Latinoamérica y el sistema bancario mundial
He presenciado a través de las noticias internacionales, que los bancos mundiales, FMI y BM, son considerados enemigos de los pueblos latinoamericanos, puesto que en algunos países, los pueblos de esos países piden a gritos que tales bancos sean sacados de la región. Las razones, son obvias, pero equivocadas y mal intencionadas, puesto que la culpa de la mala situación económica de sus países, no pueden ni deben ser atribuidas a tales bancos, por el solo hecho de pedirles a sus deudores, sensatez, disciplina, orden, y control en sus gastos burocráticos y en sus inversiones, precisamente, para evitar que estos bancos tengan que actuar responsablemente en caso de incumplimiento de parte de los gobiernos a la hora de incumplir con sus obligaciones. Así de sencillo es.
Ayer en la noche, viendo las noticias de CNNE sobre el Ecuador observaba preocupado y perplejo, como un dirigente indígena de ese país, atacaba al FMI y expresaba que en Ecuador no lo necesitaban, puesto que con la contribución y el esfuerzo de los campesinos era suficiente para sacar a Ecuador de su destruida situación económica. Precisamente tal destrucción, atribuida a Rafael Correa, el homólogo, demagogo, y populista de Hugo Chávez en ese país. Esa misma escena la he visto en Argentina, por parte de la jauría socialista de los Kirchner y del peronismo, exigiendo al FMI que desaparezca de esa nación. Es decir, esas naciones pareciera que no necesitan dinero fresco para desarrollar a su país y lograr el crecimiento sostenido de sus economías. Simplemente, es algo que no entiendo y me empecino en entenderlo y por más esfuerzos que hago no lo logro.
Digan lo que digan los detractores de tales bancos, estos nacieron como una forma diplomática de contribuir a reducir la pobreza y el hambre a nivel mundial. Por supuesto, es un negocio más, para ganar dinero y contribuir y ayudar a quien los necesita. Nadie se endeuda obligado por la fuerza. Precisamente, los bancos mundiales como el FMI y el BM, entre otros, nacieron como una necesidad de muchos países y empresas que necesitaban de este tipo de bancos, para resolver los inmensos y graves problemas que existían entonces en el mundo por falta de financiamiento “solidario”. Es decir con bajos o medianos niveles de intereses bancarios y cómodas y holgadas condiciones de pago.
Todos sabemos de la debilidad y terrible costumbre de gran parte nuestros dirigentes gubernamentales de hacer demagogia con los dineros del Estado. Mientras los EEUU, la nación más exitosa del mundo, mantiene una disciplina férrea sobre su administración, al punto de que solo tiene unos 9 ministerios, conocidos como secretarías, reduciendo al máximo su burocracia hasta las 2.786.000 personas. En países como Venezuela, que tiene 35 ministerios y alrededor de 4 millones de empleados públicos o del Estado. Algo realmente insólito y desproporcionado si comparamos las poblaciones de Venezuela de 30 millones de habitantes contra unos 350 millones de habitantes en los EEUU.
En contextos como este, es muy difícil que nuestros países en Latinoamérica, logren salir adelante. Se ha venido insistiendo en que la demagogia y el populismo, son dos de las peores razones y tragedias por las que nuestros pueblos no pueden avanzar ni económica ni socialmente. Nuestros pueblos han sido envenenados por el síndrome de la inconformidad y de las anarquías generalizadas.
Por lo tanto, pienso que el liderazgo político latinoamericano debería revisarse y corregir sus continuos y persistentes errores. Cuando nuestros gobernantes competentes inician un proceso serio de cambios positivos para mejorar la economía de sus países, las fuerzas de choque entran en acción y no existe forma pacífica de contenerlas, puesto que su dirigencia esta apropiadamente adoctrinada para actuar y destruir.
Todos recordamos la tragedia ocurrida en Venezuela, que comenzó el 27 de febrero en Guarenas y finalizó el 8 de marzo de 1989 en la ciudad de Caracas, durante el caracazo, perfectamente preparado y auspiciado por el marxismo leninismo cubano venezolano y donde murieron cientos de venezolanos, por el simple odio de este pensamiento anárquico contra el sistema económico de libre mercado o capitalismo. Solo se necesitaba dialogar con el gobierno para que suavizasen las exigencias que se hacían al pueblo, y se buscasen fórmulas de compensación, necesarias para enmendar y rectificar correctamente la economía del país.
La penetración del marxismo leninismo en Latinoamérica no es una fábula ni un supuesto, es una realidad. Es una triste realidad que no se puede ocultar ni negar, razón por la que la democracia en américa, debería meditar. Sobre todo a través la OEA, u otras organizaciones a quienes corresponda, deben deliberar seriamente para actuar en consecuencia con mano firme. Cuba, Venezuela, Brasil, Bolivia, Nicaragua, Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, y todo Centro América, y el Caribe, es decir, toda Latinoamérica está seriamente amenazada, por el comunismo, el narco tráfico, las guerrillas y el terrorismo, que es lo mismo que decir, por la anarquía mundial. Tal situación no se resuelve solo con negociaciones, con el agravante de que mientras más tiempo se pierde para negociar antes de actuar, los costos y vidas crecen geométricamente para lograr una solución final a este álgido problema.
A los que predican las negociaciones y arreglos políticos para salir de estos graves problemas, les advierto que es mucho más sensata una intervención armada ahora que para después, puesto que las diferencias en costos tanto los económicos y en vidas pudieran ser exponenciales; de dejarlo para después. Si John F. Kennedy en su época, hubiese actuado a tiempo contra la dictadura cubana, nos hubiésemos ahorrado un sin número de situaciones amargas en América y el mundo, vividas durante 70/80 años. Eso sin incluir el atraso económico que ha sufrido la región, por culpa del comunismo.
No tengo la menor duda de que la confrontación armada mundial debido al comunismo en América, se dará en cualquier oportunidad. Milagrosamente y por razones obvias, no se dio en África, ni en el medio oriente por los casos de Siria, Libia, Irak e Irán, lo cual no quiere decir que no pueda ocurrir en América, continente líder de la democracia mundial. Dado que el sistema económico mundial estaría siendo afectado por la política y la diplomacia mundial, el sistema bancario mundial no escapa de esta confrontación y estaría siendo afectado en sus políticas, bases y estructuras.
Un quiebre en la estructura bancaria mundial, sería muy peligroso para las económicas de todos los países del mundo, muy en especial para los países no desarrollados o en vía de desarrollo, como lo son los países latinoamericanos.
Venezuela y Argentina han vivido la negativa experiencia de haberse separado de los bancos mundiales. En Argentina, precisamente, una de las medidas más aceptadas e inteligentes tomadas por su actual presidente Mauricio Macri, cuando la democracia gano las elecciones presidenciales de nuevo, fue el de negociar prestamos con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en un intento de recuperar la destruida economía de esa nación por el kirchnerismo asociado al marxismo leninismo. Se sabía de antemano que la economía Argentina estaba deteriorada y que necesitaría más de un periodo presidencial para enmendarla y enrumbarla por la senda del progreso. Eso no se asimiló ni aceptó.
No obstante las mejoras logradas, lentas pero ciertas, la mafia comunista del marxismo leninismo empezó a actuar de inmediato con la intensión de sabotear los intentos del presidente Mauricio Macri. Los resultados se vieron en las pasadas elecciones primarias, según los cuales el marxismo leninismo y la ultra izquierda en general, agrupados bajo el imperecedero peronismo, ganaron abrumadoramente esas elecciones presidenciales y van en vía de ganar de nuevo la presidencia de Argentina. Una de las consignas que logre visualizar por televisión fue una pancarta, pidiendo la salida del FMI de Argentina. La culpa de los fracasos económicos argentinos es nuevamente atribuida al FMI y al BM, y contra los presidentes que acuerdan negociar con estos. No existe forma razonable que les aclare a estos, que no se puede triunfar en la vida sin disciplina, sensatez, cordura, realismo y sacrificios. El populismo, la demagogia y las improvisaciones jamás ayudaran a los pueblos a resolver sus problemas vitales tales como las económicas de estos, puesto eso no es como soplar y hacer botellas.
En economías destruidas como la de Argentina y Brasil y ahora la de Venezuela en mucho mayor grado, es mandatorio y necesario mucha creatividad, disciplina y acciones claras y positivas que contribuyan a mejorarlas, reconstruirlas y recuperarlas; para lo cual se requiere de mucha fuerza de voluntad, trabajo, disciplina, tiempo y sufrimientos temporales, hasta lograr los propósitos perseguidos. Las inversiones que se requieren en tales casos, muchas veces son enormes y desproporcionadas, lo cual va muy en línea con el total y magnitud del daño ocasionado por los regímenes anteriores y su acostumbrada corrupción y perversa administración.
Convénzanse, populistas, corruptos y demagogos, de Latinoamérica; la culpa de nuestros problemas económicos no la tienen los bancos mundiales, quienes tienen el deber e interés de asesorar y de guiar a los acreedores, cada vez que se acude a éstos para un préstamo. Tal asesoría contiene tópicos tales como: administrar sus gastos a objeto de que estos líderes no cometan errores graves en la administración de estos dineros. Tampoco es culpa de los gobernantes honestos que deciden mejorar la economía del país que otra administración, contribuyo a destruir.
Muchas de estas recomendaciones bancarias, afectan a algunas personas, sectores o grupos, entre los cuales estaría el tamaño brutal de la burocracia, el manejo insensato de estos dineros, los pagos a destiempo, un cronograma incorrecto de desembolsos, la prioridad en las decisiones a tomar, etc. Para mayor información sobre el BM y FMI, léase la siguiente reseña. “Amanecerá y veremos”.