Las izquierdas políticas extremas, derrotadas en Latinoamérica
Con los intentos fallidos y frustrados habidos recientemente en Brasil, Argentina, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, Cuba y Venezuela, con las intenciones de imponer el socialismo o marxismo leninismo como bandera política en la región latinoamericana, los resultados de estos ante tales proyectos totalitarios, han fracasado tal como sucedió en el siglo pasado, con el comunismo en Europa y regiones circunvecinas. Durante mucho tiempo, las izquierdas democráticas liberales en la región tuvieron, mucho éxito y grandes posibilidades en ganar elecciones presidenciales y/o parlamentarias en la mayoría de nuestros países.
Esa tendencia izquierdista, llegó a tales niveles, que Cuba, la única nación comunista que ha existido en Latinoamérica, por causas conocidas, se ha querido aprovechar, y de hecho lo ha hecho, parcialmente “para pescar en rio revuelto”, y ha intentado desde que se convirtió en dictadura, aprovechar y capitalizar ese genuino movimiento izquierdista de nuestros pueblos que claman por mayor desarrollo y mejor distribución de nuestras riquezas, para lograr mejor calidad de vida y reducir sustancialmente a la pobreza extrema.
Ese clamor popular, el cual es universal, está siendo aprovechado por la revolución comunista de Cuba y los países ejes de esa filosofía de gobiernos totalitarios como Rusia y China, enemigos políticos de siempre de las democracias y del mundo libre.
Se dice incluso, lo cual en cierta forma se ha demostrado con hechos y evidencias, que, Cuba fue quién introdujo las guerrillas en Colombia en los años sesenta del siglo pasado, para intentar sustituir su democracia por el comunismo, conocido como socialismo o marxismo leninismo. Lo que ha olvidado y/o desestimado Cuba, es el sentimiento arraigado que existe por la democracia, las libertades y la justica, en nuestra región.
Si Cuba hubiese tenido éxito económico, cultural y social en sus propósitos y estilo de gobierno, impuesto por la fuerza de las armas y la persecución política a su propio pueblo, y hubiese logrado las sonrisas resplandecientes de su pueblo y su mirada alta y llena de orgullo ante el mundo, hoy día fuese una nación admirada por todos los países del continente y del mundo.
Ciertamente no ha sido así, puesto que es la única de las naciones con un gobierno totalitario y socialista en la región, que además tiene grandes dificultades económicas, razón principal para escoger a Venezuela como cualquier proyecto piloto para posteriormente, experimentar con el marxismo leninismo en la región a costa de nuestras riqueza naturales, vilmente agotadas, durante este experimento de casi 20 años de duración.
Quizás, la gente desinformada se pregunte, ¿por qué el régimen comunista cubano escogió a Venezuela para ese experimento político? La respuesta es sencilla. Para utilizarla tal como lo hizo, para que sirviera de financista de ese proyecto político continental, y de paso, salvase a Cuba del colapso económico total de esa nación, evidenciado a finales del siglo pasado.
Lamentablemente, gracias a Venezuela, Cuba revivió económicamente, y se reconvirtió en una gran amenaza real continental, para la democracia y la paz en la región.
En estos momentos, en que el gobierno narco traficante y totalitario de Nicolás Maduro en Venezuela está a punto de colapsar, Cuba ya está mirando hacia Guyana, con las mismas intensiones de siempre, de buscar compañías y apoyos de pueblos ricos y molestos e inconformes con sus respectivas situaciones.
Hoy día, Argentina, Brasil, y Ecuador están intentando recuperarse del gran atraso en sus economías que ocasionó el marxismo leninismo a sus naciones con los gobiernos de los Kirchner, Inatio Lula da Silva, Vilma Rousseff, y Rafael Correa.
Ni hablar de las economías de Cuba, Nicaragua y Venezuela, totalmente colapsadas por los efectos de sus sistemas de gobiernos socialistas totalitarios, en los cuales se pretende administrar sus recursos bajo el control total de sus gobiernos, quebrando o robándose sus industrias privadas, expulsando del país al sector industrial privado, para intentar nacionalizar todas las actividades, a sabiendas de que esto no funcionará por ser económicamente inviable.
Difícilmente la extrema izquierda extrema y totalitaria, se recupere de este colapso, que ha sufrido en Latinoamérica este siglo XXI, mientras deseaban intentar imponer al marxismo leninismo en la región. Estos éxitos y fracasos parciales del socialismo en Latinoamérica, han dado un alerta general de peligro, el cual se entiende o lee como un temor de perder la democracia, que tantas vidas han costado al continente y al mundo establecer y conservar.
No se trata de un simple temor, o miedo; se trata de un rechazo rotundo y absoluto a todo lo que sea o suene a dictadura. Se trata de preservar nuestra libertad y derechos ciudadanos plenos, de poder elegir a nuestros gobernantes periódicamente, votando sin posibilidad ni necesidad de que te roben el voto.
Esa distorsión de reelecciones permanentes, ordenadas y amañadas por el mismo gobierno constituido, en comités, concejos y/o asambleas constituyentes ficticias, que se reeligen las veces que les da la gana, no es lo deseable para nosotros los latinos, con sangre fluyendo por el cuerpo. La alternabilidad en el poder, es uno de nuestros principales valores democráticos, que debemos corregir, preservar y mantener.
Preferimos la democracia representativa a cualquier otro sistema de gobierno, porque sabemos que el sistema democrático de gobierno, funciona, cuando se trata de gobiernos responsables, justos, equilibrados, moralmente aptos, y preparados para gobernar.
Preferimos las libertades ciudadanas plenas y la justicia ciega, así como el estado de derecho, sistema de vida que, jamás podrán ser arrebatarnos a los países de América, mientras existan ciudadanos que creen en éstas, y estén dispuestos a dar la vida para defenderlas.
Si bajo la presidencia de AMLO en México, único gobernante izquierdista radical en América Latina, electo recientemente por el pueblo de esa nación, se atreviese a desviar su gobierno hacia el marxismo leninismo, no tengo la menor duda, de que el propio pueblo democrático de México se opondrá radicalmente a esa posibilidad de salto al vacío, puesto que dudo mucho que ese gran valiente pueblo mexicano, se deje manipular, tal como nos manipularon a los venezolanos.
Para cerrar este escrito, se me ocurre la idea de complementarlo con otro escrito anterior que envié a mi lista de distribución, en el cual recomendaba y pronosticaba al mismo tiempo, la tendencia futura de Latino América de adoptar al Pragmatismo, como forma ideológica de gobierno, para la nueva y remozada región latinoamericana.
Es mi opinión, de que en Latinoamérica, hemos experimentado con todo tipo de gobiernos y tipos de democracias. Hemos tenido suficientes dictaduras y tendencias de democráticas populistas fallidas, o presidencialistas totalitarias donde la verdadera democracia es violada y subestimada por ciertos gobiernos, que se dicen demócratas. Creo que llego la hora de intentar gobiernos pragmáticos, los cuales muchos consideran afines a las derechas políticas, lo cual es erróneo, puesto que en realidad, estos son sustentados en la idea de aplicar soluciones prácticas que funcionan y aporten soluciones adecuadas, reales y exitosas a los problemas que se nos van presentando en el tiempo y el espacio.
Por tal motivo, les anexo un escrito de principios del año anterior donde vaticiné que américa latina, terminaría intentando con una nueva forma de gobiernos pragmáticos y realistas, donde se buscan soluciones prácticas y reales, no milagros políticos. Anexo lo indicado: “El pragmatismo en la vida futura del latinoamericano”.
Con los recientes triunfos de presidentes electos en: Costa Rica (Carlos Alvarado Quezada), Ecuador (Lenin Moreno), Chile (Sebastián Piñera), Colombia (Iván Duque), y Brasil (Jair Bolsanaro), pareciera que se están cumpliendo mis pronósticos de gobiernos democráticos y pragmáticos más realistas que también sueñan, pero con los pies sobre la tierra. Sin duda alguna, estos nuevos presidentes, tienen mucho más de pragmáticos y realistas que de populistas e idealistas. Nuestros pueblos reclaman y aspiran con toda razón y derecho, mayor cantidad de resultados positivos que de promesas y fracasos. Por la vía del marxismo leninismo, esa posibilidad de crecimiento económico y éxito no existe, ni existirá jamás en América.