haya inspirado en cuanto argumento retorcido consiga a su paso.
Esta es un poco la respuesta a la pregunta que intitula esta disertación motivada por la conducta arbitraria de un dictador, con ínfulas de déspota, opresor o “soberano”, que luce en todo momento. Es la vía para tomar algunas “lecciones” para ser dictador.