Las Sonatas de Altagracia de Juan Vicente Lecuna
Carlos Armando Figueredo
En 1943, Juan Vicente Lecuna fue designado por Venezuela para estudiar la organización de la enseñanza musical en Chile, Argentina, Uruguay y Brasil. En una semblanza del ilustre músico, Carlos Enrique Figueredo, pianista y compositor, cuando era Consejero Cultural e Venezuela en España, escribió lo siguiente:
De su estadía en Argentina se puede decir que es una de las más importantes en la carrera musical de Lecuna, pues es la de su contacto artístico, intelectual y de amistad con el grande y puro artista y esteta Don Manuel de Falla. De ese contacto, de ese dialogar, de ese conocimiento, de ese entendimiento, de esa emoción de ese admirativo respeto, tenemos el resultado en la Sonatas de Alta Gracia, obras de una gran calidad y una gran sobriedad y de las cuales hablaremos mas adelante…
Más adelante, el profesor Figueredo añade:
…
Luego, Lecuna nos da las Sontas de Altagracia, obras éstas de extraordinario equilibrio, de gran madurez, de una musicalidad serena, consciente, sin concesiones, obras que diríamos escritas para un piano íntimo, obras modernas, que nos recuerdan, por su esencia a los grandes sonatistas del Clave, aunque de un estilo muy personal, obras éstas como para ser ejecutadas musicalmente, en el sentido de la pureza, por pianistas músicos, como decía Alejo Carpentier, y no por vedettes efectistas. Hacemos estos comentarios por ser estas sonatas de Altagracia obras muy sobrias, de rasgos muy categóricos de la personalidad y del espíritu de Lecuna, que es en lo esencial hispánico; son estas sonatas de una auténtica calidad, obras de maduración y producto de la cultura de un hombre, un artista y un esteta.
Qué bueno sería que los pianistas venezolanos las incluyeran con más frecuencia en sus repertorios y que en los conservatorios del país se enseñaran.
Quienes quieran oírlas por internet, pueden tener acceso a ellas escribiendo: “Juan Vicente Lecuna + Sonatas de Altagracia + YouTube.