¡La victoriosa derrota!
Pudiéramos emplear el refrán que dice que ¡perdiendo también se gana!; no obstante, preferimos utilizar esta contradicción, para decir que el pasado domingo, obtuvimos una “victoriosa derrota”. No podemos calificarla de victoria ni derrota pírrica, toda vez que durante muchos tiempo, años tal vez, los contradictorios guerreros pesimistas, auparon el desaliento clásico del pronosticador que le hace el juego a la derrota criticando o presumiendo una derrota electoral, que si bien no fue ni buena ni mala, merece llamarse victoria, toda vez, que el número de votantes, a pesar de aspaviento pesimista, llegó a más de un 41%, y la abstención, siendo alta, cerca del 60%, se ubicó en los términos de la normalidad en este tipo de elección.
Con lógica decimos que es una victoria, porque a pesar de no haber logrado ni siquiera el 50% de las gobernaciones, ni las alcaldías, ni las curules regionales, obtuvimos una elevada diferencia en votos por encima de los rojos del PSUV o Polo Patriótico, que es lo mismo. También decimos que fue victoriosa, sin redundancia, la abstención promovida por los buenos y por los malos, es decir, por los “tontos” opositores, avalados con encanto por los sufragantes del gobierno, llámense chavistas, maderistas, o eclécticos solapados anti todo, quienes no quieren que cambie el gobierno, pero tampoco quieren que no cambie; es decir, ni lo uno ni lo otros, pero no todo lo contrario como decía el pontálido de Rubio. Ese presidente, a quien conocimos en su época de mandato, cuando caminando y tratando de corregir deficiencias, estuvo en una oposición contra otro, sin demeritar ni promover descalificativos engañosos para un proceso electoral.
Ese presidente, que soportó la furia de estos malignos usurpadores del voto popular, que mediante engaño causaron con sus apetencias la pérdida de la democracia, siguiendo el absurdo del “socialismo del siglo XXI”, que ni es socialismo ni nada parecido, pero que retrasó la entrada el siglo XXI, hasta ahora, cuando entramos en la esperanza de conocerlo y revivirlo, a pesar de la terquedad de algunos líderes opositores, que no han entendido, que primero hay criar la gallina para esperar los huevos de oro.
Y aquí, entramos en el lindero de la derrota, esa victoriosa derrota, que pudo ser la más contundente victoria previa al cambio del centro del régimen, que no es otro que la presidencia de la República., que esperamos sea requerimiento de todos los venezolanos, para soslayar el error de la abstención que permitió a una minúscula mayoría de electores, elegir a Maduro presidente. No podemos seguir el cuento de que si es o no es legítimo; cualquier asesor jurídico diría, que si fue electo en un proceso promovido u organizado por el CNE, tiene tanta legalidad como la tienen todos los actos que emanen de él como presidente. Todas las calificaciones vengan de donde vinieren, no son más que acuerdos compasados de venezolanos y no venezolanos, quienes opinan lo contario, para seguir el presunto “juego democrático”, que nos ha mantenido en la debacle.
Unos acuerdos de tirios y troyanos, fundamentados en la constitución internacional; esa constitución que circula entre cochateros, como visión ilusoria, que restituye el mito de la antigua Grecia, antes de aparecer Tales de Mileto para imponer el nuevo tipo de saber, ese tipo de saber y dedicación que constituyen el objeto de sus primeras investigaciones al margen de las condiciones sociales y políticas existentes. Curiosamente, cuando comenzó a desarrollarse una sociedad muy jerarquizada, en la que todo el poder económico y político estaba en manos de una aristocracia rural y guerrera. Desafortunadamente, entre nosotros, los políticos opositores, cuando se vieron marginados en las nóminas, promovieron la abstención justificada en el “fraude electoral con un CNE ilegítimo”, hasta llegar a este proceso tenido a menos; por eso, con la derrota parcial de la abstención, aunque no plenamente y la esperanza que se asoma para el cambio del Poder Ejecutivo, es lo que nos hace concluir en que el domingo logramos ¡Una victoriosa derrota!