Las principales preocupaciones ambientales de los venezolanos
Sin dudas este año ha sido crítico para la gestión ambiental de Venezuela, no solo por los diversos problemas que siguen sin ser resueltos, sino por el simple hecho de haber eliminado al Ministerio del Ambiente, fusionando sus competencias a la cartera desarrollista de Hábitat y Vivienda.
Temas como la gestión de residuos y desechos, conocidos popularmente como basura, es sin dudas uno de los pendientes más preocupantes, catalogado como rotundo fracaso por muchos grupos ambientalistas, por la poca atención que los gobiernos locales, y por supuesto el poder Ejecutivo Nacional, le conceden a este problema. El problema es complejo, pues debemos recordar que los venezolanos producimos cantidades exorbitantes de desperdicios que oscilan entre 800 gramos y kilo y medio por día, reciclamos menos de 9% del total de los residuos, y al menos 80% de los desechos terminan expuestos al aire libre, pues los rellenos sanitarios no atienden la demanda, y la infraestructura para la recolección, tratamiento y transferencia se ha venido deteriorando en forma preocupante y son insuficientes.
En materia de aguas el tema no se queda atrás. Cumplimos la meta del milenio y, sin embargo, el acceso al agua potable aún no está totalmente garantizado, y lo digo con propiedad, porque en mi casa nos racionan el agua todos los días. Los medios de comunicación social reportan denuncias de los ciudadanos sobre la calidad del agua potable en algunas áreas, y se han documentado casos del mal manejo de algunas cuencas, fuente vital del agua que consumimos.
La calidad del aire también es una preocupación en Venezuela. No solo se han debilitado los controles de la contaminación por las fuentes móviles en los municipios, sino que la falta de divisas, repuestos y mantenimiento, hacen que el parque automotor sea cada vez más viejo y obsoleto, con la correspondiente disfuncionalidad que deteriora el aire, y contribuye a la proliferación de enfermedades respiratorias.
Las áreas protegidas requieren atención urgente en Venezuela. Los usos incompatibles dentro de algunos parques nacionales, el debilitamiento del liderazgo de Inparques, la poca inversión en su apropiado manejo técnico, la desmotivación de muchos guardaparques y la poca participación de las universidades, empresas y ONG en proyectos de investigación y educación, son algunas de las principales preocupaciones. No olvidemos a los Monumentos Naturales, Refugios de Fauna Silvestre y al único Santuario de Fauna Silvestre que tenemos en el país, y que también reclaman mayor inversión, atención, y sobre todo manejo técnico y profesional.
La minería sigue avanzando. Las recientes denuncias en Canaima y al sur del país en torno a la minería depredadora demuestran que el problema no ha sido atendido con la debida responsabilidad. Por su parte, los derrames de petróleo siguen en los reportes de contingencias, como sucedió recientemente en Amuay.
Las evaluaciones de impacto ambiental y sociocultural parecieran no cumplirse. Grandes proyectos como algunos de Misión Vivienda han generado dudas que no han recibido la debida aclaratoria con los estudios premios que demanda nuestra Constitución.
En fin, la lista de problemas es larga y Vitalis en su balance anual presenta lo bueno y lo malo de la gestión ambiental en el país durante el 2014, y los retos para el 2015.
Si este tema le interesa esté pendiente de vitalis.net y del twitter @ONGVitalis para que conozca lo que 100 expertos de todo el país piensan y opinan sobre este tema tan descuidado pero tan importante.
Los problemas ambientales que preocupan a los venezolanos deben ser conocidos, valorados, pero sobre todo, solucionados con integridad, transparencia y responsabilidad.
@DDiazMartin